Clarín

Cumplieron 60 años de egresados y celebraron juntos que su amistad se mantiene intacta

Un grupo de ex alumnos del Nacional de Mendoza revivieron viejos tiempos reunidos en el colegio que los vio crecer. “Entre nosotros todo sigue igual, los amigos no se pierden”, destacan.

- Roxana Badaloni mendoza@clarin.com

Como si fuera un juego de chicos, subieron a las apuradas la empinada escalera del colegio. Entre carcajadas y empujones, vestidos de traje y soportando casi 30 grados de una primavera sofocante, ocuparon un lugar para la histórica foto: la celebració­n de 60 años de egresados y 65 de amistad, en el Nacional Agustín Álvarez de Mendoza. “No me dejen afuera. Se me pasó el tranvía”, bromeó Willy, al justificar su tardanza. Parece imposible hacerlos callar y mirar al frente para la cámara. Conmueve ver a la promoción 1957, sumergida en medio de un recreo donde el tiempo se detuvo. Un recreo como los de hace más de seis décadas.

Son una promoción muy unida. Hombres, maridos, padres, abuelos y hasta bisabuelos, que hoy tienen entre 77 y 79 años. Crearon el grupo “Los Bachi”, por ser egresados de Bachiller, pero cuando quisieron reunirse hace más de 40 años, no había Facebook ni Whatsapp. Uno de ellos fue al colegio ubicado en pleno centro y pidió el listado de todos los egresados. A través de los contactos y los comentario­s boca en boca, fueron reconstruy­endo lazos. “Desde entonces nos juntamos todos los años, siempre en noviembre”; cuenta Francisco “Paco” Jiménez Herrero, abogado, encargado de redactar y leer en medio del salón de actos una carta que rememora los años de amistad transcurri­dos.

“Este colegio fue el símbolo de nuestra transición de la adolescen- cia a la adultez, entramos con pantalones cortos y salimos, con largos”, dijo Paco. Luego, la época no daba cabida para un año sabático ni para quedarse de pensionado­s en casa de los padres. “El que zafaba del servicio militar podía empezar una carrera universita­ria, trabajar, casarse y luego construir un hogar”, describió. Transcurri­dos 20 años, la necesidad de reencontra­rse fue recíproca.

Entre los organizado­res del encuentro estaban Rodolfo Pelliza, René Gotthelf, Héctor Molina, Fernando Grinberg, Ángel Berra, Alberto Amabrovich y Paco, quienes hoy integran el comité ejecutivo. Son la “mesa chica” de la promoción que cada mes, entre asados y partidos de truco, define detalles de la reunión anual.

“Juntamos 36 compañeros, pero la promoción completa era de 123 alumnos. Un 30% ya partieron de este mundo y otros nunca quisieron sumarse”, según explica el comité.

Los egresados destacan que el colegio los “nutrió” de una cultura “que hoy no se adquiere”. A coro afirman: “La amistad de la secundaria no se pierde nunca más”. Caminan abrazados por los mismos pasillos, hoy restaurado­s, donde antes se “hacían la rabona” o escapaban hacia los sótanos para poder fumar. Rody, del comité, asegura que la esencia es la misma: “Entre nosotros, todo sigue igual”. Más reflexivo, el psiquiatra Grinberg acota: “Con el tiempo, aprendimos a reímos de nosotros mismos y de nuestras dificultad­es”. Y aclara que, para evitar conflictos, entre ellos “no se habla de política”.

El colegio Nacional Agustín Álvarez tiene 153 años. Fue creado por un decreto de Bartolomé Mitre en 1864 y estuvo en distintos edificios de la

capital mendocina hasta que en 1910 se instaló en calle Chile, frente a la plaza Independen­cia.

La formación integral de este colegio público en las décadas de 1950 y 1960 permitió a la mayoría de sus egresados recibirse luego de médicos, abogados, ingenieros y administra­dores, o desarrolla­r sus empresas. De allí salieron figuras como el ex fiscal de Estado de Mendoza, Pedro Sin; Eduardo Bauzá, ex jefe de gabinete de Carlos Menem; y el ex director de YPF Enrique Perlbach.

Esta institució­n tuvo alumnos internados y turnos separados: por la mañana, el Liceo de Señoritas; y por la tarde, los varones. “Cuando salían las chicas, montábamos una guardia para verlas y piropearla­s. Otros compañeros se intercambi­aban mensajes en los pupitres, aunque no sabías qué chica lo recibiría”, bromean.

Emilia Jiménez, hija de Paco, es la fotógrafa del grupo. No puede evitar lagrimear cuando mira a los amigos entrañable­s, fundamenta­les para su familia en los momentos difíciles, como fue la pérdida de su mamá. “Vinieron a abrazarnos y a decirnos que Paco, mi papá, no se quedaba solo, que la promoción ‘57 estaba para sostenerlo”, cuenta emocionada. Y define al grupo como “una amistad profunda y sincera, una lección de vida para todos los que los rodeamos”.

Este sábado al mediodía, algunos ayudados con bastón, otros luciendo sus cabezas calvas y canosas,

vuelven a ocupar un banco. Sienten al colegio como propio y celebran con un aplauso cuando desde el frente Paco concluye: “La educación y el compañeris­mo que vivimos en este colegio es inestimabl­e”.

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D. RODRIGUEZ Inseparabl­es. Al festejo, realizado el sábado, llegaron 36 miembros de la promoción graduada en 1957. “Los Bachi” tienen hoy entre 77 y 79 años, y algunos ya son bisabuelos.
 ??  ?? Época de clases. Los ex alumnos mendocinos, en una vieja foto grupal.
Época de clases. Los ex alumnos mendocinos, en una vieja foto grupal.

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