El empate en cero ante el modesto Qarabag de Arzebaiján complicó la situación de su equipo en la Champions. Quedó tercero en un grupo que además comparte con los poderosos Chelsea y Roma.
El equipo madrileño deberá ganar al menos dos de los partidos que le quedan en el Grupo C para avanzar de fase.
El Atlético de Madrid suele ser lo que su técnico quiere: una piedra en el zapato de los gigantes de Europa. Así, con esa impronta guerrera, el equipo de Diego Simeone llegó a dos de las últimas cuatro finales de la Champions League. Las perdió ambas contra su archirrival del vecindario, el Real Madrid. Dolieron, claro. Pero el protagonismo estaba intacto. Al menos hasta esta temporada. Su empate sin goles frente al Qarabag -el primer equipo de Azerbaiján en acceder a la fase de grupos- resultó una incomodidad y complica el futuro inmediato. En definitiva, contra cualquier pronóstico, el Aleti se puede quedar afuera de la Champions League en esta instancia.
En números: Atlético de Madrid necesitará al menos dos victorias para seguir en la competición, tras sumar apenas dos puntos de los nueve que puso en disputa. Habrá, ante este escenario, un partido con sensación de final en la quinta fecha del Grupo C: el 22 de noviembre, en el Wanda Metropolitano, ante la Roma, su rival directo en nombre de acceder a los octavos de final, que ayer igualó 3-3 frente a Chelsea, en Londres.
Señala el diario Marca, desde el lugar de los hechos: “El Atlético de Madrid sufrió una falta de pegada inusual ante un equipo como el Qarabag. Ni Gaitán ni Carrasco ni Gameiro ni Griezmann lograron acertar en unas clarísimas ocasiones antes del descanso. Y así es imposible. Marcó el francés en el 53’... pero en fuera de juego. Así está a punto de quedarse el Atleti en esta Champions. En fuera de juego”.
Simeone, en tanto, se lamentó ya en la conferencia de prensa del encuentro que abrió la jornada desde el este de Europa. “A derrota no sabe, porque se empató. El primer tiempo tuvimos situaciones de gol, el arquero de ellos estuvo muy bien, y en el segundo tiempo con la necesidad de ganar y los apuros no tuvimos tanta claridad para crear ocasiones y ellos se llevaron un empate justo”.
Continuó con su análisis: “No fuimos contundentes, tuvimos dos situaciones mano a mano con el portero que no las resolvimos bien. No parece mentira (el empate), porque es fútbol. Está claro que en este juego la contundencia es lo más importante y en este partido no la hemos tenido”.
También se refirió a lo que viene, ese futuro incierto en la Champions: “Creo mucho en los futbolistas y en el grupo y, más allá del pesimismo que invadirá este momento, trato de transmitir optimismo, porque creo en los futbolistas. Somos capaces de revertir esta situación. Estoy fuerte y en el momento que renové sabía la responsabilidad que tenía por renovar”, expresó en beIN Sports.
Le preguntaron respecto del juego escaso. Respondió sin vueltas: “No lo considero el peor partido. Si hubiésemos concretado en el primer tiempo se hubiera vivido otro segundo tiempo. Los últimos minutos no fueron desde el orden o desde el equilibrio, sino desde el corazón y las ganas de ganar. Ahí posiblemente no se haya dado nuestra mejor versión”. Ahora, le tocará lo de casi siempre, otra reconstrucción. Confía. Cree... ■