Cuatro años después, Colón aterrizó frente al Aeroparque
Las tareas para montarla en su pedestal se completaron ayer. El monumento estuvo detrás de la Casa Rosada hasta 2013, cuando el Gobierno kirchnerista ordenó desarmarlo. Luego fue mudado a una plazoleta frente al Aeroparque Newbery.
En 2013, Cristina ordenó sacar la estatua de su histórica ubicación detrás de la Casa Rosada. Quedó tirada y la reemplazaron por una imagen de Juana Azurduy. Tras una larga polémica, la trasladaron a la Costanera y ayer terminaron de armarla.
El monumento a Cristóbal Colón volvió a estar ayer de pie, en su nueva ubicación en Costanera Norte. Fue el último paso, y el más simbólico, del ensamble de este grupo escultórico que se convirtió en un ejemplo de la arbitrariedad a la que puede verse sometido el patrimonio histórico, artístico y cultural de la Ciudad.
La llovizna de ayer no impidió la tarea y así la imagen volvió a estar en su pedestal, ahora frente al aeroparque Newbery. “Estamos muy conformes con el trabajo que se está realizando. Hay un equipo de profesionales interviniendo en la restauración", explicó Teresa Anchorena, la presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.
La estatua del navegante genovés fue inaugurada en 1921, en la plaza que queda detrás de la Casa Rosada. Se trató de una donación de la colectividad italiana en el país. Pero en 2013, por decisión del Gobierno kirchnerista, fue desmontada y reemplazada por una imagen de Juana Azurduy. En 2015, tras un acuerdo entre Nación y Ciudad homologado por la Legislatura porteña, Colón fue trasladado a su nuevo lugar.
Para las diferentes asociaciones de italianos y descendientes de italianos en el país, la polémica en torno al monumento fue un tema doloroso desde el principio: consideran que se trató de una decisión arbitraria por parte de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El desmantelamiento y luego el traslado también fueron eje de una disputa. Ayer, algunas de esas asociaciones presenciaron el montaje de la estatua.
"Cuando recibimos el trabajo, había un avance de obra del 10%. En cuatro meses llegamos a completar todo el armado y el sellado de las piezas", dijo a Clarín el arquitecto, restaurador y artista plástico Javier Urani, el director general de la obra. Para acelerar los trabajos se tomó la decisión de no rescindir ningún contrato de los recibidos de la gestión anterior. Con la misma gente, lograron poner al día las obras.
Por una cuestión del montaje de los andamios, luego de poner a Cristóbal en su pedestal aún quedará por colocar la figura de la Justicia, que estará ubicada en la cara que mira hacia el Aeroparque. "Esto sucederá en los próximos días. Así concluye esta etapa, pero luego la restauración superficial continúa. Hasta este momento hemos trabajado con ocho cámaras que registraron todo lo que hicimos en estos cuatro meses", detalló Urani. Y contó una curiosidad: el jefe de obra es cineasta, Pedroo Nadal.
Algunos especialistas temen que el agua del río dañe el mármol. En el Gobierno lo descartan.
Sin dudas aportó una mirada única para la documentación y para la realización de una maqueta tridimensional en la que se ensayó cómo iba a ser el montaje del monumento.
En otras asociaciones, como "Colón en su lugar", se manifestaron preocupados por la cercanía al agua del conjunto escultórico. El Colón estará en una plazoleta ubicada frente al acceso principal al Aeroparque porteño, al lado del Río de la Plata.
Asesorados por especialistas en patrimonio, como el arquitecto Marcelo Magadán, entienden que el agua podría alterar al mármol de Carrara, con el que está construido buena parte del monumento, porque es poroso y la humedad podría afectarlo. "Los restauradores entienden que se encuentra distante del agua y no será dañado", explicó Anchorena.
Uno de los trabajos mas delicados que se llevaron a cabo fue la remoción de una resina entre amarilla y naranja que había sido colocada en la anterior etapa de restauración. El nombre técnico es epoxídico: "Se había colocado para rellenar fisuras en el mármol. Criticamos este material porque estéticamente se destacaba mucho y no se veía bien. Se logró lim- piarla de manera mecánica", detallaron desde la Comisión.
En el futuro, los especialistas tendrán que definir otras cuestiones relacionadas con la restauración, como "rellenar" o no las juntas entre los bloques de mármol. Existen diferentes criterios: "Incluso se dan modas respecto de cómo resolver el aspecto final o el acabado de la obra. A nivel internacional hay especialistas que consideran que es mejor rellenar esas juntas. Otros entendemos que no conviene hacerlo para que se vea el detalle del trabajo del artesano y la historicidad de las piezas", opinó Javier Urani. Una vez que el monumento pueda visitarse, habrá que poner atención a estos detalles, porque las juntas Urani son milimétricas.
Por otro lado, desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público informaron que si bien se pusieron en valor todos los carritos de la Costanera Norte (poseen electricidad y las parrillas funcionan a gas), aún opera un restaurante muy precario justo en la entrada de la plazoleta donde está ubicado el Colón. Fuentes de la cartera porteña informaron que la concesión de ese sitio se encuentra judicializada.