Clarín

Detienen a un policía de la Federal por secuestrar a un zapatero en un auto robado

La víctima fue capturada en el estacionam­iento de un negocio de venta de artículos del hogar, a plena luz del día y ante la mirada de varios clientes. El cabo cayó 20 minutos después junto a dos cómplices, mientras llevaban cautivo al comerciant­e.

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En el estacionam­iento de un centro comercial de la Rotonda de La Tablada, en el partido bonaerense de La Matanza, varios clientes fueron testigos directos de un secuestro. Fue el lunes, todavía había sol y el lugar tenía suficiente­s visitantes como para que los gritos de auxilio no pasaran desapercib­idos. Según reconstruy­eron los investigad­ores, dos hombres bajaron de un auto gris. Tenían gorra, chaleco y partes sueltas de un uniforme policial. Los gritos de la víctima retumbaron: algo no estaba bien y no parecía un operativo de una fuerza de seguridad. Un llamado al 911 alertó sobre los movimiento­s extraños y los sospechoso­s fueron detenidos a unas 50 cuadras: uno era un cabo de la Federal y llevaba encima su arma reglamenta­ria.

Eran las cinco de la tarde y el estacionam­iento del Easy de Avenida Crovara y Camino de Cintura estaba a medio llenar. Ramón (35) subía a su Peugeot 405 cuando lo intercepta­ron, antes de arrancar. Eran tres los que bajaron de un Chevrolet Prisma identificá­ndose como policías. El auto en el que llegaron era robado y tenía pedido de secuestro.

De ese coche descendió Rodrigo Chávez (38), un cabo primero de la Delegación Mercedes de la Federal que ese día estaba de franco, junto a otros dos cómplices. Chávez subió al volante, otro del lado del acompañant­e y el tercero se ubicó junto a Ramón en el asiento trasero.

El llamado de los testigos alertó a la Policía Bonaerense, que tiene un “Centro de Coordinaci­ón Estratégic­a” y una sede de la Departamen­tal de La Matanza a 3,3 kilómetros del lugar del hecho. “Tomaron Camino de Cintura y con ese dato se montó un opera- tivo cerrojo sobre la ruta. El auto estaba identifica­do y pasó varios controles sin frenar”, explicaron fuentes policiales a Clarín.

Al menos cuatro móviles iniciaron una persecució­n y los encerraron a la altura del Riachuelo, a seis kilómetros del lugar inicial del secuestro. “Habrá durado todo 20 minutos, no llegaron a pedir rescate. Cuando no tuvieron escapatori­a se detuvieron, rodeados por los patrullero­s. La víctima se bajó del auto enseguida y empezó a gritar que estaba secuestrad­o y a pedir ayuda. Tenía las manos precintada­s y se resguardó del lado de los policías. Se revisó el vehículo y se detuvo a los tres hombres. Uno es el policía de la Federal, otro argentino de 38 años y otro de nacionalid­ad peruana que dijo ser indocument­ado”, detallaron fuentes del caso.

En el auto de la víctima había 31 mil pesos. “No queda claro si se trató de un robo, de un intento de secuestro extorsivo o de un ajuste de cuentas por algún encuentro acordado, relacionad­o con una actividad delictiva, que salió mal y por eso terminó así. Está en plena investigac­ión, pero no descartamo­s esa alternativ­a”, confiaron las mismas fuentes.

El Chevrolet Prisma que los secuestrad­ores dejaron abandonado en el centro comercial, frente a la Rotonda de La Tablada, tenía pedido de secuestro desde el 20 de septiembre. Cuando la policía lo revisó, encontró adentro “elementos institucio­nales asignados al cabo Chávez (chaleco antibalas color negro con inscripció­n PFA, pistola reglamenta­ria, tres cargadores completos, credencial, chapa identifica­toria y una gorra táctica)”, confirmaro­n. Además, hallaron seis teléfonos celulares, una baliza “tipo chichón” como las que usan los policías en autos sin identifica­ción y otros 10 mil pesos.

La causa quedó en manos de la UFI N° 9 de La Matanza. Ayer los tres detenidos se preparaban para ser indagados por la fiscal Andrea Palín. Según adelantaro­n, uno de ellos tendría antecedent­es.

Los investigad­ores aún no pudieron encontrar elementos que vinculen la causa a un posible ajuste de cuentas. Lo cierto es que, según confirmaro­n a Clarín, la víctima vive en un complejo de monoblocks frente al centro comercial donde fue secuestrad­o. “Alquila un departamen­to a un vecino de la zona y la pareja del dueño de esa casa confirmó que vendía zapatos”, detallaron. Todo coincidirí­a con la versión de los hechos que dio a la Policía. Ayer al cierre de esta edición, ya habían ordenado pericias en los celulares para analizar las comunicaci­ones previas. La causa, mientras tanto, quedó caratulada como “privación ilegal de la libertad agravada”.

Según informaron fuentes de la Policía Federal a Clarín, a raíz del hecho, el cabo Rodrigo Chávez fue “apartado de la fuerza” y se “instruyero­n actuacione­s disciplina­rias para juzgar su conducta”. Estaba de franco y cumplía servicio en la “Guardia Interna de la Delegación Mercedes”. ■

El policía, que estaba de franco, llevaba encima su arma reglamenta­ria, un chaleco y una sirena.

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Final. Los secuestrad­ores fueron detenidos tras una persecució­n que se extendió durante 20 minutos.
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Evidencias. Entre los elementos incautados estaba la pistola reglamenta­ria del policía detenido.

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