Cecilia Retegui Ayudas en red
Emprendedora.
Ingeniera en Sistemas y cofundadora de Zolvers, una plataforma que facilita la contratación de empleadas domésticas, fue distinguida con el Premio Marianne. La eligieron entre 103 postulantes.
“Creemos que las mujeres deben ser protagonistas en la sociedad, y que la equidad de género no es un problema de la mujer, sino un problema social”, dijo María Eugenia Botta, presidenta de la Asociación Marianne de mujeres franco-argentinas antes de la entrega de la primera edición del Premio Emmanuelle Supervielle, que buscan poner en relieve la audacia de las mujeres que salen de sus zonas de confort, que se animan y perseveran. Cecilia Retegui (42 años), cofundadora de Zolvers -una plataforma que conecta a empleadas domésticas con los usuarios finales-, fue la elegida entre 103 postulantes y diez finalistas. “Es un incentivo para seguir creciendo, ponerle todavía más fuerza y trabajo y cumplir el sueño de la empresa que queremos armar”, dijo a Clarín sobre esta distinción, que se entregó anteayer en la Embajada de Francia y contó con la presencia del embajador Pierre Henri Guignard.
Cecilia estudió Ingeniería en Sistemas en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) e hizo un MBA en la Universidad del CEMA. Dice que es “emprendedora desde siempre”, porque mientras trabajaba como programadora en la compañía automotriz Ford, lanzó junto a unos colegas la empresa de software BDF Software Factory, que dirigió durante 16 años. “Me fui de ahí con la idea de hacer otro tipo de empresa, una de impacto regional y escalable. Buscaba algo que pueda realmente solucionar un problema de millones”, recuerda. Esa visión coincidió con un momento de búsqueda personal, mientras le llegaban mensajes de otras madres que le consultaban si conocía a alguien de confianza para que cuidara a sus hijos. “Habiendo tenido grandes empleadas domésticas en casa, que han sido casi mis segundas madres, empezamos a investigar qué había sobre esto en el mercado”, narra.
A fines de 2013 el proyecto empezó a tomar forma, apoyado por la acele- radora de proyectos NXTPLabs, que actualmente es uno de sus principales inversores y parte del board. Hoy funciona no solo en Argentina, sino también en México, Chile y Colombia y tienen veinte empleados.
“Desde que se inscriben en forma online, las empleadas domésticas pasan por un proceso de certificación con entrevistas presenciales, tests psicológicos, chequeo de referencias y presentación de documentación. Después se hace un monitoreo con-
A través de la plataforma, las empleadas consiguen mejores trabajos a precios más justos y transparentes.
tinuo y scoring, que se basa en la calificación que le dan los clientes y, a partir de eso, pueden empezar a acceder a créditos y a otros productos financieros especiales para ellas”, explica Cecilia. “Cualquiera que ya tenga una empleada doméstica en su casa -la haya encontrado a través de Zolvers o no-, puede suscribirse a Zolvers Pagos. Automáticamente, le creamos una cuenta bancaria y todos los meses se le debita al cliente el sueldo, se le deposita a la empleada y se debitan y se hace el pago de los aportes (en el caso de Argentina, es AFIP), se automatiza todo el tema de recibos, liquidación de aguinaldo, vacaciones, horas extras, etc.”
Hoy cuentan con más de cien mil empleadas domésticas registradas y casi el doble de clientes. Desde Zolvers cobran una comisión por cada conexión entre empleador-empleada (veinte dólares en promedio, que paga el cliente) y, por la gestión de los trámites mensuales, en la Argentina cobran ochenta pesos al mes.
Cecilia asegura que, a través de la plataforma, las empleadas domésticas consiguen no sólo mejores oportunidades laborales (por ejemplo, más cerca de su casa), sino a precios más justos y transparentes (el valor de la hora es estándar y se ajusta por inflación). Eso hace que la satisfacción más grande de su trabajo sean las historias personales de las trabajadoras: “Les cambiamos la vida. Esta semana vino una señora para agradecernos. Tiene 58 años, estaba sola y no trabajaba hacía un montón; ahora hace trabajos de limpieza y cuida a un abuelo. Como un día nos vio haciendo guacamole, nos trajo todas las paltas del árbol de su casa”. ■