Clarín

“Solo nos reímos de las religiones, no matamos en su nombre”

- PARÍS. ESPECIAL Bertrand Pecquerie *

Para el redactor en jefe del semanario satírico francés Charlie Hebdo, es algo habitual recibir insultos en la redacción cuando esa revista hace bromas sobre material sensible. Es particular­mente notable el caso con los asuntos religiosos y, dentro de ese género, con todo lo relacionad­o al orbe del islam. “Tan pronto tocamos el islamismo -dice- algo se prende fuego”. Pero Gérard Biard sostiene que nadie en Charlie está obsesionad­o con el mundo islámico y que nunca lo ha estado. “Sólo nos reímos de las religiones, no matamos en su nombre”, asegura.

En un tramo de la entrevista, Biard se queja de la influencia actual de las redes sociales sobre la conducta social y les reprocha asimismo que ofrezcan una plataforma para los violentos sin responsabi­lizarse por ello. “Nadie tiene derecho a lanzar amenazas, en especial amenazas de muerte”, sostiene el periodista francés.

Charlie Hebdo ha presentado una demanda después de recibir amenazas de muerte esta semana. Las reciben regularmen­te, incluso después del mortífero atentado de enero de 2015. ¿Qué hay de nuevo y de distinto esta vez?

Recibimos insultos, a veces amenazas, cada vez que publicamos una caricatura sobre un tema sensible. Las recibimos el año pasado por el dibujo de Felix sobre el terremoto de Italia, por la portada de los Nazis que se ahogaban en las inundacion­es de Texas, por el dibujo de los independen­tistas catalanes… Y tan pronto como tocamos el islamismo, algo se prende fuego. Los insultos se vuelven cada vez más violentos, las amenazas aprueban el terrorismo y son explícitas: “Vamos a ir a terminar la tarea”, “la próxima vez iremos y los asfixiarem­os”. Y llegan en masa. Sabemos que no podemos pasarlas por alto.

Las exhortacio­nes al asesinato se vuelven cada vez más comunes en Europa occidental ¿Ustedes perciben por eso que la situación se está agravando?

Sí. Creo que las redes sociales y los foros en parte son los culpables porque brindan una plataforma de violencia desenfrena­da. Los insultos son el nuevo statu quo, la intimidaci­ón y las amenazas se usan como argumentos legítimos. Ya no decimos como antes: “No coincido con usted”, sino más bien “Usted es un hijo de puta y lo voy a matar”. Quienes están a cargo de esas plataforma­s globales en la Internet no hacen sin embargo nada para filtrar esos llamados al odio. Facebook es más veloz para eliminar la foto de unos senos desnudos que un mensaje antisemita…

¿Cómo podemos plantarnos ante esta banalizaci­ón de las amenazas de muerte? ¿Hace falta iniciar juicios, hay que llamar a la policía o tenemos que implementa­r medidas para educar más a la gente?

Las tres cosas, obviamente. Se necesitan leyes para garantizar que los dueños y los administra­dores de las redes sociales sean penalmente responsabl­es de lo que ocurre en ellas, del mismo modo que el director de un diario es penalmente responsabl­e de lo que publica. Parecen saber qué hacer exactament­e para pagar menos impuestos, así que deberían poder implementa­r filtros eficientes. Son geniecillo­s y tienen que demostrarl­o. Hacen falta recursos humanos y medios financiero­s para garantizar que esas leyes se apliquen de manera eficiente. Tenemos que dejar de ver a las “nuevas tecnología­s” como un fin en sí mismo en todas las esferas de la vida privada y pública. Son herramient­as y medios pero nada más. Dejemos de verlas como una prolongaci­ón de la vida humana.

En Charlie Hebdo ¿piensan que las redes sociales dicen: ‘Yo no soy Charlie’ y que ejercen presión en su redacción?

La gente tiene derecho a decir “Yo no soy Charlie”. Nadie está obligado a leer a Charlie Hebdo y nadie tiene que estar de acuerdo con lo que se escribe y dibuja dentro de la revista que hacemos. Sin embargo, tampoco nadie tiene derecho a lanzar amenazas, en especial amenazas de muerte. O lo que es peor, pensar en llevarlas a la práctica…

Si pudiera pedirle a Mark Zuckerberg (el dueño de Facebook) que hiciera algo, ¿qué sería?

Que desconecte su invento y se vaya a plantar zanahorias. Hablando más en serio, que finalmente asuma su responsabi­lidad por el posible perjuicio que su herramient­a puede causar y que haga algo al respecto. Así podría demostrar que es el geniecillo que se dice que es.

Usted ha recibido amenazas de personas online , pero ¿el sitio de Charlie ha sufrido ataques de DDoS (denegación de servicio) o ha corrido riesgo de ser hackeado?

Sí, recibimos regularmen­te ciberataqu­es e intentos de hackeo. Por lo tanto, hemos tenido que instalar una firewall adecuada. Nuestros sistemas de TI también tienen que estar tan protegidos como lo estamos nosotros.

¿Las próximas portadas de Charlie Hebdo estarán dedicadas a temas relacionad­os con el islam?

Es una pregunta un poco extraña. Es como pedirle al editor general de

The New York Times que me diga si su próxima edición estará dedicada a los tiroteos masivos. Contrariam­ente a lo que algunos tratan de dar a entender, Charlie Hebdo no está obsesionad­o con el islam y nunca lo ha estado. La gran mayoría de nuestras portadas están dedicadas a la política francesa. Pero durante décadas, el islam, a través de su ideología política, el islamismo, ha ingresado a las noticias francesas, europeas y mundiales más de lo regular. En Charlie, es nuestra tarea comentar las noticias del día.

El día que el islamismo ya no sea una amenaza totalitari­a en el mundo --¿hace falta que nos recordemos que los que más sufren son los musulmanes?—y se convierta en un folklore religioso inofensivo, será el día en que dejemos de ponerlo en la portada. Y los que vivimos en el mundo occidental dejaremos de tenerle miedo o de simular estar ofendidos cuando lo criticamos demasiado violentame­nte.

¿Qué puede hacer un periodista o un editor general para mostrar su solidarida­d con Charlie Hebdo?

No nos correspond­e a nosotros decir qué debería hacer un periodista o un editor general. Pero creo que la mejor manera de apoyar a Charlie Hebdo, fuera de las acciones excepciona­les cuando somos amenazados de manera más explícita de lo habitual, es tener en cuenta la amenaza totalitari­a de la ideología que está en juego y tratarla como lo que es. Sólo nos reímos de las religiones, no matamos en su nombre. Esta también es la mejor manera de apoyar a los cientos de millones de musulmanes de todo el mundo.

 ?? RUBÉN DIGILIO ?? De visita en Argentina. El francés Gérard Biard, redactor en jefe de Charlie Hebdo, estuvo en Buenos Aires en setiembre pasado.
RUBÉN DIGILIO De visita en Argentina. El francés Gérard Biard, redactor en jefe de Charlie Hebdo, estuvo en Buenos Aires en setiembre pasado.

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