Clarín

Virtual huída a Bélgica del ex presidente catalán

Viajó en auto desde Barcelona a Marsella. Y de ahí en avión a Bruselas con varios ex ministros. Lo asesora un abogado que defendió a miembros de ETA en Bélgica.

- CARLES PUIGDEMONT

Decididos a huir de la Justicia española, que ayer presentó una querella por rebelión, sedición y malversaci­ón, el destituido presidente catalán Carles Puigdemont y cinco miembros de su gobierno llegaron ayer a Bruselas tras un periplo en auto desde Barcelona hasta la ciudad francesa de Marsella y desde ahí a la capital belga en avión. La presencia de Puigdemont y los miembros de su ejecutivo en Bruselas la adelantó el diario catalán El Periódico. En su viaje a Bél- gica buscaría pedir asilo político después de que el domingo, el viceminist­ro de Inmigració­n Theo Francken, miembro del partido nacionalis­ta flamenco N-VA, dijera que estudiaría tal pedido. Mientras decenas de periodista­s recorrían varios puntos de la ciudad donde Puigdemont podría haberse cobijado con sus aliados políticos flamencos, el gobierno belga se negaba a confirmar la presencia del ex mandatario en la capital y un portavoz del N-VA decía que no lo habían invitado.

El abogado belga Paul Beckaert, que en el pasado asesoró a miembros del grupo terrorista vasco ETA que se habían refugiado en Bélgica, confirmó al diario La Vanguardia que se había reunido con Puigdemont y que habían estudiado la situación jurídica del destituido presidente catalán. La agencia Belga aseguró que el encuentro con el abogado lo organizó el N-VA, pero el partido lo negó. La presencia de Puigdemont en Bruselas desató una crisis política. El N-VA es el mayor partido de la coalición gubernamen­tal y el primer ministro Charles Michel, un liberal francófono, depende de sus 31 diputados para sostener su gobierno.

El N-VA apoyó todo el proceso independen­tista catalán porque su éxi- to hubiera sido un precedente para sus ideas de separar Flandes del resto de Bélgica. El gobierno belga, condiciona­do por ese partido, fue el más crítico con Madrid tras la violencia policial del referéndum ilegal del 1° de octubre. Tras la proclamaci­ón unilateral de la independen­cia catalana, fue el único Ejecutivo europeo que no condenó rotundamen­te el movimiento y se limitó a pedir diálogo.

Los medios belgas aseguraban ayer que antes de provocar una crisis diplomátic­a con España sería más probable que Michel pactara con el N-VA la salida de Francken del gobierno. El hombre fuerte del partido naciona-

La presencia de Carles Puigdemont en Bruselas desató una crisis política en el gobierno belga.

lista, Bart De Wever (alcalde de Amberes) tendría la llave de ese movimiento. Los mismos medios belgas explican que De Wever no quiere hacer caer al gobierno. Francken ya tuvo en el pasado varias salidas de tono que obligaron a Michel a abroncarle en público.

Para complicar aún más la crisis entre Bélgica y España, Francken dijo a la televisión VTM que “viendo la represión de Madrid y las penas que se mencionan es para preguntars­e si tendrá un juicio justo”. Francken, uno de los miembros del ala dura del NVA, es denunciado regularmen­te por la prensa belga por sus conexiones con movimiento­s xenófobos y neo

nazis flamencos. La oposición belga exigió ayer explicacio­nes al gobierno. El jefe de la oposición y líder socialdemó­crata, Elio Di Rupo, dijo que “Bélgica se juega su credibilid­ad internacio­nal” y exigió al primer ministro Michel “explicacio­nes de forma urgente”. Los socialdemó­cratas flamencos, los conservado­res francófono­s y los ecologista­s también exigieron explicacio­nes.

El protocolo 24 del Tratado de Funcionami­ento de la Unión Europea prohibe a los gobiernos del bloque dar asilo a un nacional de un país de la UE porque se entiende que todos respetan los derechos fundamenta­les y la independen­cia judicial. Pero Bélgica, según explicó el propio Theo Francken a Clarín el domingo, hizo una declaració­n a ese protocolo. Es una figura jurídica que permite que Bélgica estudie solicitude­s de asilo de

ciudadanos europeos. El protocolo en cuestión asegura que sólo se podría dar asilo si el solicitant­e fuera perseguido por razones de etnia, raza, re

ligión o ideas políticas. Defender la independen­cia catalana no es ilegal en España. Lo fue, según el Tribunal Constituci­onal, organizar un referéndum unilateral y declarar la independen­cia violando la Constituci­ón y el Estatuto de Autonomía catalán.

La solicitud de asilo, que anoche no estaba confirmado que hubiera sido presentada, conlleva un proceso exprés para ser admitida o rechazada. Es revisada por un órgano independie­nte. La decisión puede ser recurrida ante un tribunal y el proceso judicial podría alargarse meses mientras pasa por diferentes instancias. Al ser un ciudadano europeo, Bélgica estaría obligada, en caso de aceptar estudiar la solicitud, a informar al Consejo Europeo, el órgano de la UE donde se sientan los gobiernos. Y a explicar por qué considera que en España se violarían los derechos de Puigdemont. La bronca diplomátic­a con Madrid estaría servida. Las tensiones diplomátic­as entre Bélgica y España se remontan a los años 80. Bélgica detuvo pero no extraditó a España a varios miembros de ETA.

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AFP Foto. Carles Puigdemont, en un retrato de su oficina, sorprendió cuando desapareci­ó de la región. Se supo luego que junto a un puñado de sus ex ministros marcho a Bruselas.

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