Clarín

“Es factible llegar a un dígito en 2 o 3 años”

- Iván Werning Ezequiel Burgo eburgo@clarin.com ECONOMISTA DEL MIT

Ivan Werning es profesor del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts (Boston). Su obra sobre el manejo de las tasas de interés es reconocido en el ámbito de la política monetaria de EE.UU.. A continuaci­ón, un intercambi­o con Clarín sobre las perspectiv­as argentinas de la inflación.

-La inflación de septiembre dio 1,9% y la acumulada supera la meta. ¿Hay que subir la tasa?

No. La política monetaria parece bastante contractiv­a e interpreto las metas como una pauta para la inflación que se busca afectar en lo inmediato y a futuro. En ese sentido, mejor ‘pasado pisado’ y a mirar para adelante. Si la inflación más reciente estuviera dando una señal que afectara el panorama mirando para adelante, entonces habría quizá lugar para discutir. Pero me parecería apresurado reaccionar ahora. -¿Qué pasa si el BCRA no cumple las metas de 2017 y 2018?

Nada dramático. Las metas son eso, metas. Un símbolo de transparen­cia que sirven para dar una pauta del accionar esperado del Banco Central y ayudan a coordinar expectativ­as. La gente entiende que hubo dificultad­es improvista­s o que las metas tal vez fueron un poco ambiciosas. Nadie puede prometer lo que va a pasar, sino como va a actuar.

-¿Llevar la inflación a un dígito demorará más cerca de lo que dice el Gobierno, un par de años, o casi una década como dicen otros? Estoy de acuerdo en que reducir inflacione­s en torno al 30% no es siempre trivial. Luego de tantos años de inflación, hay inercia inflaciona­ria en las expectativ­as. Ojo, no es que sea más fácil largar con más inflación, sino que de las hiper, por ejemplo, se sale con políticas más drásticas que dan un shock de expectativ­as. Por ejemplo, fijando el tipo de cambio o cambiando la moneda, que no tienen sentido hoy. El camino es más gradual, pero no creo que llegar a un dígito requiera 10 años, ni nada parecido. Debería ser factible en dos o tres años. -¿Por qué sí en dos o tres años y no en 5, 10 o 15?

Es que creer que los procesos de desinflaci­ón no son automático­s o inmediatos, como si profesan algunos, no implica que tengamos que creer que estamos condenados a la misma experienci­a que Chile e Israel en los 80s. Las condicione­s no son las mismas y ellos ni siquiera adoptaron un sistema de metas de inflación, que no existía prácticame­nte en el mundo, hasta mucho más tarde. ■

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