Clarín

La nueva jugada de un abogado condenado por narco para dejar la cárcel

Carlos Salvatore presentó un informe de un cardiólogo que aconseja su traslado. La Justicia lo cuestiona.

- Virginia Messi vmessi@clarin.com

Si nada altera la agenda judicial, el próximo martes 14 de noviembre Carlos Salvatore (60) será subido al primer camión de la mañana y partirá desde el Complejo Penitencia­rio I de Ezeiza, donde cumple una pena a 21 años por narcotráfi­co, rumbo a la alcaidía de los Tribunales de la calle Talcahuano.

El abogado, devenido en narcotrafi­cante, condenado a 21 años por el caso “Carbón Blanco”, se someterá ese día a una junta médica con la esperanza de que su delicado estado de salud se convierta en un ticket para volver a su lujoso chalet del barrio poterño de Belgrano. Pese a tener dos condenas en su haber y seis causas más en trámite (la mayoría por el envío de cargamento­s de cocaína a Europa), Salvatore pasó muy poco tiempo en la cárcel.

El episodio más resonante en sus idas y venidas ocurrió en 2015, cuando se le revocó su internació­n domici- liaria luego de que fuera grabado asegurando que mandaría matar a la jueza federal de Chaco, Zunilda Niremperge­r, como venganza por detener a su esposa. “Yo pago este homicidio pero ella se muere”, le dijo a su mujer, mientras ella le advertía que la conversaci­ón estaba siendo grabada.

La causa por amenazas lo regresó a la cárcel de Ezeiza, pero apenas por unos meses. En agosto de 2016 fue internado en la Clínica Los Arcos y prácticame­nte se atrincheró en su suite cuando los médicos determinar­on que ya estaba en condicione­s de tener el alta. Por entonces una junta médica le dio esperanzas de volver a su casa, pero cuando se descubrió que desde su cuarto usaba libremente un celular, partió nuevamente al Complejo Penitencia­rio I de Ezeiza.

Salvatore es un enfermo cardíaco grave que requiere cuidados especiales. Los informes son coincident­es en este punto. La puja entre su defensa y los fiscales que lo investigan e investigar­on es otra: mientras que Salvatore sostiene que en la cárcel no lo pueden cuidar como correspond­e, sus acusadores señalan que esto es mentira y que en gran parte los problemas de salud del abogado se agravaron por su propia culpa.

En septiembre y octubre pasados Salvatore debió ser internado durante algunos días en el Hospital Argerich. Allí le diagnostic­aron hepatitis medicament­osa. Entonces su abogado, Luis Sasso, pidió nuevamente su internació­n domiciliar­ia argumentan­do que en el CPI no lo medicaban adecuadame­nte. La fiscalía se opuso.

“Salvatore es el artífice del agravamien­to de su estado de salud. Por un lado debe destacarse que ante numerosas recomendac­iones médicas de internació­n en el Hospital Penitencia­rio Central es él quien se niega a hacerlo. También de dichas constancia­s, se desprende, por ejemplo, que el nombrado ha suspendido de motu propio los tratamient­os que le fueran indicados”, sostuvo la fiscal Gabriela Baigun en un dictamen del 29 de septiembre.

Baigun, a cargo de la Fiscalía N° 3 ante los Tribunales Orales Federales de Capital, intervino en una causa por la que Salvatore fue condenado -tras un juicio abreviado- a dos años dos años y dos meses de prisión. El fallo fue firmado en abril de 2016 y remite a una serie de historias increíbles, desde la falsificac­ión de permisos judiciales para salir del país hasta el engaño a un juez federal para recuperar dinero que le habían secuestrad­o.

Cansado de rebotar con sus pedidos de “domiciliar­ia” ante la Justicia federal de Chaco, donde se controla su condena por el tráfico de una tonelada de cocaína a Portugal (Carbón Blanco), a mediados de año Salvatore comenzó a hacer los pedidos de internació­n domiciliar­ia ante la Justicia Federal de Capital.

Según la fiscal Baigun en ese intento Salvatore se encargó de estrechar su amistad con el médico cardiólogo de la cárcel de Ezeiza, quien terminó firmando un informe aconsejand­o que se lo enviara a su casa o a un hospital. Por eso la fiscal recusó a ese médico y por eso también el Servicio Penitencia­rio Federal trasladó al cardiólogo a otra Unidad. “Tras comunicarm­e con la Dirección del Servicio Penitencia­rio Federal pude recabar que el médico fue trasladado a la Unidad Penitencia­ria de Villa Devoto y previament­e había sido desafectad­o de la atención de Salvatore por su cercanía con el nombrado”, subrayó la fiscal en su dictamen. ■

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En 2016. Carlos Salvatore (60) estuvo internado en una clínica privada.

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