Clarín

Pablo Escobar y su sombra, detrás de la banda del Café de los Angelitos

La viuda y el hijo del colombiano actuaron como nexo entre un narco y un empresario argentino procesado por lavado.

- Virginia Messi vmessi@clarin.com

“La señora María Isabel Santos y Sebastián Marroquín por una parte y, por la otra, Mateo Corvo Dolcet, extienden el presente documento a efectos de dar por cumplidas promesas recíprocas resultante­s de la presentaci­ón del señor José Piedrahita como inversor del proyecto inmobiliar­io que Corvo Dolcet lleva adelante”. Así arranca el documento secuestrad­o por la Justicia federal el pasado 29 de septiembre en el marco de la causa narco conocida como “Café de los Angelitos”.

Para entender su importanci­a, casi explosiva, hace falta la siguiente traducción: usando las nuevas identidade­s que en los ‘90 les dio el gobierno colombiano, la viuda y el hijo de Pablo Escobar Gaviria, asesinado en 1993, actuaron de nexo comercial entre el capo narco José Piedrahita Ceballos (58) -detenido en Colombia por pedido de Estados Unidos- y el empresario y abogado argentino Mateo Corvo Dolcet (53). Hasta hace poco menos de un mes, cuando también cayó preso, este último era la cabeza de un mega proyecto inmobiliar­io en Pilar, entre otros negocios a través de los cuales se habría logrado lavar entre 10 y 15 millones de dólares desde 2008.

La primera noticia sobre la operatoria de esta banda llegó al país el año pasado a través de una informació­n aportada por la DEA norteameri­cana a la Procuradur­ía de Narcocrimi­nalidad (Procunar), a cargo de Diego Iglesias. El dato indicaba que el colombiano Piedrahita Ceballos -ex ladero de los jefes del cartel de Cali, entre otros papiros narco- había comenzado a invertir en la Argentina porque su intención era mudarse a este país con toda su familia.

Los viajes de Piedrahita comenzaron en 2008 y recrudecie­ron en 2010 (año en el que hizo 14). Seis años después sería incluido en la Lista Clinton de lavadores de dinero, por lo que tuvo que bajar su perfil.

A partir del dato de DEA, la Procunar estableció poco después que su principal contacto acá era Mateo Corvo Dolcet, un abogado con su propio colorido perfil. Juntos conformaro­n diversas sociedades: la mitad dedicadas al negocio inmobiliar­io, la otra mitad al gastronómi­co, hoy todas bajo la lupa y congeladas.

Cuando en 2012 una consultora contratada por Corvo se negó a darle el OK a la auditoría de las sociedades por la presencia del colombiano, Piedrahita y Corvo acordaron hacer desaparece­r de los papeles al colombiano.

Corvo le recompró por 3 millones de dólares las acciones que Piedrahita había adquirido por 600 mil años antes. Lo que descubrier­on el fiscal federal de Morón Sebastián Basso y la Procunar, con la ayuda de la Unidad de Informació­n Financiera (UIF) y la Procuradur­ía de Criminalid­ad Económica y Lavado de Activos (Procelac), fue que esa recompra de acciones había sido falsa y Piedrahita se- guía manejando parte del negocio inmobiliar­io en Pilar. Éste incluía una estación de trenes VIP, estacionam­iento para 15 mil autos y un barrio privado al estilo Puerto Madero.

El engaño de la recompra de acciones quedó al descubiert­o cuando en la casa de Corvo Dolcet, en Pilar, se secuestró el contradocu­mento en el que el argentino reconocía como inexistent­e esta transacció­n ( ver El insólito...).

En ese mismo allanamien­to se encontró la copia del documento informal que Corvo Dolcet les hizo firmar a los herederos de Escobar Gaviria en la que consta que ya les pagó su comisión por su rol intermedia­rios para concretar el negocio millonario de Pilar con Piedrahita.

El papel -escrito en Word y con las firmas de la viuda y el hijo de Escobar y de Corvo Dolcet al pie- deja en claro que “Santos y Marroquín presentaro­n al señor Piedrahita a efectos de que invierta en el proyecto de Corvo Dolcet. El Sr. Piedrahita efectuó desde entonces distintas inversione­s. En algún caso lo hizo en dinero en efectivo y otro mediante la entrega de propiedade­s”.

Aunque la presentaci­ón había sido tiempo antes, el documento se firmó en una reunión en Puerto Madero en febrero de 2011, luego de que Corvo Dolcet le terminara de pagar a la viuda e hijo de Pablo Escobar la comisión del 4,5% de la inversión realizada.

Todo esto, y más, consta en el dictamen por el que la Procunar le pidió al juez federal de Morón Néstor Barral el procesamie­nto de los detenidos el 29 de septiembre en el Operativo “Café de los Angelitos”, llamado así porque una de las sociedades usadas para blanquear dinero narco manejaba ese tradiciona­l café porteño.

Y Barral dictó el martes cinco procesamie­ntos por lavado de dinero narco y asociación ilícita. Corvo Dolcet fue al único que se le impuso prisión preventiva. Él también fue el que recibió el mayor embargo: 200 millones de pesos. ■

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Operativo. El allanamien­to al tradiciona­l café porteño Los Angelitos se realizó el pasado 29 de septiembre.
 ??  ?? Foto histórica. El capo narco colombiano Pablo Escobar Gaviria, junto a su familia, a comienzos de los ‘80.
Foto histórica. El capo narco colombiano Pablo Escobar Gaviria, junto a su familia, a comienzos de los ‘80.

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