Bronca contra los gremios y reclamos a las compañías
Caos. Familias dormidas sobre equipajes, mujeres llorando por un viaje perdido en vísperas del Día de la Madre, personas intentando colarse en la fila de 200 metros para conseguir una reprogramación o el reembolso de su dinero, gritos y empujones, desconcierto por la falta de información oficial y, sobre todo, mucha bronca. Ese era el panorama de ayer a la mañana en Aeroparque, donde una sorpresiva medida de fuerza de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas provocó la cancelación de todos los vuelos, entre las 6 y las 9.15 de la mañana.
Como la huelga no fue anunciada, los pasajeros se enteraron cuando minutos antes de las 6 AM todos los empleados del sector de check-in se levantaron de sus asientos para reu- nirse en asamblea. “Ya había despachado el equipaje”, le dijo a Clarín Victoria, quien debía viajar a El Calafate. “Primero nos dijeron que el vuelo estaba demorado, después que nos iba a llegar un mail que no llegó y al final me reprogramaron para mañana, 25 horas más tarde y desde Ezeiza. Es una falta de respeto total; juegan con la gente”, agregó molesta.
“Iba a visitar familia a Santiago de Chile, con mi mujer y mi hijo. Nadie te avisa nada. Aparentemente reprogramaron mi vuelo para mañana, pero yo ya perdí mucha plata en movilidad y hoteles. Quiero que el sindicato se haga cargo de los gastos”, señaló Maximiliano.
En el momento de mayor trastorno, cerca de las 9, la fila para hablar con un representante de la compañía en una de las tres ventanillas disponibles era de más de 200 metros. Para peor, casi no había personal de seguridad ordenando el movimiento, por lo que muchos intentaban colarse y terminaban a los gritos y empujones.
A pocos metros de allí, Graciela, una vecina de Capital, lloraba sentada en el piso mientras su marido Nicolás trataba de solucionar el tema por celular. “Había hecho la promesa de ir a visitar a la Virgen del Cerro. Nuestro vuelo a Salta salía a las 7.50, pero lo cancelaron y ahora lo quieren reprogramar para el fin de semana. Ya no me sirve, yo tenía que estar allá mañana a la mañana, así que queremos la devolución de la plata. No hay palabras para lo que le hacen a la gente”, explicó la mujer, muy angustiada. ■