La novia del rugbier sale de prisión: para un tribunal, ella no quiso matarlo
Consideraron que había poca visibilidad. Le otorgaron la prisión domiciliaria para que cuide a sus hijos.
Después de 52 días en la cárcel, Julieta Silva (29), acusada de atropellar con su auto y matar a su novio rugbier Genaro Fortunato (25), consiguió una vuelta de timón en la grave acusación judicial que pesaba en su contra y logró salir de la cárcel.
Un tribunal de San Rafael, en segunda instancia, resolvió que la jo- ven continúe en prisión preventiva pero que obtenga el beneficio de la prisión domiciliaria hasta que la causa llegue a juicio oral y ordenó a la fiscal Andrea Rossi que cambie la calificación: “Es homicidio culposo agravado u homicidio simple con dolo eventual”.
Así los jueces descartaron la imputación inicial de homicidio doblemente agravado por alevosía y por el vínculo, que significaba que la mujer había tenido la intención de matar a Fortunato, lo que preveía una pena de prisión perpetua, es decir, al menos 35 años de cumplimiento efectivo. Ahora las penas posibles son de 8 a 25 años por dolo eventual o de 2 a 6 años por homicidio culposo. Anoche ya estaba en su casa, monitorieada por una tobillera electrónica para asegurarse que no se escape.
Silva es mamá de dos chicos, de 5 y 10 años de su anterior matrimonio, y para otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria, pesó el argumento jurídico de que la mujer debe cuidar a sus hijos. A esto se suman las pruebas que presentó su nuevo abogado, un conocido político del PJ mendocino, Alejandro Cazabán. Aportó el video de la salida del bar donde no se los ve discutir y las pericias sobre los problemas de visión y la escasa visibilidad al momento del accidente, ocurrido a las 5 de la madrugada del 9 de septiembre pasado.
Según este nuevo fallo, la Justicia entiende que Silva no tuvo intención de matarlo y fue un accidente (homicidio culposo) o la mujer tuvo que haberse representado que, al realizar una determinada acción, podría ocasionarle a su novio y, pese a prever ese posible resultado, continuó con su accionar y no hizo nada para evitarlo (dolo eventual).
Los jueces del tribunal, Alejandro Celeste, Néstor Murcia y Jorge Yapur accedieron a las pruebas aportadas por la defensa, en la que se aboga la hipótesis de que la joven “no tuvo la intención de matar a su novio” y que se trató de un accidente a la salida del Bar La Mona. Fue claro en su apreciación el juez Yapur, uno de los integrantes del tribunal, cuando dijo: “no hubo dolo” y cuestionó a la fiscal por “haberse apresurado en la imputación”.
Los magistrados consideraron que, si bien luego de salir del bar se presume que la pareja discutió, no fue de una intensidad tal como para que Silva quiera matar a Fortunato. Evaluaron al mismo tiempo que al detectar- se las huellas dactilares de Fortunato en la parte externa de la ventanilla del conductor, es creíble al testimonio de su novia quien asegura que “no bajó el vidrio y no vio que Genaro fuera corriendo colgado de la ventanilla”. El tribunal entendió que el auto ya se había alejado cuando Fortunato cayó al piso. Y creen en el testimonio de Silva, que asegura que “no lo vio porque llovía, los vidrios se empañaron y el rugbier cayó en una zona con escasa luz”.
“Esa mujer nos destrozó la vida”, dijo entre sollozos Graciela Linares, mamá de Genaro, al hablar frente al tribunal. En la audiencia de apelación, también hicieron su descargo los abogados de la defensa y la querella y la fiscal Andrea Rossi. Luego, el tribunal le otorgó la palabra a la familia Fortunato, mientras que la acusada se abstuvo de declarar.
Apesadumbrada, Graciela, la mamá de la víctima, dijo: “Escuché hablar de los derechos de los niños (los hijos de la acusada con anterior pa- reja). ¿Y quién habla del derecho a la vida, de la que le arrebataron a Genaro? Yo tuve que ver a mi hijo en la morgue”. También quiso hablar el padre del rugbier, Miguel Fortunato. Comparó lo que escuchó en la audiencia con “una compra venta de autos”, donde se pide y se dan beneficios.
En la audiencia anterior, tanto la fiscal Andrea Rossi como el juez Peñasco sostuvieron que la mujer “tuvo la frialdad de pisarlo” y sumaron pericias psicológica que dicen que Silva tiene “escasez de frenos inhibitorios y existen rasgos de violencia en su personalidad”.
El abogado de Fortunato, Tíndaro Fernández aseguró que los dos testimonios, el cuidacoches y un odontólogo que vio la secuencia desde su auto, “coinciden con las pericias criminalísticas”. El trapito relató que en la playa de estacionamiento el rugbier apoyó su codo en la ventanilla abierta del auto de su novia para evitar que se vaya. Ella avanzó y él cayó sobre el asfalto. Su novia condujo 150 metros, dio una vuelta en U y volvió en velocidad. Lo pisó mientras él estaba incorporándose en la calle. Ella declaró que no lo vio por sus problemas de visión, debido a que tiene un astigmatismo de grado 3 y no llevaba sus lentes recetados al conducir. ■
“¿Quién habla del derecho a la vida; de la que le arrebataron a Genaro”, dijo su mamá