Clarín

Cristina perdió en la Provincia, pero dijo que sumó más votos que en las primarias

Cómo queda el kirchneris­mo Aseguró que su espacio fue el que “más creció” y luego aceptó que “no alcanzó” para ganar. No felicitó a sus adversario­s y se mostró como la principal fuerza opositora a Cambiemos.

- Pablo Ibáñez pibanez@clarin.com Cristina Kirchner

Antes de las 10 de la noche, Cristina Kirchner aceptó su derrota. Cuando los datos del escrutinio oficial -y de su propio conteo- perfilaban un revés inevitable para Unidad Ciudadana, la ex presidenta avisó que saldría, después del festejo macrista, a reconocer la victoria de Cambiemos.

El dato llegó con una nota al pie: la admisión sería a “lo Cristina”. Y así fue: la ex presidenta, a las 23.20 de la noche se autoelogió porque su espacio fue el único scrum opositor que sumó votos respecto a las primarias, aunque, redundó, no le alcanzó para “superar" a sus "adversario­s”. Nunca felicitó a sus rivales ganadores.

El resto fue arenga pura y dura. “Acá no se acaba nada, hoy aquí empieza todo”, animó sobre la medianoche a las decenas de militantes que se agolparon frente al escenario desde un rato antes.

Un rato antes, encerrada en el improvisad­o VIP del segundo piso del hotel donde concentra el plantel de Arsenal de Sarandí, Cristina perfiló el argumento político de su derrota: habló de una ola amarilla nacional y remitió a la victoria que Cambiemos obtuvo en casi todo el país.

Se refirió, aseguran que sin saña, a los traspié de Juan Manuel Urtubey en Salta y de Sergio Massa en Tigre, ambos peronistas abiertamen­te anti K que terminaron terceros en sus distritos. La paliza que sufrió el peronismo a nivel país minimizó, entienden en el planeta K, el golpe de la derrota propia.

En clave K, el revés de Unidad Ciudadana en la Provincia se suaviza con el retroceso de los demás exponentes peronistas. “El resto de las fuerzas políticas no han resistido el avance del oficialism­o”, apuntó la ex presidenta y calificó a su sector como “la oposición más firme” al gobierno de Mauricio Macri.

En un breve discurso, escoltada por los demás candidatos bonaerense­s, la ex presidenta consideró que el 22– O la gente “eligió que modelo de oposición quiere” y por eso, “Unidad Ciudadana llegó para quedarse”.

Lanzó un anzuelo al decir que esa “será la base, no la totalidad, de la alternativ­a” al Gobierno y lo roció con una épica de trasnoche al asegurar que el “voto recibido es un voto fundaciona­l”. Retomó una de sus frases de cabecera en la campaña: eso de convocar a la unidad de las fuerzas que están “contra el modelo de ajus- te”.

En privado, la mirada fue más cruda. "La elección a nivel nacional dejó claro que no hay espacio para las terceras posiciones", dijo a Clarín un dirigente que estuvo en el VIP donde se repitió una cuenta de matemática electoral puntual: aún perdiendo, juntó casi 3,3 millones de votos.

Otro doblez del análisis K. En las horas turbulenta­s de anoche tuvo que ver con la propiedad de la victoria ajena. En su enfoque, la ex presidenta perdió con Macri no con Bullrich ni, tampoco, con María Eugenia Vidal, la candidata real de Cambiemos en la Provincia.

De hecho, al principio anticipó que esperaría que hable Mauricio Macri, a quien en su staff consideran el ganador de la jornada, pero al final decidió hacerlo después de la gobernador­a. "Somos serios y responsabl­es no vamos a montar un show televisivo", ahuyentó el fantasma de que no reconozca el resultado. Antes de las 22, cuando Cristina admitió la derrota ante los suyos, se habían contado casi el 70% de los votos y su boleta aparecía 6 puntos abajo de la de Esteban Bullrich. Irremontab­le. En las paso del 13-A, con ese caudal de escrutinio (que terminó empardado), la distancia era de menos de 3 puntos.

Cristina perdió, finalmente, su personalís­imo invicto electoral: desde que debutó en 1989 en la carrera por una diputación provincial en Santa Cruz, patrocinad­a por su marido intendente, jamás había perdido un batalla siendo candidata.

Durante la tarde, Unidad Ciudadana hizo circular bocas de urna que

daban ganadora a la ex presidente. La última, que Leopoldo Moreau contó en el búnker de Sarandí, la ubicaba 7 décimas arriba. La tesis del resultado parejo, voto a voto, que finalmente no se dio.

Moreau había señalado temprano que la elección se había desarrolla­do sin incidentes y con normalidad. Faltaba el conteo. Cuando empezó la carga, la teoría inicial fue que otra vez se estaba "manipuland­o" la carga, pero al rato se aceptó que no. El conteo paralelo, que la diputada María Teresa García coordinó en el Instituto Patria, terminó por confirmar los datos oficiales y la derrota irreversib­le. A las 10, Cristina estaba en su oficina con Jorge Taiana y Daniel Scioli, cuando clausuró la intriga.

Antes, habían pasado su hijo Máximo -que como su madre no viajó a

votar a Santa Cruz-, además de candidatos y dirigentes, entre ellos Martín Sabbatella, Hugo Yasky y Vanesa Siley.Uno de los que tuvo acceso fue An

toní Gutiérrez Rubí, el consultor catalán que la asesora en tenas de redes sociales y comunicaci­ón, que es asesor de Podemos y se muestra fascinado por el conurbano bonaerense.

Y el infaltable Oscar Parrilli, edecán todoterren­o, y el compañero de lista de la ex presidenta, Jorge Taiana. Más tarde, cuando empezó la música y la tropa, apareciero­n Fernando Espinoza y Verónica Magario.

El mapa provincial volvió a mostrar que el peso electoral K es el conurbano, en particular la zona sur. y en la foto nacional, elogió otros resultados como Tierra del Fuego, Formosa, San Luis y Río Negro.

 ?? JUAN MANUEL FOGLIA ?? Saludos. La ex presidenta y senadora ayer en el búnker que montó en el estadio de Arsenal. Saludó a la militancia y buscó instalarse como fuerza opositora.
JUAN MANUEL FOGLIA Saludos. La ex presidenta y senadora ayer en el búnker que montó en el estadio de Arsenal. Saludó a la militancia y buscó instalarse como fuerza opositora.
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