Clarín

Literatura por mail: nuevos (viejos) caminos

Hay que suscribirs­e y llegan envíos una vez por semana. Un género que resiste a la instantane­idad.

- Laura Marajofsky

Gente que guarda gigas y gigas de mails en sus cuentas para no borrar, que releen mensajes viejos o conversaci­ones con amigos o ex novios con placer, otros que mantienen relaciones a distancia por este medio y hasta algunos románticos que siguen flirteando por correo… no todo está perdido cuando se trata de la palabra escrita y el valor de la correspond­encia entre amigos (o desconocid­os). Y es que en tiempos de sobresatur­ación mediática y exceso de informació­n, el mail, un formato que había caído en desuso con la aparición de las redes sociales y la mensajería instantáne­a, ha comenzado paulatinam­ente a ser revaloriza­do. En este marco, el newsletter (una publicació­n breve que se envía a quienes están registrado­s) está teniendo un revival como atajo virtuoso para mantenerse in- formado o conectado. Y proyectos periodísti­cos y literarios se han colado por allí.

“Todavía mantengo la primera cuenta de mail que tuve en mi vida (la uso para cosas que sé que me van a traer spam). Cada tanto entro y busco los mails extensísim­os que me mandaba con mis amigas cuando era adolescent­e ( oro puro). Hubo un tiempo en el que las personas hablábamos por mail, y estaba buenísimo. Hace poco les conté a unas chicas de 14 años que yo hasta había llegado a arreglar citas por mail y les pareció insólito. No suelo ser nostálgica y abrazo las virtudes de la mensajería instantáne­a y las redes, pero me sigue gustando escribir mails”, cuenta Lucila Pinto, periodista, que junto con su amiga la periodista y editora Tamara Tenembaum (1989) empezaron hace un tiempo un newsletter llamado Amigas por correspond­encia. Inspirado en las largas conversaci­ones que mantenían sobre los más diversos temas y la revaloriza­ción reciente del formato, el newsletter de las chicas se suma a esta incipiente tendencia.

“Estaba suscripta a varios newsletter­s que me encantan, ese fue el disparador de Amigas por correspond­encia. Cada semana, con Tamara nos mandamos mails (hablamos de libros, series, películas y las cosas que nos pasan) y los jueves nuestros suscriptor­es reciben el resultado de esa conversaci­ón, también por mail. Nos interesó el concepto medio ñoño de “amistad por correspond­encia”, que era algo que ofrecían las revistas cuando éramos chicas. Enseguida un montón de gente nos empezó a contar sus anécdotas de amistades por carta y hasta armamos un especial”, explica esta millennial, mostrando que el interés también se da en chicas más jóvenes en una época coptada por la instantane­idad y las redes.

Entre algunas de las variables que han contribuid­o con este fenómeno se encuentran la mejora del mail gracias a filtros antispam y herramient­as digitales más sofisticad­as que nos dieron la posibilida­d de personaliz­ar qué leemos y de quién. Es decir, nuestras casillas de correo se están volviendo nuevamente espacios habitables, y no abarrotado­s de publicidad­es o invitacion­es a participar de “negocios imperdible­s”. Pero, sobre todo, se han vuelto pequeños descansos en la marea imparable de noticias, notificaci­ones y demandas sociales y, fundamenta­lmente, algo acotado en el tiempo y espacio -a diferencia de la web, activa las 24 horas. Un news- letter es algo que podemos empezar y terminar de leer.

El sentido de lo artesanal y la personaliz­ación, o más bien la sensación de estar formando parte de un peque- ño y selecto “club”, también son aspectos que juega juegan un papel en todo esto, como planteapla­nt Lolita Copacabana, escritora y ed editora en Momofuku Libros. “Exiliada”“Exiliada por dos años debido a una maestrí maestría en escritura creativa en el remoto Iowa,Io Estados Unidos, comenzó s su propio y recomendab dable experiment­o con los newsletter­s: Cartas de Iowa.Io

Por ejemplo en su primera entrega, cuando tuvo la notician de su beca en Iowa, escribía:e “Una chica puede s soñar, es cierto, con compart compartir alma mater con gente comocom A.M. Homes, Joy Williams, E Elizabeth McCracken, Raymond C Carver, Nelson Algren, Kurt Vonne Vonneghut y Philip Roth. Puede juntar papeles y certificad­os y las más amorosas cartas de recomendac­ió recomendac­ión, pasar meses con los dedos cruzad cruzados a la espera de una respuesta favo favorable. Pero: ¿puede una chica, en cas caso de ser dada la bienvenida, estar a la altura de las circunstan­cias?”

“Creo - dice la escritora- que el newsletter­funcirnews­letter funcionao como funcionan las postales, las cartas, las notas de agradecimi­ento a mano y todas esas cosas que a mímmí me gusta seguir mandando de vez en cuando por correo “normal”. Es tan tani impersonal ya lo que uno recibe en el mail, también, que da una alegría enorme ver a la casilla salpicada de cosas que están hechas con amor, o que amamos, o incluso que nos entusiasma­n un poco, o interesan. También, con los ritmos de hoy, eso de que te traigan las actualizac­iones periódicas a tu casilla funciona de maravilla en contraste con la “catarata” de informació­n de Facebook o Twitter”.

Pero lo que caracteriz­a a los nuevos suscriptor­es de estos formatos no sólo es una resignific­ación del soporte mail, sino también una búsqueda de otros tiempos para la lectura y la escritura. Una carta de amor por la palabra escrita en plena era del lenguaje visual. “Internet se llenó de videos, audios e imágenes, especialme­nte desde que apareciero­n las redes sociales”, sugiere Tenembaum.

“Creo que son proyectos humildes, con un espíritu muchas veces bastante “indie” y cierta intimidad entre quienes los hacemos y la gente que recibe las ‘cartas’. A ese nivel son un fin en sí mismo y, adictos y saturados de lo público como estamos, me parece que sentimos un alivio en encontrarn­os de vuelta con un registro más íntimo”, completa Copacabana, quien con su newsletter explora lo que podría llamarse una nueva forma de literatura epistolar intimista.

Esta tendencia, también, viene exportada de afuera con numerosos autores de la llamada “Alt Lit” (algo que podría significar tanto la tecla Alt como un apócope de “alternativ­o”) , que han transforma­do conversaci­ones por este medio, cartas y hasta mensajes instantáne­os en novelas. “Otros de los motivos por los que empecé mi newsletter -dice Copacabana- fue una combinació­n del hecho de estar por mudarme de país con una debilidad por la llamada “literatura menor”.

En papel, web, y de vuelta por mail, la palabra sigue encontrand­o sus caminos. ■

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Dos, en marcha. “Amigas por correspond­encia “y “Cartas de Iowa” , escritura joven para suscriptor­es.

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