Clarín

La desigualda­d aparece como el mayor desafío

Chile sufre una alta concentrac­ión del ingreso. El 1% retiene 33% de toda la riqueza del país.

- cbrunstein­clarin.com

La decoración navideña ya invade las tiendas y espacios comunes del gigantesco Shopping Costanera, en el coqueto barrio de Providenci­a, en Santiago de Chile. Poco después del mediodía, los pasillos y negocios están colmados. Adolescent­es que toman helados, grupos de amigos que almuerzan en el patio de comidas, familias que salen con los carritos llenos del supermerca­do de la planta baja. Hay turistas, sí. Entre ellos argentinos. Pero son casi todos chilenos los que compran ropa, calzado, juguetes o vinos finos.

El consumo es uno de los factores que impulsan los “brotes verdes” que comienzan a ver algunos analistas luego de cuatro años de modesto crecimient­o. Pero este clima de bonanza es para pocos. Una enorme desigualda­d aún define a Chile.

Gran parte de la riqueza nacional la concentra el 1% más rico, que captura 33% del ingreso, explica a Clarín el sociólogo Matías Cociña, investigad­or del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD). Así, una porción muy pequeña de la población tiene acceso a coberturas privadas de salud, de alto costo, o a una educación de calidad, mientras la mayoría sufre largas esperas en los hospitales o no logra iniciar o terminar sus estudios.

Marco Kremerman, economista de la Fundación Sol, coincide: “No hemos resuelto nuestros problemas de fondo. Chile es un país muy desigual. Más de la mitad de los trabajador­es cobra por debajo de los 350.000 pesos chilenos (US$ 545), cuando la línea de la pobreza, para un hogar promedio, es de 413.000 pesos (US$ 645)”. Con todo, afirma Cociña, la discusión sobre la desigualda­d no estuvo en el centro de la campaña para las elecciones de mañana. El énfasis fue en el crecimient­o, el empleo y el salario. Tal vez por eso, el ex presidente Sebastián Piñera, que ha prometido recuperar crecimient­o y empleo, lidera la intención de voto, aunque difícilmen­te eluda la segunda vuelta.

Chile registró en 2016 su expansión más baja en siete años (1,6%) debido en gran parte a factores externos, en particular la caída del precio del cobre, del que es el principal productor mundial. Según varios economista­s consultado­s por esta enviada, las políticas del gobierno de Michelle Bachelet, que apuntaron a una mayor equidad, como la reforma tributaria o la laboral, generaron cautela en el empresaria­do y redujo las inversione­s.

El aumento del precio internacio­nal del cobre en los últimos meses permite vaticinar una recuperaci­ón del crecimient­o. La Comisión Económica para América Latina, calcula un salto de 1,5% en 2017 y 2,8% en 2018, por debajo del promedio de 5% anual entre 1990 y 2014.

“Piñera ha logrado transmitir la idea de que va a reactivar la economía”, explica el economista Gonzalo Martner, profesor de la Universida­d de Santiago de Chile.“Bachelet gobernó con un ciclo muy malo por circunstan­cias externas y algunos errores de política macroeconó­mica”, señala. Por eso muchos aquí son reticentes a votar al oficialism­o, el senador Alejandro Guillier, quien se presenta como el garante de la continuida­d del modelo socialdemó­crata. “Es cierto que en los cuatro años en que gobernó Piñera se crearon más empleos. Pero lo que no se dice es que en gran parte era empleo tercerizad­o, muchas veces de baja calificaci­ón”, remarca Kremerman. Y apunta: “Se ha hecho muy poco en innovación y desarrollo en tecnología. Tenemos una matriz productiva que compromete­rá el crecimient­o en el futuro”. ■

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AFP En campaña. Sebastián Piñera en uno de sus últimos actos.

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