Un apretón de manos formal y distante, pero nada de diálogo
Distancia. Trump se encontró con Putin en Vietnam pero evitó un encuentro privado. Moscú reaccionó con enojo.
Los presidentes de EE.UU. y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, intercambiaron ayer un breve saludo antes de la cena inaugural de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebra aquí.
El encuentro más esperado de la extensa misión asiática de Trump era la reunión con Putin al margen del encuentro pero la Casa Blanca prefirió guardar las formas para no aumentar las sospechas en torno al RusiaGate. Además Trump viene de una muy dura derrota electoral y su imagen se desploma constantemente.
Los objetivos del fallido encuentro eran favorecer el deshielo tras las tensiones de los últimos meses e intentar cambiar el rumbo de las crisis siria y norcoreana. Sin embargo, todo se redujo a un apretón de manos y a una palmada del mandatario estadounidense sobre el hombro de su par ruso. Fue durante la foto “familiar” con todos los líderes de la cumbre, con Donald y Vladimir sonrientes, tal vez incluso por la curiosa camisa azul eléctrico de tradición vietnamita que se vieron “obligados” a usar como parte el protocolo.
No hubo indicios de un encuentro formal entre ambos, a pesar de las largas semanas de preparación en las sombras, tanto en Washington como en Moscú.El Kremlin daba por descontado que Trump y Putin se volverían a sentar juntos por segunda vez, tras la reunión bilateral de julio pasado en ocasión del G20, en Hamburgo. Sin embargo, a último momento, la Casa Blanca desistió, lo que provocó irritación en los rusos
“Escuchamos que el presidente Trump quería encontrarse con el presidente Putin, fue un deseo expresado por Trump. Qué dicen después sus burócratas no lo sé, pregúntenle a ellos”, fue el seco comentario ante la prensa del ministro del Exterior ruso, Sergei Lavrov.
En los últimos días, Lavrov estuvo en permanente y frenético contacto con su colega Rex Tillerson y con el embajador estadounidense en Moscú, John Huntsman. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee, explicó que finalmente surgieron divergencias entre las partes sobre la agenda del coloquio. Por cierto, algo no fácil de consensuar teniendo en cuenta los distintos terrenos de fricción: las investigaciones estadounidenses sobre las interferencias rusas en la campaña electoral que llevó a Trump al poder; las nuevas sanciones estadounidenses contra Moscú que entrarán en vigor en febrero y la “guerra de los diplomáticos” (o de los espías) que corre el riesgo de terminar fuera de control.
Putin se habría irritado por la decisión de EE.UU. de hacer registrar a la cadena de televisión rusa RT como “agente extranjero”. A punto tal, que el Kremlin haría lo propio con CNN, Facebook y Twitter. Pero el problema principal en la relación, como queda dicho, es el Rusiagate. ■