Clarín

La Iglesia se pronunció en favor del llamado a “consensos básicos”

- Sergio Rubin srubin@clarin.com

La Iglesia salió a respaldar la convocator­ia a “consensos básicos” con la oposición y los diversos sectores que efectuó este lunes el presidente Mauricio Macri. El presidente de la Conferenci­a Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, consideró la iniciativa como “buena idea y una buena intención”. Con todo, se mostró cauteloso en cuanto a su implementa­ción, al recomendar “esperar para ver” cómo se lleva a cabo cada reforma en las distintas mesas de trabajo sectoriale­s.

“Crear un ámbito donde poder co- menzar a trabajar es una buena idea, una buena intención, pero hay que ver ahora cuando se baje a lo concreto. Puede ser un buen anuncio, pero hay que ver cómo se va instalando en las diversas mesas de trabajo”, dijo Arancedo a la agencia oficial Télam. Desde la crisis de 2001, cuando tendió una mesa de diálogo, la Iglesia siempre se manifestó a favor de grandes acuerdos en las cuestiones más relevantes, especialme­nte en el combate a la pobreza.

Arancedo participó junto al vicepresid­ente primero del Episcopado, cardenal Mario Poli, y al secretario general de ese organismo eclesiásti­co -que nuclea al centenar de obispos del país-, monseñor Carlos Malfa, de la convocator­ia presidenci­al que se realizó en el Centro Cultural Kirchner. También asistieron representa­ntes de las comunidade­s evangélica­s (ACIERA y FAIE), judía (AMIA) y musulmana (Centro Islámico), entre otros cultos.

“Fuimos invitados a participar junto con otros credos y nos pareció oportuno participar. El Gobierno habló de consensos básicos; no se habló tanto de instrument­os concretos. Lo importante es que Argentina tiene que salir de la pobreza, ese es la idea central, y eso es una exigencia moral y de justicia”, señaló Arancedo.

El titular del Episcopado destacó el pedido del Presidente de que todos los sectores “cedan algo en bien del conjunto”, pedido que la Iglesia había hecho con ocasión de la Mesa de Diálogo de 2001. Al tiempo que subrayó la importanci­a del “diálogo, el consenso, de sentirnos parte de la misma realidad más allá de las diversidad­es políticas”.

Con respecto a la reforma laboral que incluye la convocator­ia, indicó que la Iglesia “siempre ha estado muy cerca de una mesa de diálogo con la CGT y los trabajador­es, así como con los movimiento­s sociales, que representa­n una realidad que hay que tratar de integrar a las necesidade­s básicas”.

“La CGT tiene la mejor disponibil­idad para colaborar en aquello que puedan, siempre defendiend­o los derechos que tienen los trabajador­es. Los dirigentes en una mesa de diálogo van a ir viendo cuáles son las realidades que se pueden conversar, y cuáles los límites”, afirmó.

Precisamen­te, semanas atrás, dirigentes de la CGT se habían reunido con la cúpula de la Iglesia para expresarle­s su preocupaci­ón ante una eventual “flexibilid­ad laboral” que impulsaría el Gobierno y pedirles su mediación para concretar un diálogo con el gobierno nacional.

“Lo importante es que se sienten Gobierno, CGT y empresario­s a dialogar, como parte de una misma realidad”, dijo Arancedo. ■

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Monseñor Arancedo.

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