Belluschi se vistió de titiritero y manejó los hilos de este “nuevo” San Lorenzo
La figura asistió a Cerutti y a Blandi en los dos primeros goles y se lució con un taco en la jugada del tercero. Con Biaggio en el banco, los de Boedo sacaron 7 de los 9 puntos posibles.
Fernando Belluschi conducción. Jugó de enganche y manejó a todo San Lorenzo. Asistió a Ezequiel Cerutti y a Ni- colás Blandi en los dos primeros goles y se despachó con un taco en la jugada del tercero. La gran figura de la noche convirtió dos (ante Estudiantes) de los ocho goles que suman los de Boedo en la Superliga y participó en cuatro de ellos. San Lorenzo, con el 3-1 ante Defensa y Justicia (debutó Juan Pablo Vojvoda como DT), quedó escolta a tres de la punta. Y con Claudio Biaggio, sumó 7 de las 9 unidades posibles.
El Pampa está convencido de que en este interinato puede demostrar que la solución a los problemas azulgranas está en casa y que no hace falta ir a buscar otro técnico afuera. Ese es su desafío, su anhelo, más allá de que la dirigencia mire a Jorge Almirón -hoy en Lanús- con muchas ganas para comienzos de 2018.
Pero el ex delantero campeón con el Ciclón en 1995 va por lo suyo. No escucha y sigue con su convicción en alto. Y mal no le va hasta ahora. En sus dos primeros partidos, sin margen casi para maniobrar, optó por lo más sencillo y no metió mucha mano. Le ganó 3-1 a Estudiantes en La Plata e igualó sin goles ante Colón, de local. Sin embargo, con el parate de las Eliminatorias de por medio, Biaggio aprovechó el tiempo y comenzó a imprimirle su impronta al equipo. Anoche se evidenció.
El entrenador abandonó el sistema que heredó de la era de Diego Aguirre, el 4-2-3-1, para dibujar un clásico 4-3-1-2. Sí, con un enganche como en la época de Leandro Romagnoli, relegado al banco en la actualidad. El Pipi de estos tiempos es Belluschi, a quien le sienta genial la función de enlace. Al menos anoche dejó en claro que se sintió muy cómodo y que puede gestar mucho peligro detrás de los dos delanteros. Tuvo varias desde el juego y también con pelota parada. De una u otra manera, el 16 fue un cuervo imposible de cazar para el Halcón de Varela. Participó en casi todas las jugadas de peligro de San Lorenzo y alimentó a los puntas con asistencias magistrales.
La idea de Biaggio no falló. Juan Mercier no tuvo drama como volante tapón. Por la derecha, Gabriel Gudiño trepaba cuando Cerutti se corría hacia la izquierda para generar la sorpresa. También de balón quieto se vieron movimientos que reflejaron el trabajo en este tiempo de receso. Le sacó el jugo Biaggio a sus dirigidos.
La que no estuvo sólida fue la defensa, que dejó muchos huecos que los atacantes de la visita ocuparon amenazando a Nicolás Navarro. Pero el arquero estuvo seguro y salvó los errores de sus compañeros en el fondo en más de una oportunidad. Igual, poco quedó de aquel Defensa y Justicia de Sebastián Beccacece que invitaba al buen espectáculo, aunque hay que aclarar que no le sancionaron un claro penal por agarrón de Quignón a Martínez. Vojvoda tendrá mucho que recomponer.
En la noche del Nuevo Gasómetro, todo nació siempre en los pies de Belluschi. Con una maniobra brillante y un pase entre líneas aún mejor, le sirvió el 1-0 a Cerutti, que definió por abajo. Y a Blandi le dejó en bandeja el gol cuatro veces. Recién en la cuarta, ya en el segundo tiempo, pudo concretar con éxito el “9”. El repertorio de crack siguió con un taco para Cerutti, quien sacó un bombazo demoledor para sentenciar una noche de gala para San Lorenzo, que no quedó empañada por el descuento de Nicolás Fernández en el final. ■