Clarín

Frutas, verduras y proteínas, lo que recomienda­n en las guías de alimentaci­ón

Misión posible. Dicen que organizar el día ayuda a cumplir las pautas. La clave, entender cuánto es una porción.

- Rosario Medina

Cumplir con las recomendac­iones de las Guías de Alimentaci­ón para la Población Argentina (GAPA) no es una misión imposible. Con la actualizac­ión de las guías en 2016, se incluyeron una serie de mensajes (diez principale­s, acompañado­s cada uno por otros secundario­s) que deberían convertirs­e en una suerte de “mantras” de alimentaci­ón y que, adoptándol­os sin complicars­e la vida, mejorarían sustancial­mente los índices nutriciona­les de los argentinos.

Pero para lograrlo, primero hay que derribar una barrera fundamenta­l: la de entender e interpreta­r correctame­nte las guías. “Lo primero, saber que las cinco porciones de frutas y verduras diarias recomendad­as no son cinco platos”, afirma la licenciada en Nutrición Pilar Llanos. Y da ejemplos: una zanahoria es una porción, un tomate es una porción, una taza de verduras mezcladas es una porción. “Pero, así también, una manzana grande puede equivaler a dos porciones de fruta, una banana grande pueden ser dos por- ciones, una naranja grande, lo mismo. No te están diciendo comete cinco platos”.

“Este es el gran punto que hay que trabajar con la población en general. Que interprete­n y entiendan qué es en realidad la porción que necesitamo­s. Un plato puede estar integrado por una, dos, tres o hasta siete porciones. Hay que entender el concepto de porción”, añade.

Otro concepto importante es que las frutas y verduras no son negociable­s. “Se necesitan sí o sí”, afirma Llanos. Un conejo, en ese sentido, es “aprovechar las frutas y verduras de estación. Hay que ir a la verdulería”, añade la licenciada en Nutrición Silvina Tasat, de la SAN.

Así, las especialis­tas aseguran que lograr una dieta equilibrad­a es fácil y que la clave está en organizars­e. A continuaci­ón, un listado de consejos para lograrlo.

Comenzar con un buen desayuno. “Debe proveer un poquito de proteína para que el cerebro se active. Fundamenta­l para los chicos”, dice Llanos. Puede ser leche, queso, yogur o hasta un huevo, dicen las especialis­tas. “También necesitás energía para aguantar la mañana. Debe ser energía durable, entonces lo ideal no es sumar azúcar a la leche, porque es energía que sube rápido y desaparece. Lo ideal es acompañar con una rebanada de pan, un cereal o una fruta. Son esas tres cosas básicas y ya sumaste una porción de fruta”.

Al mediodía. Necesitamo­s mantenerno­s despierto. Lo ideal es sumar una proteína (huevo, pescado) acompañado de algún almidón (puede ser arroz, lentejas, choclo, papa con cáscara, puede ser pan) y sí, es importante sumar verduras, que pueden ser crudas, cocidas o grilladas.

A la tarde. Puede ser fruta, lácteo, yogur, pan con queso, o incluso un sándwich.

A la noche. Otra vez un plato de pasta o cereal, y siempre verduras.

“Con cuatro o cinco consejos la gente ya puede comer mejor”, dice Llanos. “La clave es organizars­e”, añade Tasat. Y Llanos termina con dos consejos finales: “No te llenes de galletitas. Mejor comer pan, puede ser de panadería o con cereales. Tomá la decisión de no tomar gaseosas”. ■

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Almuerzo ideal. Verduras cocidas, grilladas y crudas, acompañada­s con un poco de queso y pan.

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