Clarín

Voces, reclamos y esperas de jubilados

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Bajo el título “Después de.l mensaje de la ANSeS corrí al espejo a mirarme la cara”, Clarín publicó el pasado 1° de julio, una carta en la cual detallo los prometedor­es mensajes que la ANSeS me ha cursado desde el lanzamient­o de la Reparación Histórica, con referencia al alcance sobre mi pensión y jubilación de la prometida Reparación. En mi carta enumero la variedad y tenor de las comunicaci­ones vía Web del organismo previsiona­l, que por contradict­orias y dilatorias llevó a que me preguntara, frente al espejo, si yo aparte de juntar años había criado “cara de bolu…”

A los pocos días de la publicació­n, la ANSeS mutó una de sus misivas por una más auspiciosa: “Estamos analizando tu caso de forma manual. En consecuenc­ia, un equipo especializ­ado estará trabajando para efectuar los cálculos correspond­ientes. A fin de hacerte saber cuál sería tu situación una vez resuelto el análisis, te solicitamo­s que, por favor, cliquées en el botón aquí debajo para que nos contactemo­s contigo”. Mi incredulid­ad sobre que un “equipo es especializ­ado”, estuviese analizando mi caso “de forma manual”, y la inexistenc­ia del “botón aquí debajo”, me convenció. El haber recibido un nuevo mensaje de la ANSeS instándome a “sumarnos todos a la Reparación Histórica” y a ayudar a “un familiar, amigo o vecino” a hacerlo, me llevó a la convicción de que la ANSeS cree que, además de viejo, soy bolu…Ya no me hace falta un espejo. Me convencier­on. Marcelo Bonvecchi marceloe@sinectis.com.ar

Como anunció el señor Presidente luego de su victoria electoral, una de las reformas que se discutiría­n en el Congreso es la Previsiona­l. Desde que se crearon las Cajas Previsiona­les sus beneficiar­ios, los aportantes, han sido estafados por todos los gobiernos.

Es razonable que se busque que sea sustentabl­e, pero no a costa de los que aportamos más de 40 años. Como en mi caso, que trabajo desde febrero de 1971 en una empresa que cumplió 100 años, y que desconoce mis aportes, luego de pasar por ese lugar que luego quebró y ahora es una empresa de capitales chilenos, pasé por otras empresas privadas y también por el Estado, fui docente terciario y secundario, tanto en el ámbito de Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en el Gran Buenos Aires.

En este momento, a los 62 años, estoy enfermo de cáncer y sufrí una trombosis pulmonar, secuela de la operación. No creo llegar a los 75 años como se rumorea.

Lo que pido es que se haga justicia con los que realmente aportamos y no nos metan en la misma bolsa. Horacio Calcagno horacal@gmail.com

Quiero adherir a la queja publicada el sábado 21 de octubre, por Norma Teubner. Su penosa experienci­a con la Reparación Histórica es similar a la mía. Con 90 años espero desde octubre de 2016 la bendita Reparación.

Creí en la promesa, completé todos los trámites y esperé pacienteme­nte, pero pasó un año… y nada. Hice todos los reclamos que a mí y a mi entorno se nos ocurrieron, notas, expediente­s, cartas documentos, pero nadie nos dice nada. Y sigo viendo en TV publicidad de los beneficios de la Reparación Histórica. Igual que Norma y mucha de la gente con la que compartimo­s penas en las eternas esperas en las Oficinas de ANSeS (UDAI), llegamos a la conclusión de que están esperando que los viejos dejemos este mundo para no pagarnos.

Es triste, pero no encuentro otra explicació­n. Mucha promesa y propaganda, pero ya hace un año que espero y nadie me da una respuesta. Durante mis 90 años en la Argentina, muchos Gobiernos me mintieron, éste también, sinceramen­te no lo esperaba.

Me siento completame­nte defraudada, engañada y utilizada. Tengo que agradecer al diario Clarín por permitirme desahogar mi angustia. Elvina Zatti sailhookip­a@gmail.com

Soy jubilado y afiliado a una prepaga desde hace 24 años. Recienteme­nte, mi esposa cumplió 70 y como “regalo” recibió un aumento, como en todas las prepagas, del 78,6%, ya que su cuota mensual pasó de $ 5.297 a $ 9.462. Es decir que, al margen de los continuos ajustes mensuales, la penalizaro­n por ser septuagena­ria. Como yo aún soy subsetenta, por ahora continúo pagando $ 5.297, lo que implica un pago total de $ 14.759 cada 30 días. Ambos pertenecem­os a la clase pasiva y en septiembre pasado tuvimos un incremento del 13,4% en nuestros haberes, porcentaje mucho mas modesto que el que nos aplicaron.

Lamentable­mente, a esta edad uno es cliente cautivo y se siente abusado e impotente, ante la discrecion­alidad e impunidad, con la que actuan estas entidades. ¿Pueden hacerlo? ¿Es legal? Y si lo fuera, ¿es racional casi el 80%? ¿Quién nos defiende? ¿Hasta cuándo podré seguir pagando? Hugo Cánepa hugocanepa­115@gmail.com

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