Xi Jinping volvió a cruzar a Trump en defensa del comercio libre y la globalización
El magnate repudió en Vietnam la multilateralidad. Pero su colega chino llamó a una mayor apertura. En Beijing levantan los límites para invertir en el mercado financiero y comercial.
Nuevamente el mundo con un espejo distorsionado se reprodujo en los mensajes de Donald Trump y Xi Jinping, los hombres más poderosos del mundo que parecen estar en el juego de ocupar el papel del otro. En Vietnam, durante un foro empresario previo a la inauguración de la cumbre de la APEC, el magnate norteamericano cargó con enojo contra la Organización de Comercio Mundial, repudió la multilateralidad en favor de las negociaciones binacionales y en el mismo hoyo puso a la globalización. Su colega chino, que acaba de anunciar la eliminación gradual pero total de las restricciones para invertir en el mercado financiero, de seguros y comercial chino, tomó la palabra y fue en la dirección contraria. Hizo un intenso llamado a la cooperación multilateral. “La globalización contribuyó significativamente al crecimiento mundial. Es más se convirtió en un cambio histórico irreversible”, aseveró.
Trump denunció que su país fue víctima por seguir normas que otros países incumplieron en alusión velada a China. El presidente norteamericano denunció el “robo masivo” de propiedad intelectual, el subsidio a empresas estatales que perjudican a firmas privadas estadounidenses. “Siempre pondré a (Norte) América primero. Nunca volveremos a entrar en tratados que nos atan de manos”, remarcó.
Trump que acaba de cumplir un año en la Casa Blanca, entre sus primera medidas dispuso retirase del Acuerdo Transpacíico de Cooperación Económica que había puesto en marcha su antecesor Barack Obama y que le daba un peso significativo a Washington en las negociaciones comerciales en el Asia Pacífico. Para el magnate ese convenio fue una mala idea. Pero con su actitud pavimentó el crecimiento de China. El coloso asiático, que no estaba incluida en el acuerdo, formó su propio pacto de libre comercio que es el único que opera actualmente en la región y asoció a potencias occidentales significativas como Gran Bretaña y Alemania.
Ayer en la ciudad costera de Da Nang, mientras el auditorio aun retenía las palabras de Trump, Xi Jinping defendió el criterio aperturista de la modernidad al preguntarse “¿Debemos encauzar la globalización económica, o debemos titubear y quedarnos parados frente a los desafíos? ¿Debemos avanzar conjuntamente a la cooperación regional o vamos cada uno por nuestro lado?”. El líder chino no espero las respuesta y concluyó: “la apertura comercial trae consigo el progreso, mientras que la auto- exclusión nos deja atrás”.
Los dos líderes se encontraron en Vietnam luego de una cumbre que sostuvieron en Beijing y durante la cual el norteamericano retrocedió de sus amenazas de castigar con aranceles al gigante chino, para sostener que no puede culpar a un país por ganar a EE.UU. en la carrera comercial. Ayer el comportamiento fue diferente. Un punto que irrita especialmente al jefe de gobierno norteamericano es el gigantesco déficit estadounidense de la balanza comercial binacional cifrado en más de 300 mil millones de dólares. Pero el tamaño de ese rojo no se explica en una cuestión de eficiencia. Gran cantidad de empresas norteamericanas están radicadas en China y son las que le venden a EE.UU insumos industriales entre otros rubros.
En el reciente 19 Congreso del Partido Comunista chino en el cual Xi Jinping fue ratificado para otro mandato de un quinquenio, sostuvo en un extenso mensaje que la apertura de China se profundizará y volvió a defender al libre comercio y denunciar los riesgos del proteccionismo en alusión a EE.UU.
Trump pareció observar ese giro al sostener ayer que “esperamos que los mercados se abran en la misma proporción en ambas partes (por China y Vietnam) y que la inversión privada, o los planificadores gubernamentales, dirija la inversión”.
No hubo aplausos para el magnate salvo alguna formalidad de parte de los representes de los 21 países presentes que representan el 60 por cien-
Nunca volveremos a entrar en tratados que nos atan de manos. Siempre pondré a Norteamérica primero”. (Trump)
La globalización contribuyó significativamente al crecimiento mundial. Es un cambio irreversible”. (Xi)
La apertura comercial trae consigo el progreso, mientras que la autoexclusión nos deja atrás”. (Xi)
to del Producto Bruto Mundial. Uno de los cimientos de la APEC , el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, es precisamente el intercambio comercial sin barreras.
En cambio, la posición adoptada por China, de la que ya había dado cuenta un año atrás en la cumbre de Davos, sigue generando apoyos y sorpresas. Después de la visita de Trump, Beijing anunció que permitirá un mayor acceso de empresas extranjeras a su mercado financiero, que históricamente ha estado blindado. La movida forma parte de una agenda negociada con el Banco Mundial para abrir zoanas estratégicas al capital privado para incrementar el consumo interno y el tamaño de la clase media cifrada hoy en 300 millones de habitantes.
El viceministro chino de Finanzas, Zhu Guangyao, explicó que las restricciones van a ser suavizadas o levantadas. Las empresas extranjeras podrán asumir una participación de 51% en las sociedades comerciales basadas en China. En tres años, este límite será eliminado totalmente.
China también retirará los obstáculos a la participación en bancos y sociedades de inversiones, que establecen un límite de 20% para participaciones individuales y de 25% para participaciones conjuntas. Asimismo, las empresas extranjeras podrán asumir en tres años una participación del 51% en joint ventures en el sector de los seguros, según el anuncio del funcionario. También este límite se levantará totalmente en cinco años, aseguró el ministro.