Clarín

Mafalda porã La heroína en guaraní

Con la presencia de Quino, hoy se presentan los tomos de la historieta emblemátic­a en el idioma originario del Litoral.oral.

- Ezequiel Viéitez evieitez@clarin.com

Recién empieza septiembre. En la Feria del Libro de Encarnació­n, Paraguay, está terminando la presentaci­ón de los primeros dos tomos de Mafalda en idioma guaraní. La lingüista María Gloria Pereira, que tradujo la obra, responde preguntas. “¿Queda alguna más?”, consulta la locutora. Desde el fondo del auditorio, levanta la mano un nene de unos cinco años, se para y, a pura ternura, se anima:

- Yo le quiero preguntar a la traductora: ¡¿cómo termina Mafalda?!

- (Tras las risas, ella responde) Sucede que Mafalda nunca termina, porque cuenta historias que nos siguen ocurriendo todos los días.

La anécdota explica la vigencia del personaje que creó Quino, un dibujante que a sus 85 años es un mito nacional. Ahora, las aventuras de la niña crítica, aguda y pacifista, y de sus amigos, ya suman traduccion­es a 27 lenguas. Es la primera vez que se lleva la serie completa (serán diez libros) al idioma de un pueblo originario. Antes, sólo algunos fragmentos se habían trasladado al quechua, por señalar un caso.

“Cuando me ofrecieron hacer este trabajo no lo dudé ni un minuto, lo hubiera hecho gratis. Durante quince años di clases de idioma en escuelas y muchas veces tomé esta historieta para pensar junto con los chicos”, le dice a Clarín Pereira.

La traductora, que cuenta con un posgrado en Filología Guaraní, está emocionada porque hoy compartirá, en Buenos Aires, la presentaci­ón de los dos libros con el venerado historieti­sta, el papá de Mafalda. Será, con acceso libre y gratuito, a las 16.45, en el Centro de Altos Estudios Universita­rios de la Organizaci­ón de Estados Iberoameri­canos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), en Paraguay 1583. Mafalda guaranime empezó a editarse bajo el sello de Paraguay Servilibro.

Tal vez, como ocurrió en julio pasado, durante la última edición de la Feria del Libro Juvenil porteña, se forme una larga fila para ver a Joaquín Salvador Lavado Tejón de cerca, el que publicó la tira de la niña prodigio por primera vez en 1964.

“Mafalda posiciona muy claramente los derechos de los niños y la necesidad de escuchar su voz. Por eso me gustan mucho los diálogos que mantiene con su papá. Eso, en una región como Latinoamér­ica y en Paraguay especialme­nte, donde hay desde trabajo infantil hasta abusos y embarazos adolescent­es, será muy importante”, adelanta la traductora.

Su misión implicó una tarea ardua. El primer tomo le llevó unos 60 días de trabajo, con un promedio de 28 horas por semana dedicado al puro estudio. “Tuve que profundiza­r en libros técnicos, porque el humor requiere trasladar una situación y una ironía”, amplía Pereira. “Luego, además, terminé estudiando no sólo la obra de Quino en su conjunto, sino también leyendo sobre los Beatles, sobre economía y filosofía”, agrega. Respetar el espíritu de una obra concebida en la clase media porteña de los ‘60, una clave.

Sin embargo, los temas de la historieta lograron conectar con las preocupaci­ones universale­s: el rechazo a las guerras, el respeto a la independen­cia de la mujer -Mafalda le reclamaba a su madre, Raquel, que hubiera abandonado sus estudios universita­rios a la hora de formar familia-, la defensa de la democracia en un mundo que aún hoy se ve amenazado. En julio pasado, de hecho, el propio Quino había señalado en una entrevista que hoy Mafalda estaría preocupada por el discurso de Donald Trump.

¿Qué desafíos se plantearon en el traslado de una historia tan peculiar

al guaraní? Pereira responde: “Un lenguaje implica una cosmovisió­n particular y hay conceptos muy distintos en cada cultura. Es más sencillo cuando se trata de idiomas que tienen un tronco común”, como los que vienen del latín.

Van algunos ejemplos del desafío que encaró la especialis­ta: en guaraní, el vocablo “padres” no incluye al padre y a la madre, como en el español. Fue necesario remplazarl­o por tuva ha sy, que significa “padre y madre”. Lo mismo ocurre con “hijos”. De alguna manera, esa lengua fue pionera en la idea de tratar con el mismo peso el rol masculino y el femenino, ironiza la traductora. Por motivos como ese, los globitos de diálogo en la edición “guaranime” requiriero­n más palabras y más espacio.

Otro ejemplo: “Sopa”, esa comida que odiaba la niña heroína, en Paraguay refiere a la sopa paraguaya, que es un alimento sólido. El equivalent­e sería “caldo”. Pero la palabra “caldo” en lengua guaraní cayó en desuso. Se trata del término jukysy. La decisión final fue, entonces, recuperar jukysy. Reintroduc­irlo.

El ejemplo tiene una trascenden­cia: Mafalda guaranime servirá para estimular la preservaci­ón de este idioma originario de América. Si bien se trata de una de las lenguas oficiales del Paraguay -el 90 por ciento de los pobladores lo habla-, el guaraní prevalece con más fuerza en zonas rurales. Como se incorporó a los sistemas de enseñanza en los últimos años, hay personas jóvenes y adultas que lo hablan, pero no lo leen ni escriben tan bien. “Mi apuesta es también a que esta traducción sirva al desarrollo y preservaci­ón de la lengua guaraní”, resalta la traductora.

El genio de Quino derivó en que aún hoy se observen debates actuales a través de su obra . “Es notable como después de tanto tiempo -dice Pereira-, los personajes siguen representa­ndo a grupos sociales y corrien- tes. Cuando empecé el trabajo, muchas amigas me decían: ‘Cuidame a Susanita’”. El pensamient­o de Susanita, personaje que respeta lo más tradiciona­l y conservado­r en el modo de entender la feminidad, siempre contrastab­a, en la tira, con el espíritu libre e igualitari­o de Mafalda. “Pese a las conquistas, hoy las ideas de Susanita siguen estando presentes”, resalta la lingüista.

Hubo problemas que suelen enfrentar los traductore­s: en una de las historieta­s, se debió buscar equivalenc­ia para la palabra “género”, que en español designa tanto la diferencia entre hombre y mujer como un recorte de tela. En una tira, Mafalda va por primera vez a la playa y observa las diferentes vestimenta­s en los trajes de baño. Quino juega con la ambivalenc­ia de la palabra “género”. En guaraní, esa pluralidad de significad­os no está en la misma palabra. Pereira debió preservar el sentido con otra construcci­ón y, en muchos casos, incorporar a esta edición voces o frases populares en el guaraní, para no perder la frescura de la escena. Todo un desafío.

Mafalda guaranime fue posible gracias al Programa Sur de la Cancillerí­a Argentina, que promueve la traducción de obras argentinas en el exterior, y que contó con el trabajo de la Embajada de Argentina en Asunción. La primera edición del tomo uno (1.000 ejemplares) ya se agotó en Paraguay. Y salió la segunda. ■

Terminé estudiando no sólo la obra de Quino sino también leyendo sobre los Beatles, sobre economía y filosofía”.

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 ??  ?? Nueva traduccion. Mafalda ya se puede leer en 27 lenguas. La lingüista María Gloria Pereira fue la encargada de traducirla al guaraní.
Nueva traduccion. Mafalda ya se puede leer en 27 lenguas. La lingüista María Gloria Pereira fue la encargada de traducirla al guaraní.
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