Macri pidió "una investigación seria y profunda" y no buscar culpables
Dijo que hay que ser respetuosos “de los familiares de los 44 tripulantes”. Prefirió no contestar preguntas.
Preocupado por ponerle fin al rumor de que evaluaba remover a la cúpula de las Fuerzas Armadas a raíz de un supuesto malestar por la desapari- ción del submarino ARA San Juan, Mauricio Macri rompió ayer el silencio al que se había llamado el Gobierno, a la espera de que se localizara la nave; pidió “respeto para los familiares de los 44 tripulantes” y “no aventurarse en buscar culpables”, aunque prometió “una investigación seria y profunda” sobre lo ocurrido.
De manera sorpresiva, el Presidente suspendió algunas reuniones privadas que había trazado en la Quinta de Olivos y se dirigió al Edificio Libertad, frente a los tribunales de Comodoro Py, para reunirse con el ministro de Defensa Oscar Aguad y la cúpula de las Fuerzas Armadas. Cuentan cerca suyo que había arrancado el día muy enojado por las distintas publicaciones que daban cuenta de su enojo con la Armada.
Acompañado por los secretarios Fulvio Pompeo (Asuntos Estratégicos) y Fernando de Andreis (Presidencia) y su vocero Iván Pavlovsky, Macri bajó del helicóptero a las 12.40 y menos de una hora después ya había emprendido el regreso rumbo a la residencia presidencial.
En el medio, el mandatario hizo una breve escala para hacer una declaración - sin preguntas- ante la prensa, en la que reiteró que se trata de “un momento difícil, especialmente para los familiares” de los 44 tripulantes, a los que reconoció “por su patriotismo, heroísmo y valentía”. “Esto nos ha repercutido y conmovido a todos los argentinos”, lamentó.
En ese sentido, en un mensaje que pareció un dardo por elevación a los periodistas, Macri pidió “el máximo de los respetos por el dolor de los familiares”. Fue una referencia al manejo de la información pero, al mismo tiempo, le sirvió para revalidar, puertas adentro de su Gobierno -y también de las fuerzas-, que la prio- ridad debe ser la contención de los familiares. “No quiere que nadie pierda ni un segundo de tiempo en discutir poder”, confió a Clarín uno de sus colaboradores.
Más allá de interiorizarse en los detalles de la búsqueda, la cumbre tuvo como objetivo también demostrar unidad hacia afuera. Así, además de lo discursivo, Macri eligió una escena acorde a esa intención: ubicó al ministro Aguad a su derecha en el atril; y al jefe de la Armada, el almirante Marcelo Srur, a su izquierda. Los dos hombres enfrentados, juntos.
Como ya se lo había transmitido minutos antes a la cúpula en la reunión en el piso 12, el jefe de Estado negó haber decidido la remoción de los jefes de las FF.AA. a partir de su malestar por el manejo del caso. “Hasta que no tengamos la información completa no tenemos que aventurarnos a buscar culpables y responsables. Primero tenemos que tener certidumbre sobre lo que pasó y por qué pasó”, sostuvo. ¿Qué quiso decir? Lo que por lo bajo admiten en el Gobierno: que los cambios “son un hecho”, pero que se darán “recién después que pase el tema”. “No es momento para pensar en eso”, remarcan.
Un rato antes, en diálogo con radio Mitre, el jefe de Gabinete Marcos Peña había adelantado la línea oficial al señalar que “no hay registro de información retaceada” por la Armada y que “toda especulación (de cambios en las fuerzas) tiene que estar suspendida hasta que concluya esta operación".
En cambio, Macri sí concedió que planteó a los jefes militares la necesidad de buscar “entender cómo un submarino, al que se había llevado a reparación de media vida y que estaba en perfectas condiciones para navegar, sufrió una explosión”. “Esto que ha sucedido -reflexionó- va a requerir de una investigación seria, profunda, que arroje certezas de por qué ha sucedido lo que estamos presenciando”.
Con ese propósito, ordenó que el Ministerio de Defensa iniciara 40 sumarios administrativos, para determinar responsabilidades. Pero eso, advierten, recién podrá comenzar a dilucidarse una vez que el submarino aparezca. ■