Higuaín sigue de racha y le dio un punto clave a la Juventus
El Pipita venía de superar los 100 goles en el fútbol italiano con su doblete ante el Milan y otra vez fue decisivo.
Hasta hace dos semanas, la temporada de Gonzalo Higuaín lucía impropia de un goleador serial como él. Tenía poco que ver con sus antecedentes históricos (es uno de los únicos dos futbolistas con más de 100 goles en las Ligas del Top 5; el otro es Zlatan Ibrahimovic) y con su pasado reciente (en su última temporada fue elegido como el mejor futbolista de la Juventus campeón; en la anterior, con el Napoli, había roto el récord de Gunnar Nordhal como máximo anotador de una campaña en la Serie A). Pero se corroboró ahora, en el José Alvalade, de Lisboa: Higuaín está de regreso. El goleador volvió a escena. En serio, a su modo y manera, para darle impulso a la Juventus en los partidos importantes.
En el 4-1 frente a SPAL, en el penúltimo encuentro que disputó por la Serie A, terminó con la incomodidad de sumar minutos sin convertir. El fin de semana, en el clásico ante el Milan, en el Meazza, marcó un doblete que sentenció la victoria. Y en el viaje a Portugal, rescató a la Juventus de una situación complicada: con el 1-1, el equipo de Turín se encamina en el Grupo D, que lidera Barcelona tras su empate ante Olympiacos, en Atenas.
Al partido frente a Sporting le quedaban once minutos. Por la derecha apareció Juan Cuadrado. Higuaín, entre los centrales, le marcó el pase. Corrió adonde iba el envío del colombiano. Llegó, el arquero Rui Patricio salió a achicar espacios, rápido. Acorralado, Higuaín ofreció una sutileza que se transformó en golazo: la picó a lo Messi. Su festejo vehemente tenía razones. Era su modo de decir: “Acá estoy”.
Con su racha de cuatro goles en tres encuentros, ya está más cerca de sus promedios brillantes de casi siempre. Ya es el segundo anotador de la Vecchia Signora en la temporada, con ocho. Sólo lo supera Paulo Dybala, con 13. El cordobés de Laguna Larga -perfecto socio de la Juventus que va por su séptimo Scudetto consecutivo y por la revancha en la Champions League- disputó 83 minutos; fue reemplazado por Federico Bernardeschi. No se lució.
“Un gol de cuatro puntos: precioso 1-1 en Lisboa”, cuenta desde el lugar de los hechos la Gazzetta dello Sport. En la imagen que ilustra el título principal aparece el jugador más valioso del encuentro: con los puños
apretados, con la boca llena de gol, Higuaín festeja.
De todos modos, Juventus no se parece a la Juventus que arrasaba en días no tan lejanos. Aquella que eliminó al Barcelona, que ganó el doblete en Italia y que sólo el Real Madrid, en la final de la Champions en Cardiff pudo doblegar. Lo admite su entrenador, Massimiliano Allegri: “No jugamos como un equipo. Del partido contra el Sporting sólo podemos rescatar el resultado”. El equipo portugués -con la presencia de los argentinos Rodrigo Battaglia y Marcos Acuña- estuvo más cerca de la victoria. Le faltó contundencia. Esa que tuvo Higuaín cuando lo asistieron de modo preciso.
La idea de obtener siete títulos al hilo por primera vez en la historia del calcio no asoma como un camino llano para la Juventus. Por ciertas dificultades propias y por el andar estupendo de otros tres equipos: Napoli, Inter y Lazio.
Y si esa disputa no parece sencilla, mucho menos lo será la Champions League. El 22 de noviembre, de local en el estadio de la calle Gaetano Scirea, enfrentará al Barcelona. Será una inmejorable oportunidad para saber dónde está parado. En el encuentro de ida, por la primera fecha en el Camp Nou, se impusieron 3-0 los catalanes. Resultará otro desafío de los grandes para la Vecchia Signora. Y para Higuaín, claro. ■