Mugabe negocia una salida con los jefes del alzamiento militar en Zimbabwe
El mandatario, que ocupó el poder por 37 años, tuvo reuniones con el líder de las Fuerzas Armadas.
El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, está negociando su salida del poder tras el levantamiento militar del miércoles, y en medio de una demanda generalizada de la sociedad civil que reclama su renuncia y la instalación de un gobierno de transición.
El mandatario mantuvo reuniones con el jefe de las Fuerzas Armadas, Constantine Chiwenga, y otros representantes militares para buscar una solución a la turbulencia política y el fin de un régimen de 37 años. Participan como mediadores dos enviados del gobierno sudafricano y un sacerdote católico.
Imágenes publicadas por el diario estatal Zimbabwe Herald muestran sonriente a Mugabe, que se encuentra bajo arresto domiciliario, saludando al jefe del golpe militar. No aparece la primera dama, Grace Mugabe, la figura central del conflicto. Las autoridades aseguran que está también con detención domiciliaria, pero otras fuentes señalan que huyó del país. Las Fuerzas Armadas de Zimbabwe salieron a la calle días después de la destitución del vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, de 75 años, militante histórico del combate por la independencia, respetado en todo el país.
Mnangagwa era quien iba a suceder a Mugabe, pero la primera dama se interpuso con un grupo de políticos fieles que cambiaron los acuerdos. Grace Mugabe pretendía quedarse ella con el poder, entablando una fuerte pelea con otros sectores del gobierno.
Los militares afirman que no se trata de un golpe de Estado. “No se trata de una toma del gobierno por militares. Nuestro objetivo son criminales del entorno” del presidente, declaró el general Sibusiso Moyo, vocero de los golpistas. Si bien no nombró a los “criminales”, aludía al grupo de dirigentes del partido en el poder, ZanuPF, que responden a Grace.
La caída de Mugabe permitió que varios opositores expulsados en las distintas purgas comenzaran a volver. La sociedad civil, en tanto, le exige a Mugabe su renuncia y le reclaman al Ejército que lleve adelante una transición ordenada para celebrar elecciones justas y libres. “En el interés del pueblo, Mugabe debe dimitir”, dijo el líder opositor y ex primer ministro, Morgan Tsvangirai.
La ex vicepresidenta del país, Joice Mujuru, que fue destituida en 2014 por orden de Grace, pidió “elecciones libres, justas y creíbles” tras un acuerdo de transición alcanzado entre varias comunidades. Dijo que la paz solo puede conseguirse “a través de la máxima moderación”. En forma conjunta, más de 100 agrupaciones civiles le reclamaron al jefe de Estado -el más anciano del mundo con 93 añosque abandone el cargo de forma pacífica. También se le pidió al Ejército que restaurara el orden con rapidez y respetara la Constitución.
Según los analistas, los militares están determinados a salir rápidamente de la crisis. “Quieren que Mugabe firme su dimisión lo más rápido posible”, comentó Knox Chitiyo, del centro de reflexión británico Chatham House. “A continuación quieren un presidente de transición, que probablemente sería Mnangagwa”, aclaró.
El Ejército seguía desplegado en las calles de la capital, Harare, pero en un clima de calma. Los habitantes continuaron con sus trabajos de forma habitual. En todo el país, los zimbabuenses disfrutaban de libertades que no habían tenido en años.
Los soldados en los escasos controles de seguridad en el acceso al centro de Harare recibían a los conductores con una sonrisa, registraban los autos sin hostilidad y deseaban buen viaje. Los vendedores callejeros, que sufrían redadas policiales después de que Mugabe ordenara su retirada, trabajaban sin impedimentos. Los sindicatos instaron a los trabajadores a continuar con su rutina.
El Reino Unido, la ONU o la Unión Europea pidieron cautela a las partes y que se resuelva la situación a través del diálogo. El presidente sudafricano Jacob Zuma, de fuerte vínculo con Mugabe, dijo ante el Parlamento que la situación política en Zimbabwe “se aclarará en breve”. ■