Acorralado
El ex mandatario declaró a un canal belga que está dispuesto a postularse el 21 de diciembre, “incluso desde el extranjero”. Pero ayer España solicitó su arresto inmediato para extraditarlo.
Después de varios días de silencio, apareció en la TV belga y dijo que “está dispuesto” a postularse en lsa elecciones del 21 de diciembre. También enfatizó: “No huí”. Pero el gobierno de España ya pidió su arresto inmediato y su extradición, acusándolo de rebelión. Y para Felipe González, lo de Puigdemont fue “un acto de cobardía”..
El ex presidente catalán Carles Puigdemont reapareció anoche luego de tres días escondido en Bruselas para dar una entrevista a la televisión pública RTBF en la que aseguró que “no ha huido” y, rompiendo su promesa hecha hace un año, anunció que pretende ser candidato en las elecciones regionales del 21 de diciembre. La novedad se produjo apenas horas antes de la oficialización del pedido de urgente arresto y extradición formulado por la magistrada española a cargo de la causa que lo acusa de rebelión y sedición, entre otros delitos.
En sus respuestas a la televisión belga, el cesado mandatario catalán siguió declarándose como el presidente “del gobierno legítimo” y dice que no ha tenido contactos con dirigentes políticos belgas ni europeos durante esta semana en Bruselas, a donde llegó el lunes a primera hora huyendo de la Justicia española.
En sus últimas visitas a la capital belga nunca fue recibido por dirigente alguno a pesar del cabildeo de su gobierno. Ante las puertas cerradas de las instituciones europeas, Puigdemont dijo que “la euroestructura se distancia de la población, por eso se habla de crisis europea”. Las instituciones europeas llevan meses pronunciándose sobre la crisis catalana, siempre para recordar que debe respetarse la Constitución española y para rechazar cualquier declaración de independencia.
Mientras la televisión belga emitía la entrevista, la Fiscalía local anunciaba que había recibido la “euroorden” de detención y entrega emitida por la jueza española Carmen Lamela. La Fiscalía dijo que la estudiará hoy sábado, lo que podría llevar a la detención de Puigdemont si no se entrega antes. Esa “euroorden”, equivalente en Europa a un pedido de extradición, se envió contra Puigdemont y los cuatro miembros de su gobierno que le acompañan aquí.
El envío de esa orden abre un proceso que puede durar meses según la estrategia judicial que desarrolla Paul Bekaert, abogado belga del ex presidente catalán. En cuanto la Fiscalía comunique la “euroorden” a un tribunal de primera instancia, Puigdemont podría ser detenido para serle comunicado el pedido español y la Justicia belga tendría 60 días para tramitar su entrega. Durante ese período podría seguir en libertad si se considera que no hay riesgo de fuga. El ex presidente también podría apelar y alargar los plazos. Eso haría que siguiera en Bélgica el 21 de diciembre, la fecha de las elecciones regionales. Su abogado parece renunciar a una petición de asilo (principalmente por la incomodidad que muestra el gobierno belga por esta presencia) para intentar derrotar a España en los tribunales belgas.
En la entrevista Puigdemont sostuvo que su huida a Bélgica no fue una fuga y que está aquí “para defender un gobierno legítimo contra una acción ilegal del Estado español, contra una situación de ausencia de garantías judiciales en un asunto que es político y para tener la libertad y la seguridad de expresarme”.
El hombre es un manojo de contradicciones. Sostiene ser el presidente electo de una supuesta república catalana y a la vez dice estar “dispuesto a ser candidato” en las elecciones regionales convocadas en Cataluña por el gobierno español el 21 de diciembre, los mismos comicios que él se negó a convocar.
Los sondeos para esa elección colocan a su partido de centro derecha como cuarta o incluso quinta fuerza política y a sus socios independentistas de Esquerra Republicana en primera posición. Los nacionalistas, como hasta ahora, estarían rozando la mayoría absoluta. En la entrevista en diferido emitida por la RTBF, Puigdemont asegura que puede “hacer campaña en cualquier parte del mundo porque estamos en un mundo globalizado” y que huyó a Bélgica “para explicar al mundo lo que pasa en España”. Dice que la “Justicia española no garantiza nada” y que se presentará “ante la verdadera Justicia, la belga, no ante la española”. Llegó a decir, además, que ni el referéndum ni la declaración unilateral de independencia fueron ilegales “porque estaban en nuestro programa”.
Otros ocho miembros de su ejecutivo. incluido el vicepresidente, están encarcelados desde el jueves como medida preventiva por temor a que hagan como el ex presidente y se fuguen. Puigdemont dijo anoche en la entrevista que quiere “que las elecciones se desarrollen con la mayor normalidad posible” y que “no es con un gobierno en la cárcel que las elecciones van a ser neutrales, independientes y normales”. Y dudó de que el gobierno español vaya a respetar el resultado de las elecciones.
La ministra belga Marie Christine Marghem dijo ayer, mostrando la incomodidad de su gobierno con el inesperado huésped, que Puigdemont podrá alargar los plazos de extradición hasta 60 días “pero ni uno más, no hay nada que hacer y debe ser entregado”. Su presencia es cada día más incómoda para el gobierno belga y la prensa del país empieza a tratarle con una mezcla entre mofa y condescendencia.
La estrategia de Puigdemont de “internacionalizar” el conflicto volvió a tocar hueso ayer. La Comisión Europea volvió a ponerse del lado de Madrid: “respetamos plenamente el orden constitucional español”.