La huida de Carles Puigdemont “es un acto de cobardía, casi de vodevil”
El ex mandatario defendió con energía lo hecho por la justicia y criticó con dureza al líder catalán que, dijo, se maneja como un supremacista.
Felipe González, ex presidente del gobierno de España está en Buenos Aires y es uno de los disertantes en la XVIII edición del Foro Iberoamérica que tendrá lugar hasta hoy en el hotel Alvear Icon.
En un respiro de los debates, el también ex lí- der del Partido Socialista Obrero Español habló con Clarín de la crisis que sacude a Cataluña por la demanda de secesión del depuesto gobierno regional. Para este dirigente, cuyo partido se alió con el Partido Popular de Mariano Rajoy en este conflicto, la salida a Bélgica de Carles Puigdemont fue un “acto de cobardía” y de “vodevil”.
El ex presidente de la Generalitat se niega a comparecer ante la justicia en Madrid, que lo acusa de rebelión y sedición. Ya hay otros ocho ex funcionarios del Ejecutivo catalán arrestados. Entre ellos, el ex vicepresidente Oriol Junqueras. González recibió ayer a Clarín junto con el diario El País de Madrid.
--Llegados a este punto ¿en qué momento ve que se encuentra la disputa entre Cataluña y el poder central?
--La verdad es que cuando se plantea Cataluña y España se comete un error. Cataluña forma parte de España. España es un espacio público compartido que se constituye como Estado-Naciòn desde hace 500 años. Entonces no se entendería que se hable de España si no existiera Cataluña dentro de ese espacio público compartido. Es cierto que aquí hay cierta tensión o confrontación de relatos, no de legalidades. España, como Estado de derecho, está soportando la peor crisis de la democracia desde que empezó el régimen del 78, del que me considero representante absolutamente legitimo y quiero que lo llamen régimen del 78 para diferenciarlo de otros.
-Pero la cuestión catalana...
-Ello tiene un factor fundamental en el que hay una parte de los catalanes, y no cataluña, que sin legitimidad y legalidad, han roto la convivencia en Cataluña; han roto el estatuto de autonomía en el que se basa su poder, han roto la constitución y han desobedecido todas las sentencias de los tribunales.
-¿Puede el encarcelamiento de ocho ex consejeros de Cataluña como ha dispuesto la justicia en Madrid provocar una crisis difícil de contener y generar ar una subsiguiente crisis política?
-Yo nunca le daría ese enfoque. Yo he defendido la iniciativa política desde hace muchos años para enfrentar la crisis que se había planteado en Cataluña. ¿Por qué la he defendido? Porque la única manera de minimizar la dimensión penal que existe de los acontecimientos, -inclusive la jurídico institucional, porque acudimos al tribunal constitucional a que nos diga- .y lo dice que va contra la Constitución y el estatuto (de autonomía), lo que han hecho el 6 y el 7 de septiembre, acabando con el estatuto de autonomía y con la Constitución. Acudimos proforma porque ellos mismos al votar de manera ile-
gal como ha hecho Nicolás Maduro con la Constituyente (la Asamblea elegida en un comicio acusado de fraudulento y colocado por encima de las instituciones venezolanas), esas normas están afirmando que van contra el estatuto y contra la Constitución. No falta que nos lo diga nadie. Entonces, he querido priorizar la política porque es lo único que la política controla, el Poder Ejecutivo controla. Si se hubiera actuado entonces políticamente incluso con la aplicación del 155 de la Constitución (el artículo que autoriza la intervención de una región en rebeldía) que es pura política y se lo hubiera hecho a tiempo, pues no estaríamos desencadenando los inevitables procedimientos penales y de otra naturaleza.
-¿Entonces lo que dice es que se ha llegado a esta situación por no haber hecho política? -No creo que sea totalmente así, pero sí que la ausencia de iniciativa política ha abierto muchos más espacios a una dinámica -que tiene sus fundamentos de carácter penal-. Un ejemplo, que se interpretará mal. Imagínese que cuando el señor (Artur) Mas era presidente de la Generalitat (actual titular del partido de Puigdemont PdeCat, anteriormente Convergencia i Unió y quien lo antecedió en el principal sillón el ejecutivo catalán) y convocó a una consulta ilegal después de que el tribunal constitucional le diga ¨oiga, que usted no tiene competencias para hacerlo, que la situación no se lo permite ni el estatuto de autonomía en el que se basa su legitimidad permite hacerlo´, dice ´ah. está bien, lo hago’. Imagínese que una persona en aquel momento hubiera sido requerida desde el punto de vista constitucional, el 155 que han satirizado. Es igual que el artículo 137 de la Constitución alemana. ´Oiga, yo no lo estoy ni amenazando penalmente, no, no. Simplemente usted no cumple con su función. No respeta sus competencias. Le llamo la atención para que vuelva a respetar el ordenamiento jurídico de la Constitución y del Estatuto de Autonomía. En caso de que no lo haga, el Senado, con los trámites correspondientes, me da la posibilidad de suspenderlo de sus funciones.
-Pero en España depende siempre del punto de vista el exceso de político o el de judicialización en estas cuestiones
-No hay puntos de vista. Yo estoy contra la judicialización de la política porque inevitablemente eso termina con la politización de la Justicia: modelo Brasil. Pero estoy en contra siempre y no en el caso de España. Lo que están haciendo los tribunales y en lo que casi todo el mundo está manifestando su respeto es que una señora Jueza (la magistrada Carmen Lamela Díaz, de la Audiencia Nacional, a cargo de la causa) atienda la petición del Fiscal y dicte prisión provisional sin fianza y como medida cautelar. Y la gente respeta porque es independiente el poder judicial. La magistrada que tomó la decisión es independiente.
-¿Cómo califica la actitud de Carles Puigdemont de viajar a Bruselas, no pedir asilo y al mismo tiempo negarse a presentarse ante la Audiencia Española? ¿Le parece habilidoso? -Ojalá él no se moleste por lo que voy a decir. Me parece un acto de cobardía, casi de vodevil, que deja al pie de los caballos a sus seguidores y a más de la mitad de su gobierno. El gran argumento de la magistrada (española) sobre el riesgo de fuga no tiene que explicarlo mucho, ya se lo da solo el señor Puigdemont. Por las mañana se le escucha decir una cosa ridícula. ´En una democracia del siglo XXI´ dice... Oiga, su discurso es de un nacionalismo irredentista, supremacista que es como mucho identificable con los desastres del siglo XX del nacionalismo, ¿cómo reclama que eso es del siglo XXI? ¿Cómo es que en el siglo XXI uno se puede saltar el estatuto y la Constitución? Le diré algo intelectualmente divertido: Puidgemont no es presidente de la Generalitat, no porque haya sido destituido, sino porque él ha propuesto destruir la Generalitat y la Constitución. Por tanto, si fuera algo, que no lo es, sería presidente de la República Independiente.
¿Cree que el mundo lo entiende?
-Aquí hay una sola legalidad como en cualquier país democrático. Imagine que la gobernadora de la provincia de Buenos Aires (María Eugenia Vidal) lleva a la Legislatura el ejercicio de autodeterminación de la provincia de Buenos Aires para separarse de Argentina. Aquí (sobre el caso catalán) hay una sola legalidad y dos relatos. Los relatos tienen una ventaja, y es que han contado un montón de mentiras, cosa que es bastante frecuente en nuestra sociedad. ¡Cuántas mentiras de Donald Trump se cree la gente que son verdad! Hay miles. En el relato han ido ganando.
-En la Argentina un ex vicepresidente ha sido detenido, al igual que importantes funcionarios de las anteriores administraciones kirchneristas. ¿Usted ve esto como un proceso que puede ser independiente, como una ola de la justicia o como algo promovido por el Gobierno?
-Hay dos ex presidentes de Perú también en la misma situación. Lo ha dicho hoy Pedro Pablo Kucksyski (presidente peruano, presente también en el foro). Hay un montón de líderes brasileños encausados, perseguidos. ¿Eso lo veo como un cambio en la alternancia política en Argentina? Espero que no, creo que no, confío que no tenga nada que ver con el cambio de una nueva mayoría y de la presidencia. Me imagino, pero no tengo los datos para afirmarlo, que la actuación de la justicia es al margen de las relaciones del poder político. Eso en España es una evidencia, porque tiene algunos presidentes regionales del Partido Popular que están en prisión provisional. Lo que acaba de hacer además esta jueza de la Audiencia Nacional no sea probablemente lo que desearía el Gobierno cuando disuelve y convoca a elecciones (adelantadas en Cataluña para el 21 de diciembre). Sólo confío en los jueces y que se extremen las garantías. ■