“Estoy aterrada por la humanidad”
A los 70 años, la artista, que actuará hoy en el Opera, reflexiona sobre la masacre de Las Vegas y el rol del arte.
"Desde ya, me disculpo por el tiempo que tenemos para la nota, estamos en un momento de crisis ahora en el país". Esas son las primeras palabras que Laurie Anderson comparte con Clarín, y en esa frase uno puede escuchar no sólo la voz de esta mujer de 70 años, sino también las de Bob Dylan, Peter Gabriel, Patti Smith y hasta la de su ex marido, Lou Reed, por mencionar algunas. Voces profundamente artísticas, que a la vez tienen un peso social en la forma de ver y sentir el mundo.
Esta nota se hizo el 4 de octubre de 2017, y anoche, el tiroteo en el Harvest Festival en Las Vegas le convirtió en la masacre más grave en la historia de los Estados Unidos. A 4.000 kilómetros de allí, en su hogar neoyorquino, Laurie intenta darle forma a lo sucedido en su cabeza. “Recién ahora estamos viendo que nos estamos cayendo a pedazos. No quiero ser pesimista; mi objetivo es ser realista. Pero tengo que admitir que estoy aterrada”, comenta entre suspiros del otro lado del teléfono.
Hoy, Anderson vuelve a subir a escena en el teatro Opera porteño con An Evening with Laurie Anderson” (Una velada con..), un espectáculo que cubre diferentes aspectos de su carrera artística. “Habrá canciones, algunas historias, muchas cosas electrónicas y con violín, y algunas imágenes”, adelanta. Pero enseguida sus reflexiones vuelven a lo urgente. -¿Creés que como artista podés ayudar a evitar que el mundo se caiga a pedazos? -No lo sé, no lo sé. Nunca traté de influenciar a nada ni a nadie y no voy a empezar ahora. Hay que ser capaz de describir las cosas muy bien y sin tener mucha fe de que hay alguien ahí afuera que te está escuchando,.¿Si no hay nadie en el futuro, a quién le podés estar hablando?
-Asusta un poco, ¿no?
-Es una locura, es absurdo. Pero de alguna forma, mucho del proceso artístico es absurdo (ríe). Uno nunca sabe si le estás hablando a alguien, y no sabés si estás haciendo del mundo un lugar mejor. Ese nunca fue mi objetivo tampoco, yo quiero al mundo. -Últimamente usás herramientas como la realidad virtual para expresarte artísticamente. ¿Son éstas las herramientas que van a abrir nuevas puertas de expresión personal?
-Mi objetivo es perderme en la tecnología; los libros son lo que más se le acercan a esto. Si estás leyendo un libro, podés desaparecer y convertirte en un personaje. Tiene cierta magia. Te transformás en ese personaje, vivís en ese mundo, que va más allá de la realidad virtual. Supongamos que es parecido, hay algunos paralelos interesantes. Pero no creo que usando como ejemplo a la realidad virtual, sirvan como una forma avanzada de expresarse.
-Y si no es la tecnología, ¿qué es lo que ayudaría a la expresión?
-La empatía. Es una forma muy avanzada y humana, muy rica también. Creo en el progreso, porque creo que hay una tendencia kármica que nos lleva a cierta complejidad. La evolución nos hace más complejos, no al revés. No estamos en la misma escala que los gusanos, pero siento empatía por ellos. Me resultaría muy difícil vivir en un mundo en el que tienes que vivir constantemente en estado de temor. Algunos viven bajo tierra y otros viven en estado de alerta por miedo a ser devorados. Aunque reconozco que estoy aterrada por la humanidad, porque no estoy segura de hacia dónde estamos yendo. ■