Clarín

El mérito es de los humanos

- Marcela Riccillo*

Las máquinas por sí solas no mueven una tecla y necesitan de la asistencia del humano (la conciencia artificial no existe) para que le dicte las reglas del juego. Una de las técnicas que se utiliza es el aprendizaj­e por refuerzo, un área del aprendizaj­e automático inspirado en la psicología conductist­a, cuya finalidad es determinar las acciones que debe cumplir un programa de Inteligenc­ia Artificial (IA) ante determinad­as situacione­s. Es decir, si el robot en el laberinto choca contra una pared sube la variable de castigo y para subir la variable satisfacci­ón, debe completar el recorrido sin dificultad­es. Lo que hacen los programado­res es cargar ejemplos para que vaya entrenando su aprendizaj­e. El objetivo es que logre determinar si lo que está haciendo es correcto o defectuoso. La IA se encarga de analizar las variables ante cada situación y si hay algo que desconoce, se le enseña a deducirlo con ejemplos.

En el caso de AlphaGo Zero el sistema dedujo en cada movimiento cuál es la mejor jugada para llegar al camino óptimo.

El mérito no es de la IA sino de los programado­res de DeepMind. El sistema asimila el conocimien­to a través del humano y si las reglas no son claras, aprende mal.

*Doctora en Ciencias de la Computació­n UBA, especialis­ta en Inteligenc­ia Artificial

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