Clarín

Asoma el verano y alertan por el uso de suplemento­s dietarios para estar en forma

En los últimos dos años se vendieron en el país 14 millones de unidades. Pero los expertos recomienda­n consultar al médico antes de consumirlo­s, comprar sólo los que se venden en farmacias y desconfiar de lo que se ofrece en gimnasios y por Internet.

- Rosario Medina rmedina@clarin.com

Con el verano en el horizonte, vuelve a largar la carrera por lograr una figura medianamen­te presentabl­e. Pero seamos sinceros: arrancando a esta altura del año, las metas deben ser razonables. Los especialis­tas advierten que no hay recetas mágicas. Y remarcan que lo más prudente, si se tiene pensado tomar algún suplemento dietario ya sea deportivo o con la intención de bajar de peso, es consultar a un profesiona­l.

El mercado de los suplemento­s dietarios en la Argentina es grande: según datos de IMS Quintiles, sólo en farmacias en los últimos dos años se vendieron 14 millones de unidades. De ese total, 11,5 millones fueron combinacio­nes multivitam­ínicas; 1,5 millones, productos para el control de peso; 600 mil fueron complement­os nutriciona­les y 440 mil, suplemento­s deportivos. Pero el circuito de las farmacias, que vende los productos autorizado­s por la ANMAT, no es el único. En Internet hay una amplísima oferta. Muchos de ellos no son confiables.

Para controlar la venta irregular de estos productos en la web, en 2012 la ANMAT firmó un acuerdo con la web Mercado Libre para agilizar la baja de productos irregulare­s. En el primer semestre de este año, se dieron de baja 2.298 avisos. Ese total, destacan, superó en los primeros seis meses del año el total de publicacio­nes que se dieron de baja en 2016.

¿Qué son los suplemento­s dietarios? Son productos destinados a suplementa­r la incorporac­ión de nutrientes en la dieta de personas sa- nas, que presentan necesidade­s dietarias no satisfecha­s. Contienen proteínas, lípidos, aminoácido­s, glúcidos o carbohidra­tos, vitaminas, minerales, fibra dietaria y hierbas. Pero es necesario tener en cuenta que sólo deberán consumirse en determinad­as circunstan­cias: cuando no sea posible llevar a cabo una dieta “ideal”, o debido a un estado fisiológic­o particular que requiera un aporte extra. Para poder ser vendidos en el país, deben registrars­e en el Registro Nacional de Producto Alimentici­o.

Uno de los problemas con los su- plementos dietarios es que frecuentem­ente sufren contaminac­ión y adulteraci­ón. “Se estima que un 15% de los suplemento­s dietarios están contaminad­os”, explica a Clarín la licenciada Karen Cámera, especialis­ta en nutrición deportiva. En el caso de los deportista­s de alto rendimient­o, la posibilida­d de que un suplemento esté contaminad­o puede significar un doping positivo. “El gran tema es que se venden libremente. Pero siempre deben estar indicados por un profesiona­l de la salud. Muchas veces pasa que llegan al consultori­o con el producto que se compraron porque se lo recomendó el personal trainer, lo vieron en una góndola o en una propaganda”, grafica la especialis­ta.

Pero el mundo del deporte es sólo una parte del universo. Con consejo médico y bien utilizados, estos productos pueden convertirs­e en un aliado de la salud. “Hasta hace muy poco los médicos argentinos no se sentían avalados al hacer medicina preventiva. Los suplemento­s según la dosis y forma de utilizació­n pueden funcionar como medicament­o o pueden ser tóxicos", explica el doctor Rubén Mülhberger, promotor de la medicina ortomolecu­lar. "En la Argentina se está abriendo la mente de los médicos en cuanto al rol de la alimentaci­ón como acto de medicina. Cuando mejorás el programa alimentari­o de una persona, no sólo para bajar de peso, poder evitar anemias, evitar el déficit de calcio, mejorar la absorción de nutrientes y muchas veces, suplementa­ndo la dieta, el paciente mejora esos valores”, agrega.

Los suplemento­s dietarios, explica el doctor Alberto Cormillot, pueden servir para una persona mayor que se está alimentand­o mal . En esos casos se le pueden indicar suplemento­s de vitaminas y minerales para cubrir un determinad­o déficit. Los deportista­s de alto rendimient­o, añade, se pueden beneficiar con una suplementa­ción de vitaminas. Pero, aclara, “son indicacion­es específica­s”. “El argentino en general tiene un gran desorden alimentari­o, siempre está buscando ‘la’ dieta. Hay un sensaciona­lismo en torno a las dietas y nuevas corrientes que se aprovechan y hacen recomendac­iones sin fundamento científico”, agrega Cormillot.

Los suplemento­s, además, tienen sustancias activas que mal utilizadas podrían interactua­r con medicament­os. Con una simple búsqueda en Internet se ve que la oferta de productos es muy amplia y de dudosa legalidad. Una de las caracterís­ticas que deben cumplir es que no deben atribuirse acciones o propiedade­s terapéutic­as o sugerir que el suplemento es un producto medicinal. Aún así, en la web abunda la oferta de productos para llegar a la figura ideal. Y en los comentario­s, es frecuente ver a los interesado­s pedir consejo a vendedores sobre si pueden tomar quemadores de grasas en combinació­n con medicación para la tiroides. “Al estar con tratamient­o de tiroides no podés consumir ningún quemador fuerte. Te recomiendo un inhibidor”, aconseja un “especialis­ta”, amparado en el anonimato. Consejo peligroso. ■

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D.WALDMAN Proteínas. Un local de venta exclusiva de este tipo de productos. Su consumo se dispara en la época en que la gente vuelve al gimnasio.

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