Clarín

Puigdemont sigue refugiado en Bruselas y no responde a la Justicia

Ayer la jueza a cargo le exigió declarar por sedición. Regresaron parte de los ministros, pero no el ex presidente.

- Marina Artusa martusa@clarin.com

Lejos de casa, el ex presidente catalán Carles Puigdemont ayer apareció, habló en francés, en inglés, en catalán y en español pero no tranquiliz­ó los ánimos aquí, en Barcelona, donde el fervor independen­tista hace esfuerzos atroces por sostener el sueño ficticio de la república que, fatigado y agobiado, se derrumba como un matrimonio añejo en crisis. Cataluña vivió anoche su propio Halloween: una película de terror, inquietud y desconcier­to. Desde Bruselas, Puigdemont siguió derrochand­o la ener- gía de los catalanes que, hasta las 23.30, especulaba­n con su regreso a la patria en el vuelo que trajo a sus ex ministros Joaquim Forn, de Interior, y Dolors Bassa, de Trabajo. Los recibió, sin embargo, una módica manifestac­ión de partidario­s por la unidad de España que los saludó con gritos y banderas.

“No me ha llegado ninguna citación”, decía anoche en Bruselas Puigdemont a la salida del hotel Chambord, de tres estrellas, en el que se alojaba. Inexplicab­lemente evitó responder si tomaría o no el vuelo de las 21.20 de Vueling, la aerolínea low cost de Iberia, que une a diario Bruselas con Barcelona.

Se refería a la citación de la jueza Carmen Lamela de la Audiencia Nacional, que ha convocado al ex presidente catalán y a sus 13 ministros a declarar en Madrid, mañana, jueves, acusados de rebelión, sedición y malversaci­ón.

“Esto estaba previsto así. Algunos regresamos a casa y otros se quedan aquí”, respondió la conseller Bassa en el aeropuerto de Bruselas como si el exilio de Puigdemont y algunos ministros fuera el destino previsible de todo gobierno destituido.

En su conferenci­a de prensa del mediodía, Puigdemont había querido hacer creer que su salida de Cataluña había sido premeditad­a y acordada con su gabinete.

“Una parte del gobierno nos hemos trasladado a Bruselas para evidenciar el problema catalán en el corazón institucio­nal de Europa y denunciar así la politizaci­ón de la justicia española -dijo ante más de 200 periodista­s-. La otra parte del gobierno, con el vicepresid­ente y otros miembros, conti- núa en Cataluña realizando actividade­s políticas como miembros legítimos del gobierno catalán. Ni unos ni otros hemos abandonado las funciones de gobierno”.

No es lo que los catalanes perciben, sin embargo, en estos días de intervenci­ón del gobierno nacional en la autonomía que se atrevió a declarar la independen­cia. Nadie en el entorno político de Puigdemont confirmó haber estado al tanto de su viaje a Bélgica.

“Estamos en contacto permanente con los miembros de mi equipo. Intentarem­os mantener la legitimida­d de nuestros actos. Podemos cumplir con nuestras obligacion­es desde aquí también”, aseguraba él mientras en su partido, el PdeCAT, el lunes nadie sabía que, mientras se hacía la reunión directiva, él aterrizaba en Bruselas luego de viajar en auto de Cataluña a Marsella.

“Bruselas es un lugar donde se puede hacer mucho trabajo”, dijo el ex vicepresid­ente catalán, Oriol Junqueras, para suavizar el ambiente cuando el bochorno conquistó la arena política. Puigdemont esquivó explicar, sin embargo, por qué él y algunos de sus consellers afrontaría­n los cargos que les imputa la Audiencia Nacional desde el exterior mientras Junqueras y el resto del gabinete lo harían desde Barcelona.

“Ni yo ni ningún directivo de mi partido sabíamos del viaje”, confesó el ex ministro de Empresa, Santi Vila, quien renunció a su cargo antes de que el Parlamento catalán declarara la independen­cia el viernes pasado. Sin embargo afronta los mismos cargos que Puigdemont y ya anunció que se presentará a declarar mañana ante la Justicia.

Vila, que se está perfilando como candidato del PDeCAT para las elecciones convocadas por el gobierno nacional para el 21 de diciembre, es el único del entorno de Puigdemont que se hoy se atreve a criticarlo: “Algunos le sugeríamos dar un golpe de timón. Pero ¿qué hace un conseller cuando sus consejos no sirven? Pues se va -dijo Vila-. Me gustaría ver si se imponen las tesis más radicales, qué consiguen para Cataluña. De momento está claro que queríamos llevar a Cataluña a la pre-independen­cia y la hemos llevado a la pre-autonomía”.

Es curioso que la intención de candidatea­rse de Vila, ex ministro de Empresa, coincida con la decisión de Freixenet de no abandonar Cataluña como sede. La empresa, una de las 1883 que habían anunciado su traslado ante la incertidum­bre económica catalana, decidió no mudarse de Sant Sadurní d’Anoia, en Barcelona.

La aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón que le permite al presidente Mariano Rajoy intervenir Cataluña tranquiliz­a a la empresa histórica en la elaboració­n de cava.

Desde Bruselas, Puigdemont, quien no se dejó interrogar por ningún medio español en la rueda de prensa, le habló a su gente: “Al pueblo de Cataluña le pido que se prepare para un camino largo -dijo-. La gente que salvó las escuelas el 1 de octubre , estoy seguro que salvará también nuestras institucio­nes”.

Los catalanes sienten hoy que están perdiendo el rumbo. No muchos se atreven, sin embargo, a preguntars­e con sinceridad: ¿Quién gobierna hoy en Cataluña? ■

El depuesto mandatario dijo que no volvería a Barcelona si no se le garantiza seguridad.

 ?? AFP ?? Sonriente. El ex presidente catalán durante la conferenci­a de prensa que brindó ayer en Bruselas en la que dijo que no pedirá asilo pero que no volverá si no le dan seguridade­s.
AFP Sonriente. El ex presidente catalán durante la conferenci­a de prensa que brindó ayer en Bruselas en la que dijo que no pedirá asilo pero que no volverá si no le dan seguridade­s.

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