Un fenómeno australiano que brilla y que aniquiló marcas de dos gigantes
La NBA mira incrédula a un novato que acumula números fantásticos en puntos, rebotes y asistencias.
Hace poco más de un año la rotura del quinto metatarsiano de su pie derecho puso un manto de dudas sobre el futuro de Ben Simmons, el joven australiano que había sido elegido en la primera posición del draft 2016 por Philadelphia. Sin embargo, tras su debut en la NBA parece decidido a de- mostrar que lo único que le provocó aquel gran dolor fue el retraso de la presentación en sociedad de su jerarquía.
El novato la rompe y respalda esas actuaciones con números dignos de un integrante del Salón de la Fama. Vayan algunas estadísticas, prueba tangible de sus capacidades. Marcó un doble-doble (dos dígitos en dos rubros estadísticos) en sus primeros cuatro partidos en la liga, algo que no se veía desde el debut de Shaquille O’Neal. Y logró un triple-doble en su cuarto partido, algo que sólo se había visto 50 años atrás cuando lo consiguió Arthur Williams.
Uno de los pocos aspectos que se le puede encontrar realmente flojo en su juego son los tiros libres: anotó apenas 23 de 41. Pero es el segundo jugador en la historia en sumar al menos 100 puntos, 50 rebotes y 40 asistencias en sus primeras seis presentaciones después de Oscar Robertson. Combinando esos tres rubros sumó más en sus primeros cinco partidos que Michael Jordan y LeBron James en su momento.
En la lesión, Simmons tuvo a una aliada: aún sin jugar pasó un año dentro de la NBA y pudo estudiarla detenidamente. En una charla de la que participó Clarín el alero contó sus sensaciones y los secretos de su éxito. “Hubo un montón de cosas que aprendí durante la temporada en la que estuve lesionado. Aunque no ju- gaba pude adquirir la perspectiva de estar al borde de la cancha y ver todo lo que pasaba. Eso me dio una ventaja y creo que me va a rendir mucho este año. Pero la diferencia es que aprenderé muchas cosas sólo por estar en la cancha”, reconoció.
Esa lesión que lo castigó con tan sólo 20 años y toda la carrera por delante “fue difícil”, admitió Simmons quien agregó: “Estaba frustrado. Era difícil llegar todos los días y saber que no iba a pisar la cancha”.
Hoy, a pesar de semejantes cifras, Simmons no deja de ser un chico que se sigue asombrando de sus primeros pasos. “El debut fue increíble. ¿Lo mejor? Ver que se apagaban las luces, mirar y estar con mis compañeros para dar el salto inicial. Ese momento no lo olvidaré jamás. Jugar con estos tipos es asombroso”, confesó.
Luego de criarse en su país y pasar por Inglaterra -donde había jugado su padre-, llegó a Estadios Unidos y pasó a la secundaria Montverde. Durante su paso por la universidad de Louisiana no pocos lo compararon con LeBron James. Pero él trató siempre de mantener los pies sobre la tierra. “Intento no dejar que los comentarios se metan en mi cabeza ni creérmela. Hay mucho por hacer y llevará tiempo, pero confío en mis condiciones y en mi equipo”, aseguró. ■