ANTECEDENTES
○ Entre 1978 y 2013, la economía de China creció al fabuloso ritmo de entre 9,5% y 11,5% anual, un milagro económico que comenzó con la descolectivización de la agricultura llevada a cabo por Deng Xiaoping en los ‘60: de tierras comunales, donde los que trabajaban no tenían demasiados incentivos para mejorar la producción, a parcelas privadas. El único requisito era que los campesinos vendieran una parte de su cosecha al gobierno.
○ Tras la descolectivización, la producción agrícola aumentó 25% al año. El experimento sirvió como muestra de los efectos que la privatización y la liberación de precios ejercían sobre la productividad. La idea pronto se extendió a las industrias urbanas, que pudieron así vender a precios de mercado todo lo que estuviera por encima del plan.
○ La era de Deng Xiao Ping fue también la de la creación de zonas especiales en las ciudades costeras, donde se permitía la inversión extranjera. Fue una épo- ca de crecimiento extraordinario que culminó con la reapertura de la Bolsa de Shanghai (cerrada por Mao Tse Tung cuarenta años antes) pero también de corrupción, de gran desigualdad con las zonas campesinas del interior, de contaminación y de suba de precios generalizadas.
○ Jiang Zemin, el sucesor de Deng Xiaoping, continuó la tarea y también llevó a cabo grandes privatizaciones, redujo los aranceles, desmanteló gran parte del Estado de Bienestar de Mao y, sobre todo, promovió la entrada de China en la Organización Mundial de Comercio.
○ Completamente integrada en el comercio mundial, la crisis financiera global de 2008 le llegó a China durante la presidencia de Hu Jintao, que tenía un enfoque menos reformista que su predecesor.
○ En los años de Xi Jinping, la economía china ralentizó su crecimiento, aunque ha seguido siendo fabuloso (de 6,7% en 2016). Además de la caída en la demanda de productos chinos que provocó la crisis financiera y la austeridad fiscal en Europa, el gigante asiático tenía otros motivos para frenar.
○ El primero y más obvio es la ley de los grandes números en economía. Cuanto mayor es la producción de un país, más difícil le resulta crecer a tasas de dos dígitos: ya no hay tanta gente desempleada que esté disponible para sumarse a la fuerza laboral, la inversión llega a un máximo y no quedan grandes avances tecnológicos que incorporar.
○ El otro problema que enfrenta la economía china tiene que ver con su deuda. En diez años pasó de representar el 150% del PBI al 260%. En los últimos años se han multiplicado los créditos de dudoso cobro y gran parte de la nueva deuda se emite sólo para pagar los intereses de la antigua.
○ A diferencia de sus predecesores, que hacían lo que fuera para estimular la economía cuando se frenaba, Xi Jinping no parece tener problemas con la ralentización del crecimiento. “Nuevo normal”, dice una y otra vez sobre la actual situación económica, en la que predominarán las reformas estructurales y no tanto el crecimiento económico.