Clarín

La crisis económica amenaza el popular carnaval de Río de Janeiro

Temor. Las escolas de samba dicen que la situación es “incierta”. La alcaldía recortó los fondos que les destinaba y el gobierno de Temer tuvo que salir en su ayuda.

- RÍO DE JANEIRO.

En medio de una crisis económica sin precedente­s, Río de Janeiro no cuenta con recursos para organizar el carnaval de 2018, donde las grandes escolas de samba aún no garantizan que podrán desfilar.

A 100 días del inicio de la fiesta popular más convocante de Brasil, “la situación es incierta”, según declaró Jorge Castanheir­a, presidente de la Liga de Escolas de Samba Independie­nte, donde están representa­das las principale­s agrupacion­es.

“Esta situación es una tortura, es imposible saber lo que va a pasar, no podemos planificar nada”, declaró Luis Carlos Magalhaes, que preside la escola de samba Portela, electa campeona del desfile del año pasado.

“La improvisac­ión es absoluta” agregó Magalhaes, en referencia a que la Alcaldía no garantizó que se puedan realizar ensayos en el famoso Sambódromo Marques de Sapucaí, donde se llevan a cabo los desfiles televisado­s a centenares de millones de espectador­es en todo el mundo.

El estado de Río de Janeiro se declaró en “estado de calamidad financiera” ante la quiebra de su economía debido a la crisis económica nacional agravada por los problemas de la industria del petróleo que acarreó el escándalo del “Petrolao”. Debido a esa situación el Estado aún adeuda parte de los salarios de 2016, cerró centros de atención médica y recortó los fondos para la policía.

La situación de la Alcaldía de Río es igualmente grave por lo que redujo en un 50% el subsidio entregado a las agrupacion­es carnavales­cas, que rondaba habitualme­nte los 26 millones de reales, unos 8 millones de dólares. El recorte provocó una lluvia de críticas y la amenaza de las escolas de Samba de limitar sus desfiles por falta de presupuest­o. Esto obligó al gobierno de Michel Temer a intervenir y a anunciar el aporte extra de unos 13 millones de reales (4 millones de dólares).

Otro punto de fricción es el alcalde carioca, Sergio Crivella, un pastor evangélico. Los dirigentes de la Liga de Escolas lo vienen criticando por considerar que trata con desinterés el carnaval, un evento al cual no asiste porque, según dijo, le parece poco recomendab­le.

La alcaldía de Río de Janeiro, en cambio, asegura que prepara para el próximo año el “mayor y mejor” carnaval en la historia de esta ciudad brasileña, en un intento por multiplica­r el turismo, limitar el impacto de la ola de violencia que sacude la región y dejar atrás la crisis económica.

“La alcaldía quiere potenciar el turismo. Es la solución para superar la crisis que vivimos”, sostiene el presidente de la Empresa Municipal de Turismo (Riotur), Marcelo Alves. Aunque sin negar la grave crisis financiera de Río, Alves aseguró que no tiene impacto en el carnaval.

El famoso desfile de las escolas de Samba del grupo especial está previsto para los días 12 y 13 de febrero. El carnaval pasado atrajo 1,1 millones de turistas a Río y movió unos 1.000 millones de dólares. ■

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AP Crisis. La quiebra económica de Río pone en jaque la fiesta carioca.

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