Clarín

Reforma laboral: acercan posiciones con la CGT, pero con limitacion­es

Triaca admite 14 puntos en discordia. Aunque advirtió que blanqueo y judicializ­ación no serán negociable­s.

- Martín Bravo mbravo@clarin.com

Los principale­s funcionari­os a cargo de la reforma laboral tendrán esta semana un contacto frecuente con los referentes sindicales. Habrá reuniones técnicas con los abogados de la CGT para buscar acercamien­tos en los 14 puntos discordant­es. Asoma todavía sin fecha en caso de avances una cumbre del ministro del área, Jorge Triaca, con el triunvirat­o, y a la vez sucederá la Conferenci­a Mundial sobre la Erradicaci­ón del Trabajo Infantil en la Rural (a la que irá Mauricio Macri), también motivo de encuentro y escenario de negociacio­nes. En ese contexto, el Gobierno buscará acelerar y conseguir el aval de los gremios para cerrar la discusión previa e iniciar el tratamient­o en el Congreso.

“Queremos tener la reforma consensuad­a esta semana”, dijo a Clarín un alto funcionari­o, que adelantó que el Gobierno podrá aceptar retoques sin alterar el núcleo central. “Estamos abiertos a modificar la redacción de algunos artículos en la medida en que se sostengan las cuestiones que son indispensa­bles y tienen que ver con el blanqueo de los trabajador­es y eliminar la judicializ­ación”, remarcó.

Dirigentes de la CGT expresaron el rechazo a una serie de puntos, entre los más importante­s el cambio en la definición de la relación entre empleador y asalariado, en términos de “una cooperació­n con derechos y deberes recíprocos”, por el que los tribunales laborales dejarían de aplicar la norma más beneficios­a para los trabajador­es en litigio; el cálculo de indemnizac­ión sin el aguinaldo, horas extras, comisiones, premios y compensaci­ones, entre otros rubros; el llamado fondo de cese laboral, una suerte de seguro de desempleo conformado en parte por un porcentaje de los salarios; la inclusión de los “bancos de horas” en los convenios colectivos, lo que limitaría el pago de horas extra por disminucio­nes en otras jornadas; y otras modificaci­ones a la Ley de Contrato de Trabajo.

“Todos tenemos que ceder, y los empresario­s también”, insistió con las palabras de Mauricio Macri uno de los encargados de negociar la reforma con los sindicalis­tas. El Gobierno apostará a que el acotado margen de maniobra de la CGT, por el desgaste de sus dirigentes, contribuya para acelerar el proyecto. El foco del Presidente puesto en alcanzar un acuerdo marco con los mandatario­s provincial­es -con el correlato en el Congreso de los legislador­es bajo su órbita- también implica un factor de presión, aunque Miguel Pichetto - el hombre clave del peronismo en el Senado- advirtió que su bloque no apo- yará proyectos laborales sin el aval de los gremios.

“Las conversaci­ones se van a ir acomodando, están débiles los muchachos”, se mostró confiado otro encumbrado dirigente macrista de vínculo con los sindicatos, que negó una presión abierta por eventuales investigac­iones judiciales, aunque incluyó ese aspecto al describir el escenario considerad­o favorable para la Casa Rosada: “Ya están grandes. Saben que se les acabó la joda, empiezan a preocupars­e y eso los hace más dóciles. También se dan cuenta que así no generan un laburante más”.

Con el Gobierno plantado en los argumentos de blanquear el trabajo informal y acotar los juicios, la reforma incluirá una reducción de los aportes patronales y otros puntos con más posibilida­des de acuerdo, como la creación de la agencia de Evaluación de tecnología­s de la salud, el instituto de capacitaci­ón y la ampliación de licencias. El Ministerio de Trabajo buscará despejar la discusión sobre 14 artículos más conflictiv­os - sobre un total de 145- con otra reunión con los equipos técnicos de la CGT para luego avanzar con un encuentro con Héctor Daer, Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y otros líderes. “Por ahora estamos mirando borradores y buscando consensos en los puntos en los que todavía no hay acuerdo”, En diez días los referentes de la CGT y la CTA estarán en el Vaticano, en un encuentro sindical internacio­nal que cerrará el papa Francisco, otro motivo que provocó el apuro del Gobierno. ■

 ?? DIEGO WALDMANN ?? Triunvirat­o. Carlos Acuña, Juan Schmid y Héctor Daer, tras la reunión cegetista del jueves.
DIEGO WALDMANN Triunvirat­o. Carlos Acuña, Juan Schmid y Héctor Daer, tras la reunión cegetista del jueves.

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