Clarín

Por las trenzas de Martín Fierro

- Patricia Kolesnicov pkolesnico­v@clarin.com

Se trata de gauchos. Y dice: “Entre ellos, uno que se movía delicadame­nte, haciendo bailar sus trenzas largas y una túnica de plumas tan rosas como las mías y con un lazo en la cintura (...)” Hay más: “Parecía una china disfrazada de flamenco, se le notaba algo macho en una sombra de barba y nada más”. ¿Ya adivinaron quién es? “Se me acercó y supe que era cierto lo que decía Hernández: era Fierro y más que de fierro parecía hecho de plumas”.

La escena es parte de una novela que acaba de salir, Las aventuras de la China Iron, y que escribió Gabriela Cabezón Cámara ( San Isidro, 1968), incluyendo, retorciend­o, exprimiend­o y sacando significad­os de la gauchesca, ese género al que pertenece nuestro “libro nacional” y que, dice Cabezón Cámara, “es parte de nuestro imaginario. “¿Quién no sabe los versos ‘los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera’?”

La novela mira a un personaje que el poema de José Hernández apenas considera: la mujer que queda atrás, con sus dos hijos, cuando la leva se lleva a Martín Fierro. Casi no se la describe en el poema de José Hernández, ni nombre tiene: Cabezón Cámara -que se acaba de ganar una beca del Fondo Nacional de las Artes para escribir una novela sobre la Triple Frontera- arranca cuando la china queda sola, mira alrededor y alrededor está Elizabeth, la mujer de otro personaje de Hernández, un inglés. Se van juntas hacia el desierto, camino de las tolderías. La inglesa quiere recuperar a su marido; la china se siente por fin libre de “la bestia de Fierro”. Elizabeth la insta a ponerse un nombre: la china ahora se llama “Josephine Star Iron (Fierro, en inglés). Se van a enamorar, van a tener un sexo intenso, se va a unir a ellas un gaucho, Rosario, del que, al contar como dejó sus pagos, dirán: se fue “como quien se desangra”: famosa frase de Don Segundo Sombra. Elizabeth, China y Rosa van a pasar un tiempo en la estancia de un tal Hernández -ejem- que escribió un libro con versos que en realidad le robó a un gaucho...

Cabezón Cámara toma el género -gauchesca- y lo vuelve otro, como se vuelve otro Fierro y la propia China, que se va vistiendo de varón y “fluye” de género en género. ¿Pero por qué la gauchesca ahora? “Revisar la gauchesca -dice Cabezón Cámara- es revisar el proyecto de país. Que empieza con Bartolomé Hidalgo, con una clase oprimida pero empoderada: el gaucho como sujeto emancipado y emancipado­r, que participa de la guerra contra España. Ese género va dando cuenta de lo que pasó con el país, desde sus comienzos revolucion­arios de Mayo hasta la Conquista del Desierto. Va de esa voz que recita en tono pampeano los valores de la Revolución Francesa hasta el gaucho solo, llorón y resignado al final, que es Martín Fierro. Ahí ya se consolidó un país con latifundio, alambrados, ya corrió al indio y no sirve para nada ese gaucho. Se trata de volver a pensarlo”.

Por este camino ya han pasado otros. Uno es Borges, en textos como Biografía de Isidoro Tadeo Cruz, donde reinventa al compañero de Fierro. O Martín Kohan, quien en el cuento El amor narra el vínculo de Fierro y Cruz.

Otro proyecto de país y de mundo, Las aventuras... es luminosa y casi siempre, feliz. Y a medida que avanza al desierto encuentra una forma de civilizaci­ón más diversa y más humana: “La idea en esta novela es que esa división de civilizaci­ón y barbarie es mentira, la descripció­n cruel que Hernández hace de los indios en la segunda parte de Martín Fierro es falsa. Es una operación de propaganda”.

No vale contar finales, pero digamos que es una utopía donde todos se mezclan y construyen. Porque, dice la escritora: “Nos merecemos un mundo mejor. Y un mundo mejor es todos más mezclados y con menos jerarquías”. ■

 ?? JUAN FOGLIA ?? Otros mundos. Cabezón Cámara con Coco y una utopía luminosa.
JUAN FOGLIA Otros mundos. Cabezón Cámara con Coco y una utopía luminosa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina