A los 95, esperó una hora para votar
Hace un mes que le decía a su sobrina nieta que quería ir a votar. El mismo tiempo que lleva en silla de ruedas. A los 95, Juana Garibotti bien podría haberse quedado en su casa. Pero no lo hizo y fue feliz hasta la escuela de Retiro que le correspondía. Una amenaza de bomba le truncó las ganas, aunque no por mucho tiempo: se fue a una plaza a tomar mate y volvió cuando reabrieron las puertas.
“Puede haber sido la última vez, o a lo mejor llego a los 100 años, pero quiero seguir votando. Que no me priven de mi derecho”, le dijo Juana a Clarín, chocha, después de haber puesto al fin el sobre en la urna. Y agregó: “Sólo espero que la gente haya votado bien y que nos gobiernen como nos merecemos. En libertad. Sin que nos roben. Quiero lo mejor para mi hermoso país”.
La historia de Juana se conoció por Twitter. Estaba junto a Luciana Villarroel, su sobrina nieta, frente a la escuela N°6 French y Beruti, ubicada en Basavilbaso 1295, con la decepción de haber hallado las puertas cerradas. Ése fue uno de los tantos colegios que vio alterado el ritmo electoral por amenazas falsas de bomba.
Luciana remarca: “Me venía repitiendo todo el tiempo que no me olvidara de llevarla. Tenía muchas ganas de votar”. “Hace un mes que estoy en esta silla -cuenta Juana-. Antes hacía mi vida sola, de acá para allá, pero ahora no puedo, por eso le venía avisando que quería ejercer mi dere- cho”. Antes de lastimarse la columna vertebral planeaba ir a Japón.
Oriunda de San Nicolás de los Arroyos, a los 21 años se mudó con su familia a Buenos Aires. Se instalaron en San Isidro y luego ella se mudó a la Ciudad, donde aún vive y donde tuvo “dos matrimonios a falta de uno” -como define con humor-, de los que enviudó. La vida no le dio hijos a Juana pero sí una sobrina nieta que la consiente: “Es un amor, me cuida, me baña”. Y también la acompaña. Al encontrarse con las puertas cerradas del colegio, por la falsa amenaza de bomba, se fueron a la plaza y tomaron unos mates mientras esperaban que volvieran a abrir. juntas que reabrieran las puertas. Una hora después, se reanudó el escrutinio y Juana pudo votar. ■