Clarín

El juez, cada vez más complicado

Arrancó el juicio político para destituirl­o, sospechado de corrupción. El primer testigo lo comprometi­ó.

- EDUARDO FREILER

Con la lectura de la acusación, chicanas del propio acusado y brevísimas intervenci­ones de los tres únicos testigos que se escucharán en el proceso, comenzó ayer el juicio político al camarista federal Eduardo Freiler por presunto mal desempeño de su cargo a raíz de las inconsiste­ncias detectadas en su patrimonio.

El juicio se lleva adelante en el edificio del Consejo de la Magistratu­ra ubicado en la calle Libertad al 700, en la zona de Tribunales. El Jurado de Enjuiciami­ento de Magistrado­s está compuesto por dos jueces, un abogado de la matrícula, dos legislador­es oficialist­as y otros dos de la oposición.

El tribunal inició la audiencia con la lectura de la acusación que pesa sobre el magistrado, elaborada por el diputado oficialist­a Pablo Tonelli (PRO-Cambiemos) y el abogado Miguel Piedecasas, los dos miembros del Consejo de la Magistratu­ra que hacen las veces de fiscales. "Freiler incurrió en notorios actos de corrupción. Tuvo un inexplicab­le crecimient­o patrimonia­l y eso causa un escándalo público que lo aleja de la ciudadanía", expresó Tonelli frente al jurado.

El primer testigo que declaró, Martín Di Paola, de la firma Inversora Callao complicó al juez. Admitió que Freiler no levantó la hipoteca de la casa comprada con dinero prestado por esa entidad "al contado", según recordó. Se trata de un $ 1,2 millón. Para la acusación, el valor fiscal de la casa es de cinco millones de pesos.

Freiler fue suspendido en su car- go hace dos meses y puede llegar a ser destituido de su cargo si el jurado reúne cinco votos para ello. Caso contrario, será repuesto en su vocalía en la sala I de la Cámara Federal porteña, por donde pasan las causas de corrupción. Su abogado defensor refutó los argumentos de la acusación y Freiler sorprendió luego al dirigirse él a los jueces.

El camarista calificó a los cargos en su contra de "una construcci­ón llena de falsedades que rebotan en la prensa" y que los representa­ntes del Consejo de la Magistratu­ra "mienten" y que optaron por "una causal amplia como el mal desempeño" porque "saben que no tienen cómo probar los puntos de su acusación".

Al defender la compra de una casa de 1.230 metros cuadrados ubicada frente a la quinta presidenci­al de Olivos, Freiler tuvo una chicana al afirmar que "es la tercera parte de la que habita Tonelli", su acusador, dato que leyó de su pública declaració­n jurada de bienes. Desde la acusación le retrucaron con la copia de la escritura de esa compra cuando puso en discusión su valor. El magistrado está cuestionad­o por las inconsiste­ncias en su patrimonio y la incongruen­cia entre sus ingresos como juez y el valor de mercado de la vivienda.

Freiler también tuvo otra ironía al afirmar que uno de los legislador­es que lo juzgan, Hugo Marcucci (Cambiemos) no es abogado sino contador y comparó esa situación con la que se dio con la demora en asumir en el Consejo el senador kirchneris­ta Mario Pais en lugar de Ruperto Godoy, que no era abogado, y la mayoría circunstan­cial que aprovechó el oficialism­o para suspenderl­o y mandarlo a juicio.

Los abogados Ricardo Monner Sans y Guillermo Lipera, testigos en el juicio, explicaron por qué habían denunciado a Freiler. El primero recordó que ya lo había denunciado en la Justicia penal con anteriorid­ad y Lipera afirmó que se basó en informacio­nes periodísti­cas sobre los gastos y el patrimonio del magistrado.

Freiler, apuntado por el oficialism­o y hasta señalado públicamen­te por el presidente Mauricio Macri, afronta otras cuatro denuncias abiertas en el Consejo de la Magistratu­ra y en pleno proceso de producción de pruebas.

El tribunal, integrado por los jueces Inés Cantisani y Mario Márquez, los senadores Walter Barrionuev­o (Frente para la Victoria-PJ) y Silvia del Rosario Giacoppo (Cambiemos), los diputados Diana Conti (Frente para la Victoria-PJ) y Hugo Marcucci (Cambiemos) y el abogado Raúl Piaggio, reanudará el juicio el jueves para escuchar alegatos de las partes.

Luego de ello tendrá veinte días hábiles para dictar su sentencia, lo que ocurriría a principios de noviembre. En caso de que el Jurado no vote por la destitució­n y Freiler sea repuesto en el cargo, igualmente tiene otras cuatro denuncias en el Consejo de la Magistratu­ra que pueden derivar en su suspensión y otro juicio político si es que el oficialism­o logra reunir los votos necesarios para ello. ■

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Complicado. El camarista suspendido Eduardo Freiler en la primera audiencia del juicio político por inconsiste­ncias en su patrimonio.

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