La hora de la percusión
Solo set es el nombre del flamante álbum del percusionista Bruno Lo Bianco, uno de los instrumentistas más destacados de la escena contemporánea. Incluye composiciones de Santiago Santero, Martín Matalón, Jorge Luis Chikiar, Mariano Etkin, Marcelo Toledo y Alex Nante.
La pieza de Santero, B&LB (2017), escrita especialmente para Lo Bianco, es un friso continuo de inspiración minimalista, casi un estudio de acentos y dinámicas sobre un set de parches y un pulso relativamente estable. Lo de Matalón, para vibráfono, es casi lo contrario. Su principio es la variedad; cuatro movimientos, cada uno con un rasgo formal y gestual característico. Short Stories fue escrita para la maestría de percusión del Conservatorio de Lyon, y su virtuosismo es elocuente; Lo Bianco lo asume con brillo y maestría. También para vibráfono es la obra de Nante, Evocaciones, que está inspirada en un poema de José Luis Achaval y conserva un fino matiz impresionista.
La rara belleza de la obra de Etkin comienza, si puede ser formulado así, desde el título: Lo que nos va dejando (1998). Es la traducción de “cáhuitl”, la palabra con que los nahuas designaban al tiempo. Pero en los sonidos de Etkin no hay la menor alusión indigenista. Es un austero ritual introspectivo, con esa respiración única de Etkin que se impone sobre cualquier formato instrumental y que Lo Bianco transmitió admirablemente.
No te calles (2017) de Ckikiar explora una interesante mímesis entre la percusión y la electrónica, mientras que Capas remotas (2015) de Toledo se destina a tres instrumentistas: Lo Bianco más el formidable dúo de flautas MEI de Patricia García y Juliana Moreno. Es la obra más extensa el disco: 17 minutos, sin que la tensión decaiga un instante. Curiosamente, en Toledo el eventual empleo de técnicas extendidas se mantiene a resguardo de toda dispersión. ■