Clarín

Lo que se sabe hasta ahora se supo en el primer día de la investigac­ión

Hábeas corpus. El defensor oficial de Esquel presentó el 2 de agosto un escrito que planteaba que el joven desapareci­ó al cruzar el río Chubut. El cuerpo apareció allí.

- Nicolás Wiñazki nwiñazki@clarin.com

A las 21:45 del 2 de agosto pasado uno de los principale­s impulsores del hábeas corpus para que se encuentre a Santiago Maldonado presentó en el expediente un documento que ya indicaba que el artesano había caído al río Chubut. Maldonado había desapareci­do un día antes, el 1 de agosto, dentro del Pu Lof de Cushamen.

La hora, el día, y el escrito sobre esa pista, ahora se sabe que crucial para la posible resolución del caso, fue llevado al Juzgado Federal de Esquel por el defensor Público Oficial de Chubut, Fernando Machado, quien siempre sostuvo que a Maldonado lo secuestró la Gendarmerí­a.

Aún así, Machado indicó el día después de que se hubiera perdido el rastro del joven que las aguas heladas del río eran un lugar para buscarlo. Clarín accedió a ese documento que es muy explícito al respecto.

El título es éste: “Interpone Hábeas Corpus por Desaparici­ón de Persona y/o detención ilegal”.

En el punto número 1, desarrolla- do en varios párrafos, Machado le pidió al magistrado que en ese momento llevaba adelante la investigac­ión que debía encontrar a Maldonado “quien se encuentra desapareci­do desde el 1/08/2017, hecho que aconteció al momento en que se lleva a cabo el procedimie­nto policial destinado a desalojar el corte de ruta que la Ruta N ° 40 -a la altura del paraje Leleque- que llevaría adelante la comunidad que habita el lugar-”.

El defensor Oficial de Chubut agregó después la informació­n fundamenta­l con la que el anterior juez del caso, Guido Otranto, intentó avanzar pero se detuvo por la reacción de la comunidad mapuche radicaliza­da, que evitó que el magistrado ingresara a esa zona, a pesar de que estaba allí acompañado por las fuerzas de seguridad.

Otranto recibió amenazas de los aborígenes que les exigieron a los investigad­ores que se retiraran. En un primer intento de rastrillaj­e del río, Fernando Jones, líder de la comunidad que resistió el avance de la causa Maldonado, le gritó a un buzo de Prefectura que debía salir del río porque eran “aguas sagradas”.

Hubo presiones de los mapuches en contra de la búsqueda de Maldonado en ese cauce.

Machado había sido explicito sobre la posibilida­d de que el artesano estuviera ahí, a pesar de que su tesis se basaba en que su desaparici­ón fue debido a un accionar ilegal de la Gendarmerí­a.

Esto escribió Machado en el escrito que Otranto inscribió en el expediente como ingresado a su despacho a las 21:45 del día después de la última vez que alguien vio con vida a Maldonado.

Habló del protagonis­mo del río detallando esta escena: “El presente petitorio se funda en los testimonio­s recolectad­os por los cuales se establecer­ía que SANTIAGO MALDONADO (sic) desapareci­ó al momento de cruzar un cauce de río ubicado en las cercanías del territorio de la comunidad, cuando era perseguido por miembros de la Gendarmerí­a Nacional”. Y agregó: “En circunstan­cias que el suscripto desconoce”.

Machado fundamentó también su pedido de hábeas corpus.

Pero en ese párrafo sobre el cauce del Río Chubut, se sabe desde el martes, estaba tal vez la clave del caso.

Clarín consignó en un artículo publicado el 9 de septiembre pasado, que además de Machado también había hablado sobre el río Chubut la propia Gendarmerí­a, que entregó a Otranto un informe donde la fuerza admitía que persiguió a sus “agresores” que habían cortado la ruta dentro del Lof para “detenerlos” hasta que éstos lograron cruzar esas aguas heladas del río que le da nombre a la provincia patagónica de Chubut.

El juez Otranto fue apartado del caso después de afirmar en una entrevista con La Nación, entre otras cosas, que su principal hipótesis de investigac­ión era que Maldonado podría haber caído al Río.

Setenta y siete días después de que quedara asentado en el expediente, primero por Otranto, luego por otros testimonio­s en el mismo sentido, el magistrado que retomó el caso, Gustavo Lleral, entró al Lof de Cushamen, con refuerzos de Prefectura, perros y la Policía Federal, y encontró al cuerpo de Maldonado flotando diez centímetro­s por encima del agua.

De nuevo: el dato de que el artesano podría haber caído a esas aguas estaba incluido en el expediente desde su inicio mismo.

Páginas 7 y 8. ■

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Págínasí 7 y 8 8. El escrito fue presentado por el defensor Fernando Machado, quien siempre sostuvo que a Maldonado lo secuestró Gendarmerí­a.

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