La amenaza de una alta abstención juvenil acecha las elecciones chilenas
La tasa general superaría el 50%, según vaticinan los sondeos. Una nueva ley eliminó el voto obligatorio.
Con bandas musicales y discursos encendidos, los principales candidatos a las elecciones presidenciales en Chile cerraron anoche sus campañas, luego de varias semanas de fuego cruzado y declaraciones por momentos agresivas. Pero aunque anoche hubo euforia en los actos del ex presidente Sebastián Piñera -el favorito en los sondeos-, del candidato oficialista Alejandro Guillier, en dos parques de Santiago, y de la líder del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, en Concepción, lo cierto es que cierta apatía sobrevuela los comicios de este domingo, en los que se elegirá al sucesor de Michelle Bachelet y se renovará parcialmente el Parlamento.
Con una nueva ley electoral que eliminó la obligatoriedad del voto, los principales encuestadores y analistas políticos prevén más de un 50% de abstención, especialmente entre los jóvenes. Por las calles de Santiago no se ven carteles de propaganda política. Tampoco hay banderas ni pintadas en las paredes. En la entrada de la estación de Metro de Baquedano, en la Alameda, a pocas cuadras del Palacio presidencial de La Moneda, un joven reparte folletos que invitan a votar a Beatriz Sánchez. Pero es casi una excepción. Las elecciones no parecen estar en el centro de las preocupaciones del enjambre de personas que suben y bajan las escaleras del Metro o que corren para cruzar la calle o subirse a un colectivo, bajo un sol abrasador.
“Supongo que sí iré a votar, pero no sé a quién. Debo informarme un poco más”, dice a esta enviada Nicolás Páez, de 19 años, mientras come galletitas bajo la sombra de un árbol frente a la empresa donde trabaja como empleado de mantenimiento, en el centro de Santiago.
No es el único indeciso. “No hay ningún candidato que me represente. Creo que decidiré en el momento de ir a votar. Pero seguro que no votaré a Piñera”, asegura Miguel Cañete, un ingeniero de 31 años que toma el Metro en la estación Leones, en el coqueto barrio de Providencia.
No parece haber muchas dudas sobre lo que ocurrirá el domingo. Los sondeos prevén un amplio triunfo de Piñera, el empresario de derecha que ya gobernó entre 2010 y 2014. Aunque lo más probable es que no llegue al 50% necesario para evitar el balotaje. La última encuesta del Centro de Estudios Públicos le otorga un 48% de intención de voto. Otros sondeos hablan de un 44%. “Lo más seguro es que sea necesaria una segunda vuelta”, explica a Clarín el coordinador del programa de Opinión Pública del CEP, Ricardo González.
En ese caso, el 17 de diciembre Piñera deberá enfrentarse seguramente con quien va segundo en intenciones de voto, el senador Guillier, que alcanzaría entre un 26 y un 28%.
Una de las razones de la amplia ventaja de Piñera es, sin dudas, la fragmentación de la izquierda y centroizquierda. Por primera vez la coalición oficialista Nueva Mayoría, heredera de la Concertación que permi- tió la estabilidad política en Chile tras la recuperación de la democracia en 1990, se presenta con dos candidatos. Carolina Goic, de la Democracia Cristiana, decidió ir por su cuenta, por fuera de la alianza que lleva como candidato a Guillier. Ahora aparece en quinto lugar en intenciones de voto, detrás de otro representante de la izquierda, Marco Enríquez Ominami. Pero un dato clave es el nivel de participación, que se prevé muy bajo. De los poco más de 14 millones de chilenos habilitados para votar, se espera que un 44% vaya a las urnas.
Desde que en 2012 se promulgó la ley de inscripción automática en los registros electorales y votación voluntaria, la abstención se agudizó en Chile. “En realidad, no es nuevo, es una tendencia histórica en este país. No tiene que ver necesariamente con que el voto no es obligatorio”, explica a Clarín Marcela Ríos, coordinadora de Gobernabilidad Democrática del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El problema de la abstención se concentra antes todo entre los jóvenes y los ciudadanos de menores recursos. “Son los que luego verán menos representada su voz en un futuro gobierno”, afirma Ríos. Y señala como causas un “déficit en formación ciudadana” y que además muchos chilenos ya no se sienten representados por los partidos políticos.
En el patio central de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, mientras un grupo de estudiantes juega a la pelota, Rayén Muñoz, de 21 años, afirma que ella sí va a ir a votar y que lo hará por Beatriz Sánchez. “No estoy muy convencida, pero creo que es lo que mejor representa los ideales que quiero para nuestro país, como la igualdad de género”, afirma. ■