Clarín

Por la suba de un impuesto, Coca Cola amenaza con frenar sus inversione­s

Fuerte reacción de la compañía de EE.UU. contra las reformas del Gobierno

- Martín Bidegaray mbidegaray@clarin.com

Como Macri dio marcha atrás con los aumentos de impuestos internos a la cerveza, la multinacio­nal de las gaseosas advirtió que frenará sus nuevos ne- gocios por US$ 1.000 millones en la Argentina si no recibe un beneficio similar. También anunció que dejaría de comprar los jugos de frutas nacionales que les venden el NOA, el NEA y el Alto Valle patagónico. El Gobierno se reunirá con sus ejecutivos pero, por ahora, mantendría su postura.

Como la mayoría de las multinacio­nales, las empresas suelen ser prudentes en sus declaracio­nes públicas. No esta vez. Para resistirse a una suba en los impuestos internos, Coca-Cola lanzó ayer una advertenci­a pública poco usual: detendrá un plan de inversione­s por US$ 1.000 millones y evalúa dejar de comprar jugos de fru- tas que adquiere en el país y despacha al resto del mundo.

La compañía reaccionó de esta manera a una modificaci­ón incluida en la reforma tributaria. Allí, se le duplican los impuestos internos para las bebidas azucaradas -como la emblemátic­a Coca-Cola- de un 8% a 16%. En el anuncio original, también subían los impuestos a vinos, espumantes y cervezas. Sin embargo, todos esos sectores lograron -durante esta sema- na- torcer la intención inicial del ministerio de Hacienda y continuará­n sin nuevos tributos. Pero las gaseosas con azúcar (o con jugo que tiene ese dulce) siguen siendo “castigados”, según el criterio de la empresa.

Coca dijo ayer que frenará una inversión en ejecución de US$ 1.000 millones y dejará de comprar jugos regionales por US$ 250 millones. La génesis de esta decisión parece remitirse a algo que pasó durante los últimos días, relacionad­o con el presidente Mauricio Macri.

En su paso por Nueva York, el presidente mantuvo dos encuentros con ejecutivos de la misma industria -bebidas- que tenían preguntas puntuales sobre futuros impuestos: Carlos Brito, uno de los propietari­os de la cervecería Quilmes, y Alfredo Rivera, encargado de Coca-Cola para América Latina. Ambos manifestar­on su preocupaci­ón por las medidas anunciadas. La cerveza, que pagaba un impuesto interno del 8%, pasaría a tributar un 16%. Las gaseosas con azúcar -o con jugo que tenga alto contenido dulce- también sufrirían ese mismo destino: de un impuesto interno de 8% se irían a 16%. En cambio, las no azucaradas pasarían de un 4% de impuestos internos a 0%.

A dos días de la reunión de Macri con Brito , el ministerio de Haciendo desistió de modificar los impuestos internos a las cervezas. Y la sensación que quedó en Coca-Cola es que AB InBev logró su cometido y la empresa de gaseosas, no. Desde la casa matriz, partió la orden de un pataleo público.

En septiembre, Coca-Cola prometió un plan de inversione­s por US$ 1.000 millones durante cuatro años. La mitad era para comprar frutas, jugos, azúcar y maíz en 14 provincias, según dijeron. Los otros US$ 500 millones irían a nuevas líneas de producción, una planta de embotellam­iento en Corrientes y la renovación de equipos de frío. Muhtar Kent -titular global de la compañía- le había prometido ese desembolso a Macri al poco tiempo de arrancar su mandato, en enero de 2016.

La firma dice que paga US$ 250 millones en jugos concentrad­os; US$ 131 millones en jarabe de maíz y US$ 115 millones en azúcar. Así, compra 37.000 toneladas de jugos concentrad­os de naranja, pomelo, limón, peras, manzanas, durazno y uva. “El que toma Coca-Cola Light en China está saboreando un poco del jugo de limón argentino”, graficó Dino Troni -gerente general de la región Latin South de Coca Cola- hace tres semanas.

En la empresa deslizan que susti-

Para Coca Cola, fue determinan­te que se diera marcha atrás con el impuesto a la cerveza.

tuir jugo local por el obtenido en otros países es simple, pero perjudicar­ía las economías regionales locales. Todas las versiones de gaseosas (Fanta. Sprite) que no son “cero” pasarían a estar gravadas. Las bebidas “light” vienen en aumento, pero no llegan aún a un 30% del consumo de esa categoría. Además, un competidor nacional de Coca-Cola no utiliza azúcar, y evitaría pagar internos.

“La necesidad es poner el foco en la recaudació­n de la evasión impositiva que supera el 30% en la industria y que significar­ía una cifra mayor a la que se planea recaudar con este incremento impositivo al sector formal de bebidas sin alcohol”, manifestó la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin alcohol, en lo que parece una alusión a Manaos. ■

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Pelea por plata. Las bebidas azucaradas deberan tributar una alícuota mayor de impuestos internos.Las empresas afectadas, como Coca Cola, dan pelea.

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