Clarín

Las razones de un fenómeno que no para de crecer

A los 32 años, el cantante estadounid­ense es una fábrica de hits y una máquina de batir récords. Una radiografí­a del artista que apunta a instalarse en el trono vacante del pop.

- Camila Valero

Con sólo tres discos de estudio editados y siete años de carrera profesiona­l, Bruno Mars, el hombre que mañana saldrá a escena ante un estadio Único platense con localidade­s agotadas, logró conquistar un mercado que va del pop al R&B, ganar los premios más importante­s de la industria y vender 150 millones de singles y más de 26 millones de álbumes.

Pero, ¿de dónde surgió esta máquina de hacer hits? El 8 de octubre de 1985, en el seno de una familia de músicos amateurs de Honolulu, la capital de Hawaii, nacía Peter Gene Hernández. Su padre era un percusioni­sta de Brooklyn, Nueva York, que decidió instalarse en la isla tras conocer a una bailarina de Hula (danza típica Hawaiana) que provenía de las Filipinas. De esa mezcla exótica nació una familia que se transformó en una banda que se dedicaba a realizar espectácu- los en los hoteles para los turistas.

Así, el pequeño Peter –apodado Bruno en honor al luchador profesiona­l Bruno Sammartino- creció sobre los escenarios realizando una actuación especial. Su fuerte era imitar a Elvis Presley. Tal fue su performanc­e, que debutó en cine con un cameo personific­ando al pequeño Elvis, en la película Honeymoon in Vegas (1992). Todo un hito para sus 7 años.

La influencia del “Rey del Rock & Roll” y su adoración por Michael Jackson, fueron formativas para el cantante que a sus 19 años, y tras un frustrado paso por Motown Records, se dedicó a componer temas para otros artistas. Nothin' on You, de B.o.B;

Billionair­e, de Travie McCoy; y Fuck You!, de Cee Lo Green, son algunos de los éxitos surgidos en la cantera Mars.

Pero su trabajo forjado entre bambalinas llegó a su fin cuando firmó con Atlantic Records para editar su primer álbum. Una combinació­n de R&B, pop, soft rock y reggae fusión, que encan-

tó a la audiencia y lo posicionó en el número 1 de los rankings con los singles Just The Way You Are, Grenade y The Lazy Song. Doo-Woops and Hooli

gans (2010) fue su ingreso al circuito que terminó de rendirse a sus pies con

Unorthodox Jukebox (2012). Luego, Mars se dedicó a disfrutar de su condición de pop star y a realizar grandes presentaci­ones como el entretiemp­o de dos Super Bowl, junto a Coldplay y Beyoncé; un homenaje a Prince en los Premios Grammy 2017; y a colaborar con Mark Ronson en el hit más vendido de los últimos años. Uptown Funk se mantuvo 14 semanas en el número uno de los rankings, ganó el Grammy a la Canción del año y lleva más de 2 mil millones de reproducci­ones en YouTube.

Durante estos últimos años, Mars también se dedicó a trabajar como parte del trío de compositor­es The Smeezingto­ns, junto a Philip Lawrence y Ari Levine, que escribió letras para Sugababes, Adele, Justin Bieber, Flo Rida y Cee Lo Green, entre otros.

La fusión de estilos es una caracterís­tica de su trabajo y confiesa no querer estancarse en un solo ritmo. “Escucho mucha música, y quiero tener la libertad y el lujo de entrar a un estudio y decir: 'Hoy quiero hacer un álbum

hip-hop, R&B, soul o de rock.'”, explicó en una entrevista. Esta libertad también la aplicó a 24K Magic (2016), un disco inspirado en su adolescenc­ia. “Quería capturar el sentimient­o de R&B, del cual me enamoré cuando vivía en Hawaii. Jimmy Jam y Terry Lewis, New Edition y Bobby Brown, Jodeci, Boyz II Men, Teddy Riley, Babyface... No hay nada más placentero que recordar esos bailes escolares", confesó a la revista Rolling Stone.

El tour de presentaci­ón de su tercer disco es el que lo trae a la Argentina por segunda vez. Mars ya había estado por aquí en 2012, como parte de un festival organizado por una empresa de telefonía móvil en Mar del Plata. Aún así, el músico hawaiano convocó a unas 50 mil personas para bailar sobre la arena. Esta vez, la cosa es con un show propio y una carrera consagrada, y el estadio Único de La Plata está por quedarle chico.

Sin embargo, para Mars eso que muchos llaman carrera se va construyen­do a velocidad crucero. Su proceso creativo para una canción suele llevarle varios meses. La produce en varias versiones, y cuando parece que ya está lista, la escucha en su auto de noche, en medio del silencio y le va buscando los detalles a modificar.

Locked Out Of Heaven, hit del segundo disco, comenzó como un dueto de cha cha chá, al estilo smooth de Santana, y terminó siendo una fusión de reggae rock. Algo similar sucedió con Versace on The Floor, su último single, que originalme­nte tenía hasta otra letra. Una costumbre que Mars trae consigo desde cuando, a sus 4 años, aún era Peter Hernández y escribió su primera canción, con una pequeña ayudita de... su papá.

El estribillo de I Love You, Mom dice así: “Mi nombre es Bruno, tengo 4 años / Y a esta edad tengo que hacer lo que me dicen / Toco la guitarra, pero mis dedos son muy chiquitos / Trato de tocar el piano, pero mis pies no llegan al piso / Mamá me ayuda con mi voz, porque un cantante superestre­lla quiero ser”. Y así fue. ■

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Todos a bailar. Coreógrafo, además de cantante y compositor, formado sobre los escenarios de su infancia, Mars pone su alquimia de pop, funk, soul, R&B y rock al servicio del baile.

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