Desde veredas opuestas, Bush y Obama arremeten contra Trump
Críticas. En diferentes actos, los dos ex presidentes de EE.UU., uno demócrata y otro republicano, repudiaron el estilo y la política del actual mandatario, sin nombrarlo.
Hasta ahora, pocas cosas parecían unir a Barack Obama y George W. Bush. Los dos ex presidentes estadounidenses, uno demócrata y el otro republicano, han estado en veredas opuestas del mundo político desde hace años. Pero este jueves, casi en simultáneo, pero en dos actos separados, coincidieron en sus duras críticas al actual ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump. Sin nombrarlo, repudiaron la “intolerancia” que reina hoy en el país.
La de Bush fue una velada arremetida contra el actual jefe de la Casa Blanca. El republicano denunció la tentación aislacionista política y económica que se apodera de Estados Unidos, en un discurso en el que la sombra de Trump, a quien no nombró, estuvo presente.
“La intolerancia parece incentivarse. Nuestros debates políticos parecen más vulnerables a las teorías conspirativas y a las manipulaciones”, declaró en Nueva York, durante una conferencia organizada por el instituto que lleva su nombre. El argumento “se convierte demasiado fácilmente en animosidad” y “el desacuerdo escala a deshumanización”, enfatizó.
A diferencia de su sucesor demócrata Barack Obama, Bush ha dicho muy poco públicamente sobre Trump o sobre el estado de la política estadounidense este año. En 2016, se negó a respaldar la candidatura del magnate multimillonario, y en gran medida se mantuvo por encima de la pelea política.
Pero con su discurso del jueves, Bush rompió con ese silencio, en una muestra de preocupación de un ex líder en un momento único en la historia de la nación.
“Hemos visto desnaturalizar el nacionalismo en nativismo, y hemos olvidado el dinamismo que la innova- ción siempre aportó a Estados Unidos”, agregó luego de meses de esfuerzos de Trump por frenar la inmigración y el flujo de refugiados al país. “Perdemos la confianza en la economía de mercado y el comercio internacional, olvidando que los conflictos, la inestabilidad y la pobreza son las consecuencias del proteccionis- mo”, remató.
En tanto, Obama tomó la palabra en Richmond, Virginia, en un esperado regreso a la arena política. Fue más sutil que su antecesor pero igualmente elocuente en la crítica.
Habló para para apoyar a dos candidatos demócratas a gobernador, abandonando el bajo perfil que había mantenido desde que dejó la Casa Blanca en enero.
El ex mandatario demostró no haber perdido nada de su popularidad ante los activistas demócratas, que hicieron cola para esperarlo con horas de anticipación y volvieron a cantar “Yes, we can” (sí, podemos), el lema que lo impulsó a la victoria cuando era un joven senador demócrata de Chicago.
Más de 6.000 personas se reunieron en Richmond para ver a Obama, en un acto de apoyo al candidato demócrata a gobernador de ese estado sureño, Ralph Northam.
De traje pero sin corbata, y largamente ovacionado, Obama llamó a los ciudadanos de Virginia a votar para “enviar un mensaje resonante a todo este hermoso país y el mundo”.
“Si para ganar una campaña debemos dividir a la población, entonces no podremos gobernar”, afirmó, también en una alusión velada a Trump.
“Nuestro valor es más alto no cuando menospreciamos a las personas, sino cuando tratamos de elevarlas a todas juntas”, agregó Obama en otro revés para su sucesor.
El ex presidente demócrata también repudió los recientes acontecimientos en Charlottesville, una ciudad de Virginia donde una manifestación de activistas de extrema derecha terminó con violencia.
Más temprano, el ex mandatario había participado en otro acto de campaña en Nueva Jersey, cerca de Nueva York, para apoyar al demócrata aspirante al puesto de gobernador Philip Murphy.
“La política actual... creíamos haber acabado con eso hace tiempo... ¡La gente tiene 50 años de retraso! Estamos en el siglo XXI, no en el XIX...”, ironizó.
Estas dos elecciones tendrán lugar el 7 de noviembre, un año después de la sorpresiva victoria de Trump en la elección presidencial de 2016. ■
Bush habló de la “intolerancia” en la política. Y Obama criticó el “menosprecio”.