La NBA dejó a un lado la rivalidad para apoyar al fracturado Hayward
Los colegas le dieron fuerza en persona y en las redes sociales tras la durísima lesión en el partido inaugural.
En la NBA, la competencia es feroz. Pero todo quedó de lado en la noche de apertura de la temporada por la desgracia que vivió un joven que empezaba a transitar un camino soñado. Gordon Hayward, que debutaba en Boston y cuya carrera se encontraba en plena curva ascendente (este año disputó su primer Juego de las Estrellas), se dislocó el tobillo y se fracturó la tibia de la pierna izquierda y todo el pueblo de la NBA salió a apoyarlo en un gesto de unidad.
“Me hizo recordar lo que me pasó. Me sentí devastado. Hablé con Gordon, traté de darle ánimo y estar ahí para él”, contó Paul George tras el entrenamiento de Oklahoma. El alero conoce el amargo sabor de las graves lesiones, ya que se fracturó una tibia en 2014. Y reconoció algo que no todo protagonista admite: “Es difícil superarlo. Siempre pensás cómo va a ser el después. Yo ya no soy tan explosivo como era. Aprendí a jugar de otra manera”.
Kyrie Irving, nuevo compañero de Hayward en los Celtics, vivió de cerca esta lesión como aquella de George, ocurrida en un entrenamiento de la Selección de Estados Unidos. “Es duro. Esas han sido probablemente dos de las peores lesiones que vi. Tiene que seguir luchando; si Dios quiere, estará bien, y nosotros rezaremos por él y estaremos ahí para él”.
LeBron James, rival de Hayward en la noche del martes y uno de los primeros en acercarse a darle la mano cuando los médicos se llevaron al alero, se lamentó: “Estas son las cosas que nunca estás preparado para ver, que nunca querés ver, sin importar quién sea, ni qué tan rival sea. Es una desgracia”. Tanto LeBron como Isaiah Thomas (ex Boston, hoy en Cleveland), Dwyane Wade y Kevin Love fueron a ver a su rival al vestuario.
Mientras el público y los jugadores de Cleveland se espantaba , porque su banco de suplentes estaba frente al aro donde se lastimó Hayward y los compañeros del ex jugador de Utah se abrazaban en comunión, el apoyo se iba multiplicando a través de las plataformas digitales.
En el vestuario de Golden State Warriors, que debutaban contra Houston, vieron la trágica jugada. “Quedamos destrozados; fue terrible”, se sinceró Steve Kerr, el entrenador del campeón, antes de agregar: “Es algo que te muestra la naturaleza frágil de lo que hacemos”.
Ex compañeros como Rudy Gobert ( Utah) o rivales como Andre Drummond ( Detroit), Tristan Thompson (Cleveland), Nicolas Batum (Charlotte) y Stephen Curry (Golden State) se unieron bajo el mensaje “Volverás más fuerte que nunca”.
Myles Turner, de Indiana, aseguró: “En tiempos como estos es cuando más nos unimos”. Danny Green, compañero de Emanuel Ginóbili en San Antonio, reflexionó: “Incluso en lo competitivos que somos unos contra otros, ninguno de nosotros quiere jamás ver a alguien pasar por esto”. Y el entrenador de Denver, Michael Malone, resaltó que “la NBA es una comunidad y se pudo ver un apoyo superador anoche”.
Kobe Bryant dejó un mensaje de apoyo y sus palabras, sentidas, se expandieron rápidamente. “Vas a estar enojado, desearás volver a ese día, a ese partido, a esa jugada . Es un largo camino, pero si te enfocás en miniobjetivos, encontrarás belleza en la lucha de hacer cosas fáciles que antes de esta lesión se daban por sentadas. Verás que tu confianza crecerá con cada pequeño logro y volverás hecho un mejor jugador”, escribió en su cuenta de Instagram.
Las aspiraciones de título de Boston sufrieron un duro golpe, pero la NBA se unió para juntar los pedacitos de sueños que se le rompieron a Gordon Hayward y demostrarle que aún queda camino por recorrer. ■