Una cicatriz, la clave para atrapar al ladrón que le robó el celular a Brenda en el tren
Lo reconocieron porque le falta un mechón de pelo a raíz de una operación. Ya había sido condenado por dos casos en la misma línea, en 2015, también con mujeres como víctimas.
La relación con el delito de Leonel Emil López, alias “Leo”, comenzó hace poco más de una década. El robo fue lo suyo durante este tiempo, pero en los últimos dos años se ‘aprovechó’ de que las formaciones del tren Belgrano Norte no tuvieran puertas automáticas y se dedicó a arrebatar celulares. Sus víctimas eran mujeres y los investigadores están convencidos de que asaltó a Brenda Bigiatti, la estudiante de Medicina que trastabilló, cayó sobre el andén de la estación de Don Torcuato y sufrió graves lesiones. Finalmente lo detuvieron.
A 20 días del ataque y en la misma semana en que Brenda (27) sorprende día a día con su evolución a los médicos del hospital El Cruce, de Florencio Varela, la investigación que dirigió el fiscal Cosme Iribarren logró dar con López (32) en la casa de su novia de Brughetti al 2400, del barrio Frino, en José C. Paz.
“Estoy con mi hija, que me necesita en todo momento. No me voy de acá hasta que se vaya conmigo. Si este hombre está detenido, mejor. Pero que la Justicia haga lo que tenga que hacer con él”, dijo Elizabeth Buitrón, mamá de Brenda, tras el arresto.
López está preso por “robo simple”, delito que prevé hasta seis años de prisión y es excarcelable, pero su pasado no lo ‘ayuda’: tuvo al menos cinco causas desde 2007 en la Justicia de San Martín y San Isidro por robo. Y, justamente, estuvo en prisión 7 meses y 24 días luego de que le unificaran la pena por dos casos de 2015 en los que fue condenado en un juicio abreviado por arrebatarle el teléfono a dos mujeres en formaciones de la línea Belgrano Norte, como en el caso de Brenda. También, como parte de la sentencia, debía cumplir 600 horas de servicio público.
Pero, ¿cómo dieron con López? Fue un trabajo de hormiga y en retrospectiva el que hicieron los investigadores desde el 3 de noviembre, a las 17.30, cuando se conoció el caso de Brenda y las crueles imágenes donde se la ve caer de la formación en movimiento al andén de la estación Don Torcuato cuando, aparentemente, iba detrás del hombre de campera azul que le había arrebatado el teléfono segundos antes.
Lo primero que hicieron los investigadores fue pedir las imágenes del recorrido Villa Rosa-Retiro que había hecho esa formación del Belgrano Norte de la que cayó Brenda. Así, según pudo saber Clarín, detectaron que el ladrón apareció en dos estaciones: en una cruzando las vías y en otra, subiendo al tren. Y entonces fueron hacia esos lugares y entrevistaron a vendedores ambulantes, guardas, comerciantes, banderilleros, policías y todo el que pudiera dar alguna información.
El dato de un sargento de la Federal que hace 20 años trabaja en las formaciones del Belgrano Sur fue clave: dio detalles de los ‘arrebatadores’ que suelen atacar en el tren y de un tal “Leo”, que vive en José C. Paz. Cuando los investigadores indagaron sobre ese sospechoso, descubrieron que tenía antecedentes por robar a pasajeras en la línea del ferrocarril donde fue atacada Brenda, más un detalle muy particular: una operación por un tumor cerebral le había dejado una cicatriz en la zona del parietal izquierdo del cráneo donde no le crecía el pelo.
Cuando vieron las imágenes del ladrón que le robó a la estudiante de Medicina notaron ese ‘detalle’ en la cabeza. Lo que reforzó eso fue la presentación espontánea de un testigo que dijo conocer de vista al delincuente del caso Brenda. “Contó que los viernes estaba siempre en la estación Los Polvorines. Cuando revisamos las imágenes, ahí estaba y le faltaba pelo en la misma zona”, remarcaron.
Fue entonces que, tras diversas tareas de inteligencia, atraparon a López en la casa de su novia. Allí se secuestraron varios celulares, aparentemente, robados, una campera azul, un jean y unas zapatillas similares a los que vestía el ladrón que le arrebató el celular a Brenda. ■