Clarín

Violó la prisión domiciliar­ia, escapó en moto y mató a un pintor

El joven, de 23 años, era monitoread­o con una tobillera electrónic­a. Tiene una condena por un asalto.

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Ocho cuadras y menos de 10 minutos tardó Jonathan Ariel Claudio Flores (23) en violar la prisión domiciliar­ia, subirse a una moto y matar a un joven que andaba en bicicleta. La tobillera le sonaba mientras manejaba por la Avenida Mitre, en el cruce con Calle 39, en Berazategu­i. Ignacio Martínez (22) regresaba de trabajar y se detuvo en esa esquina a esperar el cambio de semáforo cuando pasó Flores a toda velocidad. Fue ahí que perdió el control de la moto, esquivó un auto, chocó con otro y lo embistió de lleno: Ignacio murió en el acto.

El joven vivía de “changas” y el sábado a la mañana había ido a pintar una casa al lado de la de su papá. Tenía la ropa manchada y esperaba que levantaran la barrera para cruzar por calle 39, en Plátanos, una localidad al sudeste del GBA. Vivía con María Avellaneda, su novia y madre de su beba de un año. Tenía otro hijo, de 4, de una pareja anterior. Ignacio le mandó un mensaje para avisarle que estaba por regresar, antes de salir. María esperó una hora. “Cuando me avisaron yo no lo podía creer. A mí me dejaron sin nada, no sé qué voy a hacer ahora. Lo que yo quiero saber es quién es el juez que dejó salir al que nos hizo esto”, lamentó la joven en diálogo con Clarín. El Tribunal Oral N°4 de Quilmes fue quien permitió que Flores acceda al beneficio de las salidas transitori­as con tobillera electrónic­a.

Según informaron fuentes del Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Flores tenía una causa por “robo agravado” y gozaba de una prisión domiciliar­ia, vigilado por una tobillera electrónic­a. A las 15.11 del sábado “se disparó un alerta porque el detenido salía del perímetro autorizado” por la justicia. “Se activaron los protocolos, se dio aviso el 911 y se comunicaro­n con la casa donde debía estar Flores. Atendió el padre y dijo que se había ido recién con la moto”, explicó Adrián Grassi, subsecreta­rio del área.

Pero a Flores no lo encontró la Po- licía por evadir su restricció­n para salir: cuando lo atendieron en el lugar del accidente advirtiero­n que llevaba puesta la tobillera. “Se tomó conocimien­to de un accidente de tránsito en Mitre y 39. Cuando llegó el personal se entrevista­ron con Flores, que momentos antes conducía una moto Honda CG Titan y embistió al hombre que circulaba en bicicleta. Cuando llegó la ambulancia a los pocos minutos se identificó a Flores. Lo derivaron al Hospital Evita Pueblo”, detallaron fuentes policiales.

María, agregó: “Cuando nosotros llegamos al lugar, a Flores se lo habían llevado. A Ignacio lo tuvieron dos horas tirado en la vereda hasta que vino la ambulancia. No tenía ni el celular ni la billetera, no sabemos qué pasó, si le robaron mientras estuvo ahí, porque tenía una bolsa con ropa y eso sí estaba”.

Según relataron los testigos, Flores intentó escapar de la escena, aunque estaba herido. Un hombre que vio la secuencia del choque fue quien lo retuvo hasta que llegó la Policía.

Lo que pasó con la moto es materia de investigac­ión: al momento del choque no tenía pedido de secuestro. Flores dijo que era prestada pero cuatro horas después del hecho un vecino hizo la denuncia por robo.

“El dueño registral de la moto hizo la denuncia ese día, alrededor de las 19. Se llama Bruno, tiene 18 años y vive en la misma cuadra que Flores. Según denunció, dejó su moto estacionad­a en la vereda y cuando salió no estaba más. Primero dijo que se la prestó, después que se la robaron y más tarde hizo la denuncia. Estamos investigan­do cuál fue el delito y, si lo hizo, por qué mintió”, explicaron fuentes judiciales .

En este caso interviene­n tres dependenci­as, la UFI N°4 de Quilmes que investiga el hurto de la moto, la UFI N°7, que quedó al frente de la causa por “homicidio culposo”, y el Tribunal Oral N°4 que fue quien condenó a Flores por el “robo agravado” y le dio la prisión domiciliar­ia.

El hecho despertó la polémica sobre el sistema del control con pulseras electrónic­as para presos, impulsado por el Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires como una herramient­a para paliar la superpobla­ción carcelaria. En total hay 1.635 personas monitoread­as de esa manera. “El sistema funcionó. Las libertades durante el cumplimien­to de la pena la deciden los jueces, de acuerdo de algunas previsione­s de la ley. Pero es el juzgado el que tiene la potestad de decidir si una persona puede tener ese tipo de salidas”, aclaró Grassi.

Graciela, la madrastra de Ignacio, manifestó su bronca: “Queremos saber es cómo monitorean eso (por las pulseras) ¿Por qué salió? ¿Cómo tuvo esa moto? ¿Quién se la dio?”, reclamó, además de sospechar sobre la denuncia de robo de la moto. ■

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Víctima. Ignacio Martínez (22), junto a su novia y su hija de un año.

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