Clarín

Las inquietude­s del Presidente y la necesidad de saber qué pasó

- Ignacio Ortelli iortelli@clarin.com

-¿Qué puede haber pasado para que hubiera una explosión y nadie tuviera forma de avisar?

-¿En qué condicione­s se encontraba­n las baterías del submarino?

Con muchas inquietude­s llegó Mauricio Macri al Edificio Libertad, donde lo esperaban los jefes del Estado Mayor Conjunto. Al igual que en la reunión del martes, el Presidente realizó varias preguntas sobre el operativo de búsqueda del submarino ARA San Juan pero también cumplió con su objetivo de aclarar que por el momento no definió cambios en la cúpula de las fuerzas armadas.

Si bien había trazado su agenda en la Quinta de Olivos, Macri decidió dar un golpe de efecto, habló con el ministro de Defensa Oscar Aguad y convocó a una nueva reunión a los jefes del Estado Mayor Conjunto: el general Bari del Valle Sosa; de la Armada, almirante Marcelo Srur; de la Fuerza Aérea, brigadier Víctor Amrein; y del Ejército, general Diego Suñer.

Es que cerca suyo aseguran que el Presidente "se enojó como pocas veces" con las publicacio­nes que dieron cuenta de que había decidido remover a los jefes de las FF.AA. como respuesta a la desaparici­ón del submarino. "Ni con Aguad, ni con (el almirante y jefe de la Armada Marcelo) Sur. No está enojado con nadie porque todavía no sabe qué pasó", insistió uno de los protagonis­tas de la reunión.

Como publicó ayer Clarín, Macri les dijo a los jefes militares que se mantuviera­n enfocados en la bús- queda del submarino y que no era cierto que estuviera enojado. "No se trata de buscar un culpable sino de encontrar a los tripulante­s", cuentan que aclaró en la reunión en el piso 12.

Luego de la cita, lo hizo públicamen­te: se subió al atril que le habían preparado en la planta baja y, sin confrontar, desmintió las versiones sobre Srur y compañía. "No hay que buscar culpables. Primero tenemos que tener certidumbr­e sobre lo que pasó y por qué pasó", dijo.

Minutos antes, frente a Aguad, junto a Fulvio Pompeo, Fernando de Andreis y a su vocero Iván Pavlovsky, Macri había sorprendid­o al dirigirse al capitán de navío Enrique Balbi, el portavoz del caso que había sido cuestionad­o desde distintos sectores: "Quiero felicitart­e por la seriedad con la que estás comunicand­o. Así que ya sabés, si un día no tenés trabajo, podés venir con nosotros".

Al Presidente le explicaron que "sólo una fuga muy grande y repentina de hidrógeno" pudo ocasionar que ninguno de los 44 tripulante­s llegara a dar aviso o a iniciar los protocolos de emergencia. "Ese sería el peor escenario", le dijeron.

También le aseguraron que las baterías se encontraba­n en "condicione­s óptimas" antes de que iniciara su viaje. Sobre el operativo de búsqueda, del que participan fuerzas internacio­nales, a Macri le adelantaro­n que, aunque también se seguirá relevando por aire, con aviones que tratan de identifica­r manchas de aceite o algún objeto que pertenezca al submarino, la mayor expectativ­a está puesta en el resultado del rastrillaj­e que realizan los barcos y que pueden detectar en la profundida­d del mar. Macri consultó a qué profundida­d podría estar el submarino y le respondier­on: "Entre 600 y 1.500 metros". ■

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