Lanzaron un satélite que recogerá datos de los gases de la atmósfera
El satélite Sentinel-5 Precusor, dedicado a monitorear los gases de la atmósfera, fue lanzado ayer al espacio desde el cosmódromo ruso de Plesetsk. El aparato, parte de la misión Copérnico, cartografiará la Tierra por primera vez de forma continuada durante los próximos años.
“Observaremos la atmósfera y mediremos todos los gases que influyen en la contaminación y el aire que respiramos. Este nuevo equipo conti- nuará con el trabajo que han hecho los satélites anteriores de la misión Copérnico”, dijo hoy el ingeniero Kevin Mcmullan, director de este proyecto, antes del lanzamiento. Mcmullan advirtió que “la contaminación es un grave problema” y recordó que provoca “un promedio de 3,7 millones de muertos” en el mundo al año.
El lanzamiento, llevado a cabo a la 6.27 de Argentina, se pudo seguir desde la sede de la Agencia Espacial Eu- ropea (ESA), localizada en Noordwijk, en el sur de Holanda, con la presencia de la mayoría de los ingenieros y compañías implicadas en la misión.
Sentinel-5P estará a unos 2.600 kilómetros, cartografiará a diario y durante las 24 horas del día el planeta completo. La misión durará entre cinco y siete años y recogerá un millón de gigabytes, lo mismo que 213.000 DVD de películas.
Lo más novedoso de este satélite es la herramienta técnica Tropomi, que servirá para recoger datos sobre los diferentes gases que se encuentran en la atmósfera en pequeñas cantidades, y entre los que están el dióxido de nitrógeno, el monóxido de carbono, el dióxido de azufre y el ozono.
Este será “nuestro ojo en la tierra”, aseguró la ingeniera del programa Tropomi, Ilse Aben, que explicó minutos antes del lanzamiento la utilidad de este satélite, que medirá la luz reflejada de la atmósfera y la comparará con luz solar directa a través del espectro ultravioleta para determinar la composición de la atmósfera.
La construcción de Tropomi estuvo a cargo de un consorcio de 30 empresas liderado por Airbus, tanto en el Reino Unido como en Holanda. Y fue fabricado en el tiempo récord de 10 meses.
“Este satélite es el primero dentro del programa Copérnico que se dedicará a monitorizar la química atmosférica, un parámetro importante para medir la calidad del aire y el cambio climático”, señaló Josef Aschbacher, director de los programas de Observación de la Tierra de la ESA.
La información que se obtenga de esta nueva misión, recogida a través del servicio de Monitoreo Atmosférico Copérnico, será utilizada para las predicciones de la calidad del aire y la toma de futuras decisiones relativas al cambio climático.
También será de utilidad para el seguimiento de cenizas volcánicas que influyen en la seguridad de los aviones, o para los servicios de alerta en casos de altos niveles de radiación ultravioleta que puedan causar enfermedades de la piel. ■