Una radiografía de la corrupción en el panel de Carrió y el juez del Lava Jato
Sergio Moro expuso junto a la diputada de Cambiemos y a un fiscal anticorrupción español.
“No hay régimen de impunidad si no hay un pueblo que no quiere saber la verdad y no quiere justicia, como no puede haber dictadura si no hay una sociedad con un componente fascista”, dijo la diputada de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, al exponer ayer en el sobre corrupción del XVIII Foro Iberoamérica.
Compartió el panel con el juez brasileño Sergio Moro, quien lleva adelante la causa judicial conocida como Lava Jato, por la que mantiene a numerosos políticos y empresarios detenidos o imputados en su país, entre ellos el ex mandatario Luis Inacio Lula Da Silva.
También debatió en el mismo escenario el fiscal anticorrupción de Palma, España, Pedro Horrac, todos coordinados por el periodista Carlos Pagni (diario La Nación), que comenzó diciendo que a la corrupción la seguía algo peor, que es la impunidad. El “crimen sin castigo” redondeó.
Fiel a su estilo, Carrió contó su experiencia como una de las primeras denunciantes de los negocios ilícitos durante el kirchnerismo, donde los jueces ahora aceleraron el paso, y en los que dijo haber actuado aún poniendo su vida personal y su familia en riesgo. Luego, al ironizar con que a ella la acusaban de ser “agente” de la CIA o de otros poderes, afirmó que se nutría de muchas denuncias de la gente.
”Lo peor es vivir en la pasividad de la complicidad”, sostuvo, y prometió no cesar en su postura agregó que “no habrá impunidad hacia afuera ni hacia adentro de Cambiemos”.
“El sistema es la impunidad” y que el “último garante de ese sistema es el Poder Judicial. El cierre es con la Corte incluida, para que no se toquen las corporaciones o los grupos de interés”. No dio nombres, pero Carrió es una reconocida crítica del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, quien expuso en el panel siguientee ella, más tarde, sobre “La vida privada en el siglo XXI”. Pero no llegaron ni a cruzar miradas.
La diputada tuvo un curioso ir y venir al resumir su alianza con el presidente Mauricio Macri. Recordó sus dichos de que Macri era el hijo de un empresario de la “patria contratista”, pero que ahora lo pone a la altura de poder estar al puede fundar una república como no ocurría dede tiempos de Marcelo T. de Alvear
Entre tanto, el juez Moro, que habló todo el tiempo en portugués, sostuvo que la corrupción generaba “una crisis de confianza” en la sociedad.
El magistrado del Lava Jato planteó que era necesario “enfrentarla y fortalecer la democracia”. Consideró necesaria ”una Justicia criminal que funcione, que sea independiente de la política, que haya prensa libre y una opinión pública fuerte”.
Antes de irse, Carrió festejó la detención del ex vicepresidente Amado Boudou, aunque aludiendo a un “oportunismo judicial”. ■